Para ser sinceros, nos da mala espina que en tan corto lapso The Washington Post haya dedicado dos artículos sobre las restricciones a la Misa en latín que impuso el cardenal Wilton Gregory el pasado Viernes en aplicación del motu proprio Traditionis Custodes. Se nos ocurre que estos dos artículos son una especie de concesión del diario, plasma las impresiones de algunos de los afectados las cuales, no era para menos, van en el mismo sentido de mezcla de sentimientos no favorables, para en un artículo posterior entrevistar a Gregory y ya a sus anchas este emite sus posiciones sobre las restricciones, el medio de paso aprovecharía para preguntarle sobre otros temas más ‘taquilleros’, como por ejemplo el caso de la pro-abortista Nancy Pelosi quien por desempeñar su trabajo en Washington no tiene restricción alguna para acceder a la Sagrada Comunión, cosa que tiene expresamente prohibido en su arquidiócesis de residencia, San Francisco, California. Caso parecido el del “católico practicante” Joe Biden, presidente de EEUU, otro furibundo pro-abortista. Es decir, y especulando, cabría la posibilidad de que el periódico ya haya concertado una entrevista con el cardenal Gregory, la cual publicará más adelante, pero necesita preparar el terreno con las opiniones en contrario que ha plasmado en estos dos artículos.
Ocupándonos del artículo más reciente, vamos a traducir las partes en las cuales hablan los afectados, como hicimos en una entrada anterior reciente. El artículo lleva fecha, Jul-24-2022, se centra en lo que ocurre en la parroquia de Santa María Madre de Dios de Washington, y recoge opiniones de fieles que asistieron a la Misa dominical de ayer (aparecido en la edición impresa del periódico el Lunes, Jul-25-2022, con unas ligeras modificaciones).
“Para ser honesta, ha sido devastador”, dijo Erin Menke, de 42 años, cuya familia ha asistido a St. Mary durante casi dos décadas. Tres hijos han sido monaguillos en la parroquia. Para ayudar al párroco, aprendieron minuciosamente las complejidades de la Misa en latín, que incorpora elementos tradicionales como el incienso, el canto gregoriano y gestos y palabras elaborados que a menudo faltan en la forma moderna de la Misa.
“Hay una reverencia sagrada que es simplemente hermosa”, dijo Menke. “Estas palabras que se dicen y se han dicho durante siglos en la iglesia, a menudo se sienten como lo más cercano al cielo que tenemos. Por darnos cuenta de que vamos a perder eso, estamos en estado de shock”.
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“Sientes una conexión con todos los católicos que te precedieron y celebraron usando esas mismas palabras”, dijo Matthew Balan mientras se sentaba en los bancos de madera. Viene de una familia de católicos que se remonta a generaciones en Filipinas. Balan conoció a su esposa en St. Mary asistiendo a la Misa en latín y también se casaron allí.
Pero ahora no está seguro de si ellos y sus dos hijos pequeños permanecerán en la parroquia o se mudarán a uno de los otros lugares que aún ofrecen Misa en latín.
“Es un momento confuso para muchos de nosotros”.
En un sentido sermón el Domingo, De Rosa reconoció el dolor, la ansiedad y el desconcierto que muchos estaban sintiendo. Y le dijo a su rebaño que compartía esos sentimientos.
“Toca los hilos de mi corazón”, dijo. “Hay algo que se siente desagradable en todo esto. … Pero mi objetivo es mostrarles que su padre aquí y otros padres en esta diócesis sienten su dolor”.
De Rosa instó a este rebaño a aferrarse a la verdad, la unidad y su fe a lo largo de los cambios sísmicos que se avecinan para su parroquia.
Aproximadamente el 60 por ciento del dinero de la colecta de la iglesia proviene de los feligreses que asisten a la Misa en latín de las 9 a. m. los Domingos, dijo Sylvester Giustino, quien es miembro del consejo de finanzas de la parroquia.
“Me preocupa nuestra parroquia y lo que suceda en Septiembre”, dijo. “Estoy planeando quedarme. St. Mary se ha convertido en un hogar para mí. Pero para otros que se van, puedo entender eso también. No solo estamos perdiendo la Misa en latín. Vamos a perder muchas familias y personas que han sido parte de esta comunidad por años”.