Nombre de infausta memoria para aquellos afectos a todo lo relacionado con Fátima, Mons. Luciano Guerra, anterior rector del Santuario de Fátima, quien hoy ha salido a hacer varias críticas a la gestión y orientación del Santuario. Los responsables actuales han respondido. Tenemos nuestra opinión al respecto, pero por ahora nos la reservamos.
Información de agencia Lusa, Dic-22-2022. Traducción de Secretum Meum Mihi.
El antiguo rector del Santuario de Fátima Luciano Guerra alerta sobre la necesidad de “un enorme esfuerzo de purificación del Santuario, en el sentido de que se vuelva al público de peregrinos”.
Monseñor Luciano Guerra, quien fue rector durante 35 años, habiendo dejado el cargo en 2008, considera, en una entrevista con el semanario “Jornal de Leiria”, que, después de sus mandatos, la “prioridad” había sido “los peregrinos en general, los cuales pueden ser considerados pobres, la clasificación humana que más conviene a los hijos de Dios”, hoy la situación es diferente.
“En el programa actual del Santuario, el objetivo primario más explícito son los intelectuales” y “la dedicación total a la intelectualidad no deja espacio a la dedicación a los pobres”, afirma.
En la entrevista, en la que asume un tono muy crítico hacia la actual gestión del mayor templo mariano del país, Luciano Guerra refuerza que “prevalecen los intelectuales y el arte. En plano secundario está la gran masa de peregrinos, gente sencilla, pobre y humilde, gente que, en realidad, la Virgen invita para que venga a Fátima”.
“Hubo una espléndida celebración del centenario [de las apariciones, en 2017]. Hubo mucha música y otras manifestaciones artísticas. Todavía hoy se hacen maravillosas exposiciones, pero a mi juicio demasiado caras y, por eso mismo, de resultado pastoral menos evidente. El peregrino que viene a Fátima sólo necesita un ambiente de oración”, añade.
Otra de las críticas que dejó el sacerdote se refiere a los supuestos altos salarios que se pagan en el Santuario, con Luciano Guerra afirmando que “un sacerdote es un sacerdote. No puede, de ninguna manera, compararse con un gerente de una empresa, aunque los laicos que el sacerdote dirige reciban un salario superior”.
El ex rector también lamenta la forma en que algunos empleados fueron admitidos o despedidos en el Santuario en los últimos años.
“Hubo trabajadores que fueron prácticamente expulsados, a varios otros (…) la institución tuvo que pagar altas indemnizaciones; otros se fueron y se callaron, por temor a represalias. Casi de repente, se contrataron más de 130 nuevos funcionarios, en una casa que tenía 210. Hubo una cantidad de personas que fueron empujadas a irse”, cuenta el exjefe del Santuario.
Monseñor Luciano Guerra, de 90 años, se desempeñó como rector del Santuario de Fátima entre 1973 y 2008.
La agencia Lusa ya pidió al Santuario de Fátima una reacción a estas acusaciones de Luciano Guerra.
La propia agencia Lusa reseña la respuesta de la Rectoría del Santuario, emanada en un comunicado enviado a diferentes medios de comunicación portugueses. Como en su segundo reporte la agencia repite apartes del anterior reporte, arriba traducido, obviamos dichas partes y consignamos solamente las referentes a la respuesta. Traducción de Secretum Meum Mihi.
Siga @secretummeumEl Santuario de Fátima ha rebatido hoy las críticas de “intelectualización” de ese espacio realizadas por el ex rector Luciano Guerra, recordando sus invitaciones a artistas nacionales e incluso internacionales para interpretar el mensaje de Fátima a través de obras de arte.
En un comunicado, los responsables del mayor santuario mariano del país subrayan que Luciano Guerra incluso inició “los congresos internacionales que reunían en Cova da Iria a gran parte de teólogos y pensadores contemporáneos”, añadiendo que las críticas dejadas hoy en una entrevista con el semanario Jornal de Leiria, revelan “una gran contradicción entre lo que fue la osadía del entonces rector (…), quien durante 35 años nunca dejó cristalizar el Santuario en su acción pastoral y trató de mantenerlo siempre en evolución, pero que ahora manifiesta total oposición a toda la evolución verificada desde 2008”.
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En el comunicado difundido esta tarde, la actual Rectoría del Santuario de Fátima asegura respetar “el pasado y la obra dejada por Monseñor Luciano Guerra quien, a lo largo de 35 años de rectorado, dio cuerpo a una política de inversiones que pasó sobre todo por la construcción de grandes espacios celebrativos, que hoy deben administrar y conservar con el mismo empeño con el que fueron construidos, a pesar de las críticas, en su momento y hoy, consumiendo gran parte de los recursos presupuestarios”, subrayando su importancia “para acoger a los peregrinos y proporcionarles un verdadero ambiente de oración”.
“La administración está siempre al servicio de la misión pastoral del Santuario. En fidelidad a esa misión y al Evangelio, el Santuario busca siempre estrategias para una mayor eficiencia en su acción y para optimizar sus recursos, sin poner nunca en peligro la acogida de los peregrinos, el respeto al destino de los bienes donados y el apoyo a los más pobres y vulnerables. Así ha sido y así seguirá siendo”, asegura la rectorías.
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El Santuario, en el comunicado, asegura que “nunca ha incumplido obligación alguna, en primer lugar con sus empleados: no ha despedido ni forzado la salida de ningún colaborador, sólo ha adaptado su plantilla a las necesidades pastorales derivadas de un nuevo contexto, que obligó a una reducción muy importante de la actividad del Santuario en 2020, que continuó en 2021 y que, afortunadamente, recién empezó a retomarse este año 2022”.
“En este período particularmente difícil para las familias y para la Iglesia, el Santuario nunca ha faltado, por otra parte, con la correspondiente ayuda social, aumentando e intensificando el apoyo material a quienes más lo necesitaban y a la Iglesia en general”, aseguran los responsables del templo de Cova da Iria, por lo que, la opinión de Luciano Guerra “resulta de una lectura personal (…) donde se nota un alejamento de lo que es el Santuario hoy en el contexto de la Iglesia y del mundo, que carece de fundamentación, y revela un profundo desconocimiento de la gestión actual del Santuario y de los desafíos que enfrenta”.