Tuesday, September 19, 2023

“El grito sin voz de un nuevo abuso”, carta abierta de algunas sobrevivientes de los abusos de Marco Rupnik


Carta abierta de algunas sobrevivientes de los abusos de Marco Rupnik, tras la aparición de la nota del Vicariato de Roma sobre la conclusión de la visita canónica al Centro Aletti, Sep-18-2023, y publicada por Italy Church Too, Sep-19-2023. Traduccion de Secretum Meum Mihi, con algunas adaptaciones

Al Santo Padre Papa Francisco

Al Cardenal Vicario De Donatis

Al cardenal Matteo Zuppi, presidente de la CEI

Al Cardenal João Braz de Aviz


Los hechos y los comunicados de prensa que se sucedieron en los últimos días —la audiencia privada, luego hecha pública a través de imágenes aparecidas en red, concedida por el Papa a María Campatelli, ex religiosa de la Comunidad de Loyola y actual presidenta del Centro Aletti; y el comunicado difundido hoy con el informe final de la visita canónica realizada a la comunidad del Centro Aletti— nos dejan sin palabras, sin más voz para gritar nuestro desconcierto, nuestro escándalo.

En estos dos acontecimientos no casuales, incluso en su sucesión en el tiempo, reconocemos que a la iglesia no le interesa en absoluto las víctimas y quienes buscan justicia; y que la “tolerancia cero ante los abusos en la iglesia” ha sido sólo una campaña publicitaria, a la cual siguieron sólo acciones a menudo ocultas, que han en cambio sostenido y cubierto a los autores de abusos.

Hacen pensar que la retórica que hemos visto en escena en Lisboa durante los pasados julio y agosto es una palabra vacía (“¡Todos, todos, todos son bienvenidos en la iglesia!”), porque al final no hay lugar en esta iglesia para quien recuerda verdad incómoda.

No tenemos otras palabras, porque hemos expuesto todo el sufrimiento de las víctimas como una herida abierta, y ciertamente repugnante... Y las víctimas fueron, por tanto, censuradas por no haber sido discretas, sino por haber expuesto algo repugnante: su dolor, la manipulación de quienes las engañaron en nombre de Cristo, del amor espiritual, de la Trinidad. Expusieron su dolor porque la manipulación y los abusos habían herido para siempre su dignidad.

Lo único que han recibido y continúan recibiendo es sólo silencio. Sobre todo, las víctimas del abuso de poder por parte de Ivanka Hosta (que durante treinta años encubrió las atrocidades de Rupnik, y redujo a la esclavitud espiritual a quienes se oponían a sus planes de venganza) esperan desde hace más de un año una respuesta definitiva, clara, materna. Pero sólo recibieron silencio. Y con este informe publicado hoy, que exonera a Rupnik de toda responsabilidad, ridiculiza el dolor de las víctimas, pero también el de toda la Iglesia, mortalmente herida por tan ostentosa arrogancia.

Aquella conversación concedida por el Papa a Campatelli, en un clima tan familiar, fue arrojada en la cara de las víctimas (éstas y todas las víctimas de abusos); un encuentro que el Papa les ha negado. Ni siquiera respondió a cuatro cartas de tantas religiosas y ex religiosas de la Comunidad Loyola que se las hicieron llegar en julio de 2021.

Las víctimas han sido dejadas en el grito sin voz de un nuevo abuso.