Francisco recibió ayer en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a la comunidad del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano, o sea a los de su tierra. Una idea que subrayó en su discurso es que quienes están temporalmente en Roma, estudiantes, regresarán a sus respectivas diócesis y les ha dicho textualmente ser “pastores del pueblo, y no clérigos de estado”. La verdad no sabemos si se refiere a grandes porciones de la Iglesia latinoamericana que son liberacionistas, la formación es liberacionista y no se tolera otra, si aparece se liquida, como en el caso de Paraguay, en dónde existía el seminario de Ciudad del Este (el de Mons. Livieres, qepd), pero fue cerrado por las buenas o por las malas (especialmente las segundas). O el caso de la Iglesia en Brasil, cuyo grueso de obispos es liberacionista, algunos de ellos sin ningún empacho de mostrarlo abiertamente e incluso hacerle campaña a Lula en las elecciones y mostrar su personal alegría porque Brasil haya caído de nuevo en manos marxistas. En general América Latina, esa que llamaron algún día “tierra de la esperanza”, al menos Juan Pablo II lo hacía bastante, está actualmente en manos siniestras, en el sentido literal, aunque también en el amplio, y el clero está bastante alineadito con dicha tendencia, aunque se cuenta con un porcentaje honroso que no lo está (infografía a Nov-01-2022).
Regresando al discurso de Francisco, vamos a citar las porciones en las cuales se refirió a los “pastores del pueblo, y no clérigos de estado”.
Esta riqueza y diversidad también caracteriza a nuestros pueblos de Latinoamérica, donde volverán para seguir siendo pastores del rebaño que la Iglesia les confía. Pastores del pueblo, y no clérigos de estado.
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Una cosa que ahí dije de paso, es que ustedes vuelven para ser pastores del Pueblo de Dios. Por favor, no negocien nunca la pastoralidad. Pastores del Pueblo de Dios, no clérigos de estado. No caigan en el clericalismo, que es una de las peores perversiones. Estén muy atentos, el clericalismo es una forma de mundanidad espiritual. El clericalismo es deformante, es corrupto, y te lleva a una corrupción, una corrupción almidonada, con la nariz parada, que te aparta del pueblo, te hace olvidar el pueblo de donde saliste. Pablo le decía a Timoteo: “Acuérdate de tu madre y de tu abuela” (cf. 2 Tm,5-7), o sea, vuelve a las raíces, no te olvides de tu madre y de tu abuela. Yo se lo digo a cada uno de ustedes. Volver al rebaño de donde fuimos sacados… “Te saqué de detrás del rebaño” (cf. 2 S,8).
Por favor, cada vez que se hacen más “exquisitos” en el sentido verdadero de la palabra, o sea, más alejados del pueblo, cada vez que hacen eso, se apartan de la gracia de Dios y caen en la peste del clericalismo. Pastores del pueblo, no clérigos de estado. Pidan la gracia de saber estar siempre delante, en medio y detrás del pueblo, metidos con el pueblo del cual Jesús los sacó.
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La verdad no creemos que a Francisco le inquiete o le disguste que siendo politicamente de izquierda América Latina (en su mayoría), los actuales pastores sean afines a esta tendencia y se muestren sintonizados con ella, en ese sentido sí serían “clérigos de estado”, liberacionistas, abierta o solapadamente (bajo eso que llaman ‘teología del pueblo’), en causa común con los marxistas (aunque ninguno de los mandatarios es capaz de admitirlo y se esconden bajo rótulos como ‘progresismo’ ó ‘alternativos’ u otros). Por lo que consecuentemente no queda otra opción qué pensar, Francisco en su discurso se refería a lo que ocurría hasta no hace mucho tiempo en América Latina, y allí sí claramente se tildaba a la Iglesia de mandar y tener ingerencia con la marcha en el día a día de los estados, en ese caso sí serían “clérigos de estado”.
En este reporte de Rome Reports se muestra uno de los pasajes en cuales Francisco hace énfasis en lo de “Pastores del pueblo, y no clérigos de estado”, el cual se nota fue improvisado en el momento y añadido al texto preparado con antelación.
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