Dos informaciones sobre la actual situación de la Iglesia en Nicaragua.
La primera proviene de la propia arquidiócesis de Managua, la cual informa de la prohibición de una procesión “por motivo de seguridad”. Reporte de VOA News, Ago-12-2022.
+++Comunicado de la Arquidiócesis sobre las actividades por motivo de la conclusión del Congreso Mariano.
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— Arquidiócesismanagua (@arquimanagua) August 12, 2022
SAN JOSÉ, COSTA RICA — La Policía Nacional de Nicaragua, controlada por el presidente Daniel Ortega, canceló una masiva procesión organizada por la Iglesia Católica que estaba programada para el 13 de agosto en ocasión al denominado “Congreso Mariano”, que culmina con el recorrido de la imagen de Nuestra Señora de Fátima en Managua.
La Policía argumentó la cancelación por supuestos “motivos de seguridad interna”, según informó la Arquidiócesis de Managua, que pidió a los creyentes católicos que en lugar de la peregrinación, llegaran a la Catedral en Managua ese día “para rezar por la Iglesia y por Nicaragua”.
La cancelación de la procesión de la Virgen es un hecho sin precedentes en Nicaragua en los últimos 30 años.
Ortega y su esposa, Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, han arreciado la persecución contra la Iglesia durante los últimos dos meses, y acusan a los sacerdotes de intentar darles un golpe de Estado en 2018.
Dos sacerdotes han sido arrestados y el gobierno lleva a cabo investigaciones contra otros que critican la gestión de Ortega.
Murillo en sus intervenciones diarias en los medios se refiere a los sacerdotes como «falsos» y «manipuladores».
Suspensión de otras actividades religiosas
La pareja en el poder también ha anulado en los últimos dos meses 11 radioemisoras locales y cinco canales de televisión por cable, la mayoría pertenecientes a la Iglesia católica.
“Nos han cerrado todas nuestras radios, pero la palabra de Dios, no la callarán”, reaccionó en Twitter monseñor Rolando Álvarez, quien dirigía las emisoras. Luego de ese comentario, la casa cural donde se encuentra fue cercada por policías que hasta este viernes se mantienen bloqueándo la salida.
La Policía también abrió una investigación contra Álvarez por supuestamente “organizar grupos violentos” e “incitarlos a cometer actos de odio”.
Suspensiones de procesiones en todo el país
En otras partes de Nicaragua también se han anunciado restricciones relacionadas con las actividades de la Iglesia. En la parroquia San José de Terrabona, en Matagalpa, el sacerdote Aníbal Manzanares Tinoco dijo al diario La Prensa que la policía le prohibió realizar procesiones y otras actividades fuera del templo.
Según el sacerdote nicaraguense Edwin Román, exiliado en Estados Unidos, en el país ya “no existe libertad religiosa, libertad de expresión, libertad de circulación ni de movilizaciones cívicas”.
“Se vive reprimido”, subrayó Román a la VOA.
Condeno el secuestro de mi hermano Mons. Rolando Álvarez de parte de la dictadura de Nicaragua. Estoy cerca de él con mi cariño y mi oración. Es una luz que brilla en las tinieblas, que las tinieblas no podrán apagar (cf. Jn 1,5). ¡Él y quienes lo acompañan deben ser liberados! pic.twitter.com/T7wclXgHpL
— Silvio José Báez (@silviojbaez) August 12, 2022
La segunda información se basa en unas declaraciones en Twitter del exiliado obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, quien ahora vive en Miami y a quien nunca le dieron un encargo en el Vaticano, como dijeron hace 40 meses cuando la Casa Santa Marta le concedió su cabeza al régimen.
Información de agencia EFE, Ago-12-2022.
Managua, 12 ago (EFE).- El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, calificó este viernes de "secuestro" la situación que vive el también obispo nicaragüense Rolando Álvarez, a quien la Policía Nacional acusa de intentar "organizar grupos violentos" y lo mantiene sitiado y retenido en un Palacio Episcopal desde hace nueve días.
"Condeno el secuestro de mi hermano Mons. Rolando Álvarez de parte de la dictadura de Nicaragua", en alusión al Gobierno del presidente Daniel Ortega, escribió en Twitter el obispo Báez, quien se encuentra fuera del país desde hace 40 meses por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad.
"Estoy cerca de él (Álvarez) con mi cariño y mi oración. Es una luz que brilla en las tinieblas, que las tinieblas no podrán apagar (cf. Jn 1,5). ¡Él y quienes lo acompañan deben ser liberados!", abogó el obispo auxiliar de Managua.
Álvarez, de 55 años y obispo de la Diócesis de Matagalpa, administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, se encuentra confinado junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas, y dos laicos, en el Palacio Episcopal provincial desde el jueves de la semana pasada, que está sitiado por fuerzas especiales policiales.
El obispo, un crítico de Ortega, fue acusado el viernes pasado por la Policía Nacional de intentar "organizar grupos violentos", supuestamente "con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales".
La acusación se dio un día después de que el religioso fuera impedido por la Policía de oficiar una misa con los feligreses en una parroquia.
Minutos antes de publicar su razonamiento sobre Álvarez, el obispo Báez explicó que estaba en un retiro espiritual y que ha vivido 15 días "de silencio, dedicado a la oración y a la escucha de la voz del Señor" fuera de Estados Unidos, donde reside, en una comunidad de la Compañía de Jesús.