También hoy, durante la Misa del Domingo de Resurrección celebrada en el atrio de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, se observó el crucifijo sobre el altar. Su presencia se había echado de menos, pero durante la Semana Santa y Pascua ha regresado.
Siga @secretummeumSunday, April 09, 2023
Un buen reportaje aparecido en La Vanguardia de Barcelona, Abr-09-2023, págs. 14 y 15 (en la imágen, click para ampliar).
Siga @secretummeum‘ORA ET LABORA’ Las cervezas trapenses mantienen la fe
Beatriz Navarro
Westmalle (Bélgica)
La salida de los dos últimos monjes de la abadía de Achel, al este de Bélgica, para irse a vivir con sus hermanos de Westmalle soliviantó hace un par de años a los amantes de las cervezas trapenses. El temor a que el declive de las vocaciones religiosas se cobrara una espumosa víctima colateral se hacía por primera vez realidad.
Su afamada trappist rubia se siguió produciendo bajo su supervisión a unos kilómetros de distancia pero ya sin la denominación ATP (Auténtico Producto Trapense). Fue el principio del fin. Este año, la cervecería y la abadía de Achel han pasado a manos de un empresario que, aunque mantenga la receta, no podrá vender el producto como trapense. Recientemente, la única abadía de la orden que producía cerveza en Estados Unidos tiraba la toalla.
¿Son estas noticias el canto del cisne de este sector?, se preguntan muchos aficionados. Sin vocaciones no hay monjes y, sin monjes, no hay cervezas trapenses, pero ¿está realmente el más exquisito patrimonio líquido de Bélgica en peligro de extinción? Ellos creen en Dios y confían en que él resolverá sus problemas, pero la inquietud es inevitable en el mundo secular. Quienes los conocen y trabajan con ellos, sin embargo, también tienen fe en su futuro.
“La situación no es dramática”, sostiene Fabrice Bordon, embajador de marca de Chimay. “Hace 15 años teníamos 15 monjes, ahora hay 12, pero hay cierto rejuvenecimiento, nuestro abad tienen 49 años. Estoy convencido de que no veremos más cierres en los próximos 40 años”. “No creo que su futuro esté amenazado”, sostiene también Wim Vandewiele, catedrático de la facultad de Teología de la Universidad Católica de Lovaina. “Las congregaciones trapenses no existen para hacer cerveza sino para buscar juntos a Dios y la cerveza es la actividad económica que les permite llevar esa vida”, destaca este académico, para cuyo doctorado pasó un año con los monjes de Westvletteren.
Pese a su capacidad de resiliencia y la insospechada creatividad con que afrontan su futuro, las cifras no invitan al optimismo. En el 2012, había 1.616 monjes de la orden cisterciense de la estricta observación (OCSO, en sus siglas en latín), o trapenses, en todo el mundo. Diez años después, el total ha caído a 1.290. Vandewiele matiza que el fenómeno de secularización es típicamente occidental y no se da en el resto del mundo, lo que a través de la inmigración crea nuevas dinámicas. Y, añade, dentro de la tendencia general a la baja, “paradójicamente, las órdenes contemplativas como la trapense son más atractivas que las apostólicas por su estilo de vida radical”.
Pero si las cinco abadías belgas que hoy producen cervezas trapenses (Chimay, Orval, Rochefort, Westmalle y Westvletteren) en el 2012 tenían 82 monjes, a finales del año pasado solo contaban con 54. Así, además de afrontar los desafíos típicos del sector, estas cerveceras tienen ante sí el reto añadido de la mengua de vocaciones, explica dentro de los muros de la abadía de Westmalle su director de marketing, Manu Pauwels. “La mayor parte de las comunidades monásticas tienen ante sí un futuro incierto, y esto vale también para los trapenses”, admite. Sus precarias perspectivas no son tabú. “La cuestión se plantea con honestidad dentro de la Asociación Internacional Trapense (ITA), que ha comenzado un ejercicio de reflexión para estar preparados para todos los escenarios” y poder preservar las distintas marcas y productos.
Todo empezó aquí, en Westmalle, en plena campiña flamenca. En 1794, un grupo de monjes de la abadía de La Trappe llegaron a Amberes huyendo de la Revolución Francesa y se instalaron en una granja de la zona. Siguiendo la tradición benedictina, debían ser capaces de vivir de su trabajo y optaron por dedicarse a la bebida local, la cerveza, más segura que el agua desde el punto de vista sanitario. En 1836, el año en que produjeron su primera cerveza, recibieron reconocimiento papal. En los años siguientes, se fundaron más abadías de la misma orden contemplativa, dedicadas a la oración y el trabajo manual y también especializadas en fabricar esta bebida, el producto que mejor se vende de todos cuantos producen.
Se guían por el precepto del ora et labora, así que rezan (mucho, desde las 4 de la madrugada, 7 veces al día) y trabajan (pero solo para subsistir y hacer obras sociales). Varía en función de la marca pero su producción es limitada y estable, lo que no ha hecho sino agrandar su leyenda. A mediados de los 90, los monjes de Westmalle concluyeron que la actividad absorbía demasiado tiempo de su vida religiosa y decidieron crear un consejo de administración externo, laico, para gestionar el día a día, explica Pauwels. El resto de abadías siguió el mismo camino hasta llegar al modelo actual, en el que los monjes son los dueños, toman las principales decisiones y supervisan la actividad pero no se dedican por completo a ella. En 1998, para proteger la denominación, se fundó la ITA, que agrupa a 19 abadías. Diez fabrican cerveza, entre ellas, el monasterio de San Pedro de Cardeña (Córdoba).
Hay tres criterios básicos para que un producto (cerveza, quesos, jabones...) reciba la etiqueta ATP: estar fabricado dentro de los muros de la abadía, por o bajo supervisión de monjes o monjas, y dedicar los beneficios a la comunidad, la solidaridad con la orden o la caridad. Las que tienen proyectos sociales, como Chimay, un actor clave en la economía de la región valona, producen más. En Westvleteren, en cambio, trabajan para obtener lo justo para vivir.
Pero también hay una regla no escrita y es que la cerveza, fabricada solo con ingredientes naturales, debe ser de gran calidad. “Las trapenses que se producen en el extranjero son supervisadas por cerveceros belgas para garantizarlo”, recuerda la sumiller Sofie Vanrafelghem. “A los trapenses no les interesa crecer ni les mueve el interés comercial. Todas las inversiones que hacen es para mejorar la calidad, no para producir más rápido, eso no les interesa”. También están empeñados en reducir su huella ecológica y en los últimos años han apostado por el uso de energías verdes y purificadoras de agua.
Por eso, aunque la etiqueta de trapense no dice nada sobre el tipo de cerveza que es (puede ser rubia, tostada, IPA...), todos estos factores explican que sean sinónimo de calidad, “un valor seguro”, en palabras de Vanrafelghem. Lejos de competir, las abadías se apoyan entre sí, están en contacto y aprenden de los aciertos y errores de los otros. “Intentan ser lo más independientes posible, pero también saben colaborar entre sí y buscar ayuda externa cuando la necesitan”, apunta Vandewiele.
El consumo total de cerveza se mantiene estable en Bélgica, pero el sector vive ahora mismo una edad de oro con la aparición de nuevas productoras locales y la puesta en valor de especialidades como la geuze o la lambic, lo que crea un entorno más competitivo para todos los actores, religiosos o no. La política publicitaria de los trapenses es muy conservadora, como sus sobrias etiquetas, pero están atentos a las señales de un mercado y bajo su aparente imagen de inmutabilidad se están produciendo no pocos cambios.
Chimay ha recuperado una vieja receta para hacer una variedad dorada, más ligera, y Westmalle ha lanzado una tercera variedad trappist, Extra, inspirada en la receta de la cerveza que los monjes hacían en días de fiesta, mientras que en los Países Bajos La Trappe ha creado una versión sin alcohol. Incluso Westvletteren, que solo vende a particulares, permite hacer pedidos por internet determinados días del mes y desde la pandemia ya no hay que recogerlos in situ, ya que reparten a domicilio.
Cuando en el 2005 una web estadounidense clasificó la Westvleteren 12 como la mejor cerveza del mundo, se encontraron con colas de hasta 400 coches diarios con matrículas de media Europa para hacerse con la preciada bebida, que se agotó en poco tiempo. Entonces abrieron una línea de teléfono para hacer pedidos y organizar la venta. No era un sistema muy seguro y propició la aparición de una “mafia de la cerveza” que acaparaba el producto y, violando el compromiso que los monjes hacen firmar a los clientes de no revender la cerveza, lo distribuían en el circuito comercial a precios estratosféricos, recuerda la sumiller belga. “Ahora el sistema es mucho más seguro y justo. Tienen más de mil direcciones IP bloqueadas de compradores sospechosos y el algoritmo da prioridad a los clientes nuevos y a los que llevan más tiempo sin pedir”.
A los monjes, la obsesión de algunas personas por sus cervezas escapa a su comprensión. “Pueden entender que a la gente le guste beberla pero no que se obsesionen con ella. Para los americanos las cervezas trapenses belgas son algo casi mágico”, afirma Vanrafelghem. Trabajó un tiempo en un café belga de Nueva York y, como despedida, regaló a su jefe una botella de Westvletteren que se había traído de Bélgica en la maleta. “Se echó a llorar de la emoción. Me dijo que la iba a guardar por siempre como un tesoro”, recuerda entre risas la sumiller, que le explicó que el propósito era que la disfrutara. El ora et labora de unos, el carpe diem de muchos.
Sencillo: Francisco se ha decantado por el 7 de Abril del año 30 D.C., como la fecha de la crucifixión de N.S.J.C. Lo ha dado a entender hoy mientras pronunciaba su mensaje Urbi et Orbi (énfasis añadido):
el Señor nos ha abierto un puente hacia la vida. Sí, hermanos y hermanas, en Pascua el destino del mundo cambió; y hoy, que coincide además con la fecha más probable de la resurrección de Cristo, podemos alegrarnos de celebrar, por pura gracia, el día más importante y hermoso de la historia.
Hemos escrito que “Francisco se ha decantado” porque la otra fecha probable es 3 de Abril del año 33 D.C.
Por favor, que no nos vengan los hiperpapístas, papólatras, ó como se hagan llamar, a decirnos que Francisco ha hecho una declaración infalible. Gracias.
Hoy, luego de la celebración de la Misa del Domingo de Resurrección en el atrio de la Basílica de San Pedro y de saludar desde el papamóvil a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, unos cuarenta minutos después, al mediodía, tiempo de Roma, Francisco apareció en la Logia de las Bendiciones para transmitir su mensaje e impartir la bendición Urbi et Orbi 2023.
En esta ocasión, y como ocurrió en Navidad 2022, no estuvo Renato Raffaele Martino, el cardenal protodiácono, para introducir la bendición, en su lugar quien le sigue en precedencia, el cardenal James Michael Harvey, arcipreste de la Basílica Papal de San Pablo Extramuros, con la siguiente fórmula.
El Santo Padre Francisco, a todos los fieles presentes y a aquellos que reciben su bendición por medio de la radio, de la televisión, y otras tecnologías de la comunicación, concede la indulgencia plenaria en la forma establecida por la Iglesia.
Oremos a Dios omnipotente para que conserve largamente al Papa a la guía de la Iglesia, y conceda paz y unidad a la Iglesia en todo el mundo
También en este caso, como en Navidad, se ha sustituido la palabra “nuevas” por la palabra “otras” para hacer alusión a los medios de comunicación diferentes a la radio y la televisión. Concluimos que en adelante se seguirá aludiendo a esos medios con la expresión “otras”.
Texto en latín de la fórmula de la bendición pronunciada por Francisco.
Sancti Apostoli Petrus et Paulus, de quorum potestate et auctoritate confidimus, ipsi intercedant pro nobis ad Dominum.
Precibus et meritis beatæ Mariae semper Virginis, beati Michaelis Archangeli, beati Ioannis Baptistæ et sanctorum Apostolorum Petri et Pauli et omnium Sanctorum misereatur vestri omnipotens Deus et dimissis omnibus peccatis vestris, perducat vos Iesus Christus ad vitam æternam.
Indulgentiam, absolutionem et remissionem omnium peccatorum vestrorum, spatium verae et fructuosae pænitentiæ, cor semper pænitens et emendationem vitae, gratiam et consulationem sancti Spiritus et finalem perseverantiam in bonis operibus, tribuat vobis omnipotens et misericors Dominus.
Et benedictio Dei omnipotentis: Patris et Filii et Spiritus Sancti descendat super vos et maneat semper. Amen.
El video con audio en español (la bendición a partir de 2:22:26).
Siga @secretummeumEl Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania lamentó que el Via Crucis del pasado Viernes Santo en el Coliseo Romano se viera “nuevamente ensombrecido por un intento de equiparar a la víctima con el agresor”.
El portavoz del ministerio, Oleg Nikolenko, escribió en Facebook: “Ayer, Viernes Santo, tuvo lugar en Roma un gran evento religioso: el Via Crucis. Simboliza la victoria del bien sobre el mal, la luz sobre la oscuridad, la fe sobre la desesperación. Estamos profundamente agradecidos con el Papa Francisco por su preocupación por Ucrania y los ucranianos. Lamentablemente, nos vemos obligados a afirmar que la procesión de este año se vio nuevamente ensombrecida por un intento de equiparar a la víctima y al agresor”.
Oleg Nikolenko criticó en concreto los textos que se leyeron durante la décima estación del Via Crucis en nombre de un adolescente ucraniano que encontró refugio en Italia después de la captura de Mariupol por parte de las tropas rusas, y uno ruso cuyo hermano militar perdió la vida y su padre y abuelo desaparecieron como participantes en la guerra de invasión de Rusia a Ucrania.
El Ministerio de Asuntos Exteriores expresó su decepción de que la Santa Sede no haya tenido en cuenta los argumentos de la parte ucraniana sobre el carácter ofensivo de tal gesto.
“La participación conjunta de ucranianos y rusos distorsiona la realidad en la que Rusia ha sumergido a los ucranianos encarnando el genocidio contra nosotros. Además, tal paso socava los principios de justicia y moralidad universal, desacredita el concepto de paz y hermandad”, se lee en el mensaje de Nikolenko.
“Intentar poner un signo de igualdad entre Ucrania, que sufre, y Rusia, que provoca el sufrimiento, no conduce a la reconciliación. La reconciliación solo puede llegar después de la victoria de Ucrania, el castigo de todos los criminales rusos, el arrepentimiento por el sufrimiento y pedir perdón a los ucranianos”, escribió el portavoz.
Las protestas de Nikolenko se unen a las iniciales manifestadas por Andrii Yurash, embajador de Ucrania ante la Santa Sede, el mismo Viernes Santo horas antes de realizarse el Via Crucis, al haberse enterado por los medios de comunicación.
A todos deseamos unas muy felices y santas Pascuas. A propósito, ¿sabía Usted que Cristo resucitó?
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