La Universidad Católica de Ucrania se queja ante Francisco por su “inexplicable” elección de equiparar la cruz cargada por los ucranianos con la de los rusos con la esperanza de acelerar la llegada de un perdón recíproco.
“Abel y Caín no pueden cargar la cruz en el mismo momento, porque son cruces diferentes: La cruz de Abel es la de la víctima inocente y la de Caín representa el arrepentimiento del ofensor, pero no se pueden combinar, porque cada uno que quiera seguir a Jesús debe tomar su propia cruz (cf. Mat. 16,24). Los ucranianos ya cargan la primera cruz; los rusos todavía tienen que tomar la segunda cruz sobre sus hombros”, escribe Myroslav Marynovych, el vicerrector, en un ensayo publicado en el sitio web de la Universidad bajo el nombre “la cruz de Abel y la cruz de Caín son diferentes cruces”, en reacción a la decisión de que en el Vía Crucis en el Coliseo romano el Viernes Santo, durante la estación XIII, una mujer de Ucrania y otra de Rusia carguen conjuntamente la cruz.
“Definitivamente no hay mala voluntad en los escenificadores de la acción, más bien hay una incapacidad de ver desde dentro las circunstancias de esta guerra, y no sólo desde fuera. Entonces, los ucranianos no sienten justicia cuando oyen las palabras que les llegan en estos días del Papa Francisco”, escribe el profesor, y en otro aparte sobre su decisión de no pronunciar el nombre de Putin, “el Papa da la impresión de que busca separar al criminal del castigo merecido”.
“Sin embargo, la propaganda rusa ya está propagando la palabra sobre lo ‘inconmensurable de las sanciones’, que ablanda los corazones de muchos cristianos europeos. Ya sienten pena por los rusos y ya tratan de protegerlos de la responsabilidad y el castigo. Dicen que Putin está en guerra, no el pueblo ruso. Y así, dicen ellos, ¿por qué castigar rusos buenos que también sufren? ¿No es mejor que ambas naciones se den un apreton de manos ahora?”
“El Cristianismo no puede ser reducido a compasión sentimental, porque debe ser justo. Los compasivos europeos necesitan darse cuenta de que quitando responsabilidad a los rusos, les hacen un flaco favor. Porque el crímen del estado ruso en Ucrania, no entendido como un pecado y no sacado del alma por el arrepentimiento, lleva a un pecado peor todavía. Amar verdaderamente a los rusos es precisamente revelarles la escala de su crímen, permitirles que se horroricen por lo que han hecho, y dirijan sus almas a un sincero arrepentimiento delante de Dios y de los hombres. Sólo después de que el alma colectiva de los rusos tropiece ante el peso de su propia responsabilidad y llore lágrimas de arrepentimiento ante las víctimas, solo entonces abrirá la puerta al futuro”. También recuerda el profesor que luego de la segunda guerra mundial los alemanes lograron recorrer el difícil camino de la reconciliación pero sólo diez años después de su derrota.
“Si los rusos triunfan en esto —y si sí, cuándo— el futuro lo mostrará. Pero nuestras cruces, con las cuales vamos hacia Él, son diferentes: para algunos es la cruz del sacrificio, para otros es la cruz penitencial del pecador. Nuestras vestiduras con diferentes: el inocente asesinado tiene ‘vestiduras blancas’ (Ap. 6,11), y la de sus asesinos manchas de sangre (cf. Is. 59,3). Y aunque el amor del Señor es uno, nos habla diferente: a las víctimas con compasión, y a los ofensores con dureza. Y este es el significado de la justicia del Señor”, finaliza el profesor Marynovych.
Wednesday, April 13, 2022
L’Orient-Le Jour, Abr-13-2022, lo reseña, confirmando la información suministrada recientemente. Nuestra traducción.
BEIRUT — El Papa Francisco visitará Líbano el 12 y 13 de Junio, anunció el Miércoles el secretario del Vaticano para los estados, Richard Paul Gallagher, en una carta al Portavoz del Parlamento, Nabih Berri, reportó la agencia estatal National News Agency.
Del siguiente comunicado a los periodistas que publica la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Abr-13-2022, se infiere que Francisco visitará nuevamente a Benedicto para intercambiar los saludos pascuales, vista la falta de su mención en el mismo (nuestra traducción).
Comunicación a los periodistas
“Esta tarde, poco después de las 18:00 [horas], el Papa Francisco se ha acercado al Monasterio Mater Ecclesiae, en visita al Papa emérito por su próximo 95° cumpleaños. Después de una breve y afectuosa conversación, y después de haber orado juntos, el Papa Francisco ha regresado a la Casa Santa Marta”.
Iniciamos diciendo que el Vaticano todavía no ha dicho dónde será la Misa in Coena Domini presidida por Francisco, de la cual dijimos en su momento se echaba de menos.
Ha sido el periódico La Provincia de Civitavecchia en su edición de hoy el cual ha indicado que Francisco celebraría la Misa in Coena Domini en la cárcel de Civitavecchia, aclarando que nadie todavía confirmaba. Pero ahora ha sido el jefe de los capellanes de las penitenciarías italianas el que confirma, según varios medios, como en el caso de la siguiente información de agencia EFE.
El papa Francisco retomará mañana uno de los ritos que comenzó durante su pontificado, el de el “lavatorio de los pies” del Jueves Santo, y como en otras ocasiones acudirá a una cárcel, esta vez la de Civitavecchia, a las afueras de Roma, según confirmaron hoy los capellanes de la prisión.
El Vaticano por el momento no ha ofrecido información alguna sobre esta tradición, en la que el papa conmemora el lavado de los pies de los apóstoles durante la Última Cena, “In Coena Domini”, y los capellanes no lo han confirmado hasta hoy, la víspera.
“Estamos agradecidos al Santo Padre por haber elegido una vez más una periferia existencial para lanzar al mundo un mensaje de cercanía y esperanza”, celebró en un comunicado el jefe de los capellanes de las penitenciarías italianas, Raffaele Grimaldi.
Francisco, aquejado de un dolor en la rodilla que le dificulta el caminar, acudirá a esta prisión, que ya visitó en 1987 Juan Pablo II, para celebrar el rito con doce presos, como ya hiciera en años anterior, en las penitenciarías de Velletri y Rebibbia.
Francisco también eligió en años pasados un centro de refugiados, entre otros de religión musulmana, para el lavado de los pies y mandar así un mensaje de humildad y tolerancia.
Mientras que en los últimos dos años el rito del lavado de pies fue omitido debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia.
En esta Semana Santa, después de dos años de limitaciones por la pandemia, Francisco celebrará ante los fieles la llamada “misa crismal” de la mañana del Jueves Santo, en la que se bendicen los aceites que se van a utilizar durante los sacramentos a lo largo del año.
También volverá al Coliseo romano, símbolo del martirio de los primeros cristianos, el Vïa Crucis, que será presenciado por Francisco desde la colina del Palatino.
Mientras, se celebrará en la plaza de San Pedro una multitudinaria misa del Domingo de Resurrección.
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