El Sr. Bilgri ya el pasado año había contraído nupcias por las vía civil con su ‘pareja’ —de pecado, de ello posteamos una foto—, ahora lo ha hecho en ceremonia religiosa.
Ex monje se casa con un hombre en una iglesia católica de Múnich
Britta Schultejans, dpa
Múnich, 8 oct (DPA) — El exmonje benedictino alemán Anselm Bilgri perdió hace tiempo la paciencia con su antigua Iglesia. A fines de 2020 se alejó de la Iglesia católica romana y halló un nuevo hogar espiritual entre los Viejos Católicos.
Por ello, luego de haber estado obligado durante décadas a respetar el celibato católico romano, hoy puede hacer algo que durante mucho tiempo era impensable para él, casarse con un hombre y en una iglesia católica ubicada en el centro de Múnich.
"Quería estar en una iglesia en la que pudiera estar casado con mi marido", fue una de las razones de su conversión que dio este hombre de 68 años, que en su día fue ordenado sacerdote por quien luego sería papa de la Iglesia católica, el alemán Joseph Ratzinger.
Entre los Viejos Católicos o Veterocatólicos, incluso el matrimonio entre personas del mismo sexo ya no es un problema.
La Iglesia católica romana, por su parte, lleva años luchando por encontrar una forma moderna de tratar a los creyentes queer, ni siquiera permite oficialmente las ceremonias de bendición de parejas homosexuales, con lo que vuelve a frustrar una y otra vez a los creyentes liberales.
Para algunos, la Iglesia católica antigua se está convirtiendo en una alternativa real. El segundo ejemplo destacado, además de Bilgri, es el exvicario general de la diócesis de Speyer Andreas Sturm, que escribió sobre su conversión a los Viejos Católicos en el verano europeo en un libro titulado "Tengo que salir de esta Iglesia".
De hecho, el año pasado se unió el doble de personas a la Iglesia católica antigua que en 2020, si bien todavía el número está en un nivel muy bajo. En 2021 se incorporaron 386 personas, y al corte del 31 de diciembre, según sus datos, el total de afiliados era de 14.923.
"Estamos creciendo", dicen desde la diócesis de los Viejos Católicos. Qué frase para una Iglesia católica en estos tiempos. A modo de comparación, el año pasado 359.338 fieles dieron la espalda a la Iglesia católica romana, casi 86.600 más que en el anterior año récord de 2019.
Aunque la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) -impulsada por la iniciativa "Out in Church"- está trabajando ahora en una nueva ley laboral para los empleados homosexuales y las ceremonias de bendición de homosexuales en el marco de la campaña "Love Wins" (El amor gana), que acaparan titulares y que aparentemente no generaron sanciones para los sacerdotes implicados, nada ha cambiado en la línea oficial de la Iglesia.
En marzo de 2021, la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano dejó en claro que "no está permitido" bendecir a las parejas homosexuales, ya que tales uniones "no pueden ser reconocidas como objetivamente ordenadas a los planes revelados de Dios".
En septiembre, un texto fundamental sobre la moral sexual de la Iglesia no consiguió la necesaria mayoría de dos tercios de los obispos en la votación en el marco del proceso de reforma alemán "Camino Sinodal". Una bofetada para todos los que esperaban una señal fuerte de reforma.
La situación es diferente entre los Viejos Católicos. Según la diócesis de Bonn, ya en 1996 dos mujeres fueron ordenadas sacerdotisas por primera vez en Alemania.
Los divorciados y vueltos a casar -a diferencia de la Iglesia católica romana- no están excluidos de la comunión, no hay celibato, sino jerarquías planas y una estructura democrática.
Esto es básicamente todo lo que la Iglesia católica romana en Alemania está debatiendo actualmente en el proceso de reforma "Camino Sinodal", con un amenazante y definitivo "no" de Roma a todo lo que está a la vista.
Sin embargo, una pequeña tendencia en las diócesis católicas romanas de Alemania llamada "pastoral del arco iris", especializada en la atención pastoral a los creyentes queer, muestra que algo puede cambiar en las parroquias a pesar de las estructuras rígidas y aparentemente inmutables.
Está presente en alrededor de la mitad de las 27 diócesis, según las estimaciones de la entidad católica "Wir sind Kirche", y la archidiócesis de Múnich también tiene ahora un proyecto de este tipo.
"La práctica tiene que cambiar", comenta el director del proyecto, Michael Brinkschröder, miembro del grupo de trabajo ecuménico Homosexuales e Iglesia (HuK), que tiene grandes esperanzas en este proyecto de dos años.
El lanzamiento oficial tendrá lugar el domingo por la tarde con un servicio religioso en Múnich. Para entonces, el ex monje Bilgri y su marido ya llevarán un día de casados.