Friday, December 23, 2022

El Vaticano investiga la arquidiócesis de Liubliana, Eslovenia


Una información proveniente de Eslovenia que no está relacionada con el caso del P. Rupnik.

El sitio Necenzurirano.si, Dic-22-2022, informa que desde finales de Noviembre un enviado especial del Vaticano ha estado investigando asuntos financieros de la Arquidiócesis de Liubliana.

Según el sitio, durante este tiempo el enviado del Vaticano ha estado investigando los asuntos financieros de la compañía llamada Metropolitana, propiedad de la arquidiócesis de Liubliana. El Vaticano inició el proceso de visita apostólica a la arquidiócesis, medida que la Santa Sede decide cuando quiere investigar sospechas de irregularidades importantes en diócesis individuales y, por lo tanto, envía un investigador especial, un visitante, al lugar.

Extraoficialmente, Necenzurirano.si supo que la investigación in situ está siendo dirigida por un alto funcionario del Ministerio para Economía del Vaticano, cuya función es la de Tesorería de la Santa Sede.

Varias fuentes han confirmado que las operaciones financieras de la arquidiócesis estarán bajo escrutinio, y se dice que la investigación se centrará en particular en la operación Metropolitana. Esta gestiona 15.000 hectáreas de bosques y tierras de la iglesia en Pokljuka, Jelovica y en el valle superior de Savinjska, que el estado devolvió a la iglesia cuando fue desnacionalizada.

Todavía no hay respuestas oficiales a la investigación. Necenzurirano.si interesado en averiguar por qué se realiza la visita a la arquidiócesis y quién la conduce, dirigió el Jueves (22) las preguntas a la arquidiócesis sin obtener respuesta, “porque no somos competentes para suministrar respuestas respecto a este asunto en la arquidiócesis de Liubliana”.

El citado portal también recuerda que la empresa Metropolitana fue fundada por la arquidiócesis de Liubliana en 2001, cuando la dirigía el metropolitano Franc Rode. Cinco años más tarde fue comprada por la empresa Gozdno gospodarstvo Bled, que gestiona la madera. También participó en muchas otras empresas.

Poco antes del colapso del holding financiero Zvon Ena, aprobó un préstamo sin garantía de nueve millones de euros a esta empresa clave de la antigua red de la archidiócesis de Maribor. La arquidiócesis fue incluso un décimo copropietario de Papirnica Goričana, que financió la lujosa renovación de la mansión donde Rode quería vivir. Hace unos años estalló un asunto con la desaparición de 200.000 euros de la venta de madera.

Hasta allí el reporte de prensa.

Al día siguiente, es decir hoy, hubo una declaración por parte de la arquidiócesis de Liubliana, en la cual se admite que en efecto hay una visita apostólica con fines a investigar las finanzas e identifican al visitador.

En el período reciente, ha habido varias especulaciones y acusaciones sobre la transparencia de las operaciones de la Arquidiócesis de Liubliana. Porque eres Arzobispo de Liubliana Mons. Stanislav Zore OFM se ha esforzado por la claridad y la transparencia desde el comienzo de su servicio episcopal, hace meses él mismo solicitó a los dicasterios competentes de la Curia Romana una visita apostólica, para que expertos independientes y externos pudieran verificar las operaciones de la Arqiidiócesis de Liubliana. El Dicasterio para los Obispos nombró como visitador apostólico a Mons. Dražen Kutleša, arzobispo de Split-Makarska [Croacia].

Hasta que se complete la visita y recibamos el informe final, no podemos comentar los detalles.

Declaración del cardenal vicario para la diócesis de Roma, Angelo De Donatis, sobre el caso del P. Rupnik


Tal vez por la premura en traducir o por alguna otra razón, no nos fue posible encontrar la expresión “víctima/víctimas” en la declaración del cardenal vicario para la diócesis de Roma, Angelo De Donatis, sobre el caso del P. Marko Ivan Rupnik, publicada hoy en el sitio de internet de la diócesis de Roma. Traducción de Secretum Meum Mihi. ¡Ah!, se nos olvidaba, ¿recuerda Usted quién es el obispo de esa diócesis?

“Caso Rupnik”: la declaración del cardenal vicario Angelo De Donatis

23 Diciembre 2022


La Diócesis de Roma, fiel a su misión de presidir en la caridad, confortada por el discernimiento de su Supremo Pastor, siente el deber de pronunciarse sobre un caso ya en toda regla de acusación mediática contra un clérigo, el P. Marko Ivan Rupnik S.J., miembro de la Compañía de Jesús, Instituto Religioso de Derecho Pontificio, acusado de graves abusos de diversa índole, prolongados en el tiempo, en perjuicio de varias personas, a partir de principios de la década de 1990, en Eslovenia e Italia.

El actual pronunciamiento del Vicariato de Roma debe entenderse respetuoso de las competencias y decisiones de los Superiores legítimos del P. Rupnik, así como de las determinaciones de todas las Instancias que se han ocupado de su caso, especialmente en los últimos meses, en particular del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. De hecho, hasta ahora el clérigo ha tenido una relación pastoral de varios niveles con la diócesis de Roma, pero no está en una posición de sumisión jerárquica al Cardenal Vicario a nivel disciplinario y eventualmente penal.

El P. Rupnik había prestado hasta ahora numerosos y valiosos servicios de carácter ministerial a la Iglesia de Roma: entre los muchos que han marcado su permanente colaboración, iniciada hace muchos años, la actividad de predicar retiros y ejercicios, sobre todo al Clero romano, y la actividad artística que le llevó, entre otras cosas, a decorar la Capilla del Seminario Romano Mayor.

Toda la Diócesis, ante esta desconcertante comunicación, especialmente mediática, que desorienta al Pueblo de Dios, vive estas horas con preocupación y consternación, consciente de la extrema delicadeza de la situación, que —sea reiterado— ha sido ampliamente tratada en los tribunales que escapan por completo a la competencia del Cardenal Vicario, y que ahora se gestiona de manera independiente por los Superiores legítimos del P. Rupnik, como se nos informó el 16 de diciembre próximo pasado, Prot. DIR-SOLI 22/006, firmado por el Delegado DIR, Johan Verschueren S.J.

La diócesis de Roma, que hasta hace poco desconocía los problemas planteados, no puede entrar en el fondo de las decisiones tomadas por otros, pero asegura, también en nombre de su Obispo, todo el apoyo necesario para la esperada solución positiva de el caso, que cure las heridas infligidas a las personas y al cuerpo eclesial, llevando en la medida de lo posible a arrojar toda la luz y la verdad sobre lo sucedido: esa verdad que es la única que nos hace libres (Jn 8, 32).

Es deber de la Iglesia aplicar los criterios de verdad, que son los de Dios, con los cuales Él nos mira y nos juzga. Ella tiene dos mandatos inalienables que son también deberes al mismo tiempo: estar cerca de los que sufren y poner en práctica los criterios de verdad y justicia deducidos del Evangelio. En el caso que la está sacudiendo, es bueno proceder según cierto camino: los ministros de Cristo no podemos ser menos garantes y caritativos que un Estado laico, transformando de plano una denuncia en un delito. Los juicios que vemos difundidos por muchos con particular vehemencia, no parecen manifestar ni un criterio evangélico de búsqueda de la verdad, ni un criterio básico sobre el que se funda todo estado de derecho, a verbis legis non est recedendum.

La Iglesia que está en Roma en este momento considera primario y fundamental acoger con profundo respeto el dolor y el sufrimiento de todas las personas involucradas en este asunto, especialmente en este tiempo litúrgico del año que llama a todos a reconocer en Cristo Salvador el único en grado de curar las heridas del corazón del hombre.

En particular, la Diócesis de Roma asegura toda la colaboración necesaria a la Compañía de Jesús y a las Instancias Superiores para la implementación del Decreto Prot. DIR-SOLI 22/005 del 16 de diciembre próximo pasado, firmado por el Delegado DIR, P. Johan Verschueren S.J., en términos de ley canónica. Entre otras cosas, esto implicará probablemente una serie de medidas con respecto a los oficios canónicos diocesanos —los únicos directamente sujetos a la autoridad del Cardenal Vicario— de los que todavía está investido el P. Rupnik, en particular el de Rector de la Iglesia de San Felipe Neri en Esquilino y Miembro de la Comisión Diocesana para el Arte Sacro y los Bienes Culturales.

La Diócesis de Roma también es consciente de tener que reflexionar y eventualmente tomar medidas con respecto a una actividad que ya de muchos años el P. Rupnik y sus Colaboradores han iniciado también en nuestra área diocesana: se trata del conocido “Centro Aletti”, iniciada a principios de los años noventa, luego se desarrolló y creció bajo la autoridad de la Compañía de Jesús y finalmente se convirtió, el 5 de junio de 2019 (cf. Decreto Prot. n. 349/19), en Asociación Pública de Fieles de la Diócesis de Roma, de la cual actualmente es Directora la Dra. Maria Campatelli.

Todo lo encomendamos a la misericordia del Señor y al prudente discernimiento de quienes están llamados a tomar decisiones sobre las personas involucradas.

Cardenal Angelo DE DONATIS
Vicario General

Cardenal Sarah sobre Traditionis Custodes: “Reina en la Iglesia un profundo malestar y un verdadero sufrimiento en torno a la liturgia”


Valeurs Actuelles, Dic-22-2022, presenta una entrevista con el cardenal Robert Sarah, prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. Traducción de Secretum Meum Mihi de una de las respuestas en la que específicamente se le pregunta sobre el motu proprio Traditionis Custodes.

El motu proprio Traditionis custodes ha suscitado mucha incomprensión y desánimo entre los católicos ligados al rito tradicional: ¿qué le dice a los sacerdotes que celebran en latín y que están abatidos por la hostilidad que sufren? ¿Cómo explicar la discrepancia entre el éxito de esta liturgia, especialmente entre los jóvenes, y la desconfianza que suscita en una parte de la Iglesia?

La liturgia no es una cuestión secundaria, ella expresa y forma nuestra manera de entrar en relación con Dios. La liturgia no es una vaga opción facultativa sino una fuente fundamental del alma cristiana. Es el reconocimiento, la veneración y la celebración de los misterios cristianos y de la acción divina. Las formas de culto dan forma a nuestra cultura cristiana. En efecto, en la liturgia, todos nuestros gestos y todas nuestras palabras han sido purificados y cincelados por siglos de experiencia cristiana. La liturgia obedece a esquemas codificados, heredados de mil generaciones.

Toda alma busca a Dios, su grandeza, su majestad y su hermosura.

Pero debemos tener el coraje y la lucidez de constatar que la liturgia católica hoy está enferma. El mismo Papa Francisco lo subrayó. ¿Por qué tantos jóvenes están fascinados por la liturgia antigua? Seamos honestos. Sería demasiado fácil decretar conscientemente que todos ellos tienen una necesidad psicológica equivocada de identidad. ¿No deberíamos admitir que muchas celebraciones los decepcionan? ¿Que no encuentran allí aquello de lo que su alma está profundamente sedienta? Muchas liturgias desacralizadas los dejan hambrientos.

Toda alma busca a Dios, su grandeza, su majestad y su hermosura. Pero uno sólo puede acercarse a Dios con estupor, respeto religioso y temblor filial. Necesitamos signos sagrados para ir a él. Nuestro cuerpo necesita arrodillarse para que nuestra alma se deje abrazar por Dios. Necesitamos alejarnos de la cotidianidad profana para que Dios nos tome de la mano y nos conduzca a Su sagrado corazón. A veces se cree que la liturgia debería hacerse más accesible mediante el uso de música profana, de actitudes artificialmente relajadas, mediante la supresión de las separaciones sagradas y la nivelación arquitectónica de las iglesias. Es una ilusión trágica. Todas estas opciones nos alejan de Dios en lugar de acercarnos.

Ya que me pregunta por el motu proprio Traditionis custodes, quiero ser explícito. Reina en la Iglesia un profundo malestar y un verdadero sufrimiento en torno a la liturgia. Esto prueba que la reforma deseada por el Vaticano II no está completa. Todavía no ha encontrado su punto de equilibrio.

Benedicto XVI, fiel lector del Concilio Vaticano II, nos enseñó de forma definitiva que la liturgia antigua y la liturgia nueva no eran contradictorias ni opuestas, que debían pensarse en continuidad orgánica. Esta es una enseñanza que ahora está establecida. El Papa Francisco, por su parte, nos recordó que estas dos liturgias no deben desarrollarse una al lado de la otra como dos mundos extraños entre sí. También enseñó con fuerza que el Concilio Vaticano II debe guiar e iluminar la práctica de estas dos liturgias. Sin embargo, muy a menudo, las liturgias parroquiales no son fieles al concilio. Por ejemplo, ¿está el canto gregoriano en primer lugar como él lo exige?

De ahora en adelante, para los próximos años, será tarea de los obispos y papas sacar las consecuencias prácticas. Es cierto que la práctica litúrgica actual debe evolucionar. Debe integrar los mejores elementos de lo antiguo a la luz del concilio. La celebración orientada ad Deum o hacia la Cruz, el amplio uso del latín, el uso del antiguo ofertorio o las oraciones dichas “al pie del altar”, el lugar importante que se da al silencio son para mí elementos que harían posible lograr —¡por fin!— la paz litúrgica y realizar la reforma que verdaderamente quería el Vaticano II y que aún no hemos logrado.