Friday, June 03, 2022

Santa Sede ordena suspensión de ordenaciones previstas en la diócesis francesa de Fréjus-Toulon


Este caso se nos parece demasiado al caso de Ciudad del Este, Paraguay, al comienzo del mandato de Francisco, es de presumirse futuros desarrollos, como el descabezamiento del obispo.

Este es un artículo de Ecclesia, Jun-03-2022.

La Santa Sede ordena aplazar las ordenaciones previstas en la diócesis francesa de Fréjus-Toulon

Adopta la medida tras una visita apostólica encomendada al arzobispo de Marsella para aclarar «la política de acogida» de los candidatos al sacerdocio

Por REDACCIÓN RELIGIÓN


Sobresalto en la Iglesia francesa. La Santa Sede ha ordenado suspender temporalmente las ordenaciones en la diócesis de Fréjus-Toulon. Ha sido el propio obispo, Dominique Marie Jean Rey, el que ha hecho pública la noticia este jueves, 2 de junio, mediante un escueto comunicado en el que no se explicitan los motivos. El prelado informa, eso sí, de que el arzobispo Jean-Marc Aveline, cardenal electo de Marsella y metropolitano de esa provincia eclesiástica, ha realizado una «visita fraterna» en los últimos meses a petición de la Santa Sede, y que en ella se trataron cuestiones planteadas por algunos dicasterios romanos concernientes a «la reestructuración del seminario y la política de acogida de la diócesis». Como resultado de esa visita, se les pide ahora que «pospongan las ordenaciones diaconal y sacerdotal previstas para finales de junio».

La medida atañe a seis diáconos y cuatro sacerdotes. No se especifica cuándo podrán ser ordenados, ni tampoco si la decisión adoptada afectará en el futuro a otros candidatos.

«Acogemos esta petición con dolor y confianza a la vez, conscientes de la prueba que representa sobre todo para los que se preparaban para recibir la ordenación», dice en su nota el obispo Rey, de 69 años, que lleva 22 al frente de Fréjus-Toulon. «Nos comprometemos a apoyarles en la oración y a seguir acompañándoles en su camino. Os animo a cada uno de vosotros a rezar también por nuestra diócesis, hasta que la situación se aclare por el bien de todos», añade.

Seminario floreciente

La diócesis de Fréjus-Toulon cuenta con uno de los seminarios más florecientes del país. En 2020 se formaban en él 65 seminaristas. Otro dato permite apreciar también la pujanza vocacional de la diócesis: si París, la mayor archidiócesis de Francia con más de un millón de católicos, contaba ese año con 1.071 sacerdotes (598 diocesanos), Fréjus-Toulón, con poco más de 600.000, presentaba la nada desdeñable cifra de 284 (215 diocesanos). Y de un perfil bien distinto, pues el 75% de los presbíteros tienen ahí menos de 64 años, y el 30% menos de 44.

El éxito del obispo Rey se debe a su política de aceptar a cuantos llaman a su puerta, ya se trate de candidatos franceses o de otros países. El prelado, además, ha hecho de su sede un auténtico «laboratorio» de catolicismo, al acoger a miembros de todas las corrientes y sensibilidades eclesiales, incluida la tradicionalista. Este hecho —algunos habían denunciado una «deriva tradicionalista»— y la aceptación de candidatos problemáticos que habían sido rechazados por otros prelados o en sus comunidades de origen, podría estar en el origen de la intervención vaticana.

¿La iglesia se abre a los homosexuales y trans? El Papa, ante un evento crucial en el Vaticano


El corresponsal de Clarín en el Vaticano, Julio Algañaraz, es quien firma el artículo que originalmente apareció ayer en en el sitio web con el títular que acaban de leer; hoy, en su edición impresa han hecho ligeras modificaciones en él. También, en su versión de la edición impresa se han eliminado los subtítulos que aparecen en la versión web, la cual es la que transcribimos. Para nosotros “Iglesia” es con “I” mayúscula, pero en el original no figura así y para el lobby “homosexuales” es una palabra ofensiva, no sabemos si fue por eso que en la edición impresa la cambiaron.

Expectativas y polémica
¿La iglesia se abre a los homosexuales y trans? El Papa, ante un evento crucial en el Vaticano

Francisco encabezará desde el 22 de junio el Encuentro Mundial de las Familias. Se esperan gestos hacia las parejas del mismo sexo.


El Vaticano, Corresponsal
Julio Algañaraz


La cita crucial es entre el 22 y 26 de este mes en el Vaticano en la décima edición Encuentro Mundial de las Familias, postergado por la epidemia de Covid-19. El Papa Francisco acogerá a los delegados de las conferencias episcopales, de los movimientos y de las asociaciones.

La gran novedad parece estar incubándose en los preparativos y en la nueva organización de uno de los dos acontecimientos masivos internacionales de la Iglesia. El otro es el encuentro juvenil.

La organización es “multicéntrica y difusa”. Amplía a las comunidades diocesanas de todo el mundo a programar iniciativas a partir del tema del encuentro que es: “El amor familiar, vocación y vía de la santidad”.

El Papa, en un videomensaje, ha invitado a los fieles a “ser vivaces y creativos para organizarse con las familias, en sintonía con lo que ocurrirá en Roma”.

Con este escenario internacional tan amplio conectado al centro del Encuentro en el Vaticano, se abre un espacio de apertura cuyas dimensiones son inciertas, para las familias homosexuales y transexuales y la bendición de las parejas masculinas, femeninas, mixtas y LGTB.

Esto se vio en el reciente censo argentino en el cual casi 60 mil personas no se identificaron en los dos sexos tradicionales y pudieron manifestarlo gracias a las últimas leyes en nuestro país sobre la materia.

El dilema de Francisco

Para la Iglesia católica la práctica de la homosexualidad y sus variantes está prohibida, es un pecado grave. En cuatro artículos en el Catecismo, se establece que la homosexualidad es “un desorden objetivo”.

La única salida es la castidad obligatoria. Se trata de una clausura total imposible de mantener en términos absolutos en las sociedades modernas, sobre todo en las democráticas.

Formalmente el Papa acepta esta fórmula porque no tiene otro remedio. Aprobar lo contrario desataría una crisis con características cismáticas que Jorge Bergoglio no puede afrontar. Debe avanzar a tientas con sutiles diferenciaciones. La Iglesia alemana se ha pronunciado en favor de eliminar la prohibición y una buena tanda de curas bendice las uniones homosexuales en las iglesias germanas.

Era de cambios

Al llamar a un nuevo Encuentro Mundial de las Familias, muchos temas vinculados a los temas de las orientaciones sexuales vuelven a plantearse.

Los tiempos cambian. Veamos el caso de Roberto.

Roberto Stevanato tiene 75 años y es un hombre muy católico como el resto de su familia. En Venecia hace veinte años que lucha contra la homotransfobia (odio a los homosexuales) en las sociedades civiles y sobre todo en la Iglesia Católica. Al cumplir 55 años su hijo Francesco le confesó que era gay. Acudieron padre e hijo por separado a su Iglesia, a la búsqueda de comprensión y consejos.

Francesco, que hoy tiene 39 años, le contó al párroco que era homosexual. El muchacho frecuentaba los grupos parroquiales, era y es muy creyente. Apenas terminó de hablar el cura lo echó de la parroquia y el domingo siguiente le rechazó la comunión. El párroco elevó al máximo el castigo y el escándalo aplicando despiadadamente las normas del Catecismo.

Roberto cuenta que “apenas nuestro hijo en lágrimas nos contó lo que ocurría con mi mujer nos dimos cuenta de que algo había que hacer”. La familia Stevanato, como les ocurre a muchas otras con este problema, había quedado aplastada entre el amor a sus hijos y el dogma.

La historia ha sido revelada veinte años después a la opinión pública italiana por Alice D’Este en el Corriere del Véneto.

Roberto y el resto de la familia decidieron luchar “porque a nosotros la condición de Francesco no cambiaba nada, es nuestro hijo y lo seguiremos amando sea cual sea su elección amorosa”.

Testimonios

El objetivo que asocia a la familia veneciana al Encuentro Mundial de las Familias tiene para los Stevanato otro lema más: “En la Iglesia católica las personas deben ser realmente aceptadas así como son”.

Con otros padres católicos con hijos homosexuales se han organizado en un grupo y la parroquia de Santa María Auxiliadora, por primera vez en la diócesis de Venecia, los recibió en un encuentro de intercambio de experiencias de vida y oración.

Los tiempos han cambiado en veinte años y el grupo se llama “Todos hijos de Dios”. Realizan una intensa actividad en sus parroquias. ”Sentimos la distancia las instituciones pero las cosas están mejorando”, dice Roberto.

En el grupo también hay fieles como uno de 61 años que entre sollozos les confió que también él era gay y que nunca tuvo el coraje de decírselo a sus padres antes de que murieran. Roberto contó el caso de un ragazzo que todos conocían y que asistió a reuniones del grupo hasta que un día se suicidó.

Familias arcoiris

La red de Venecia de familias “del arcoíris”, como las llaman se han esparcido por toda Italia en grupos que se denominan “Tres veces padres”. que luchan contra la incomunicación con las jerarquías “y la vida verdadera”.

El Patriarca de Venecia “sabe todo de nosotros” y los estimula porque “la nuestra no es una batalla contra las instituciones sino contra el dolor”.

Ahora llega el Encuentro Mundial de las Familias y estos temas estarán también sobre la mesa en Roma y en las diócesis de todo el mundo.

No se sabe aún si oficialmente serán admitidas las familias “del arco iris”. Pero el Papa los alentó hace poco afirmando que “el estilo de Dios es la vecindad, la misericordia y la ternura”.

A diferencia de las nueve ediciones anteriores del Encuentro, este vez no tendrá conferencias con estructura académica, sino será un momento de encuentro, escucha y debate entre los operadores de la pastoral familiar y matrimonial, según explican en el Vaticano.

En el Vaticano están previstos dos mil delegados elegidos por las conferencias episcopales, los Sínodos de las iglesias orientales y las realidades eclesiales internacionales.

Habrá 170 delegaciones de 120 países, integradas en su gran mayoría por familias que representarán los tres cuartos de los delegados, junto con sacerdotes y obispos responsables de las pastorales familiares en las Conferencias Episcopales.