Dos informaciones contradictorias relacionadas con China.
La primera proviene de AsiaNews, Abr-11-2022. Fíjense bien cómo termina el artículo porque ello sirve muy bien de enlace a la segunda información.
La Pascua de Xi Jinping: nuevas medidas contra la Iglesia no oficial
Las autoridades volvieron a llevarse a monseñor Shao Zhumin, el obispo de Wenzhou que había sido liberado a principios de noviembre, luego de un arresto anterior. También desapareció Monseñor Cui Tai, el obispo de Xuanhua. Llevaba más de 10 años bajo arresto domiciliario y se sospecha que lo torturaron.
Roma (AsiaNews) - En vísperas de las celebraciones de la Pascua, el régimen chino refuerza su control sobre la Iglesia "no oficial" (la llamada Iglesia “subterránea” o clandestina), reconocida por el Vaticano pero no por Beijing. Esto es lo que revelaron a AsiaNews algunas fuentes católicas de China.
El 7 de abril, las autoridades se llevaron a Mons. Shao Zhumin, obispo de Wenzhou (Zhejiang) a bordo de un avión. Los fieles locales están preocupados porque desconocen el paradero del pastor; además, la policía habría confiscado su teléfono móvil. Se sospecha que el gobierno quiso impedir que celebrara las celebraciones de Semana Santa, especialmente la Misa Crismal.
Poco tiempo atrás, la policía también había detenido al secretario diocesano Jiang Sunian, quien ya está de regreso. No es la primera vez que la policía arresta a monseñor Shao, incluso haciéndolo desaparecer durante meses. A principios de noviembre, fue puesto en libertad tras permanecer detenido varios días. A menudo se lo somete a un lavado de cerebro para empujarlo a unirse a la Iglesia "oficial", controlada por el Partido Comunista Chino (PCC).
La sombra de Beijing también se cierne sobre la diócesis de Xuanhua (Hebei). En enero, antes del Año Nuevo Lunar, las autoridades secuestraron a más de diez religiosos, entre ellos al obispo Agustín Cui Tai (que lleva más de diez años bajo arresto domiciliario) y a su adjunto Zhang Jianlin. Por el momento, no hay noticias de su posible liberación.
La represión contra la diócesis local se explica por las tensiones sin precedentes en la zona de Zhangjiakou. Allí se jugaron varias competiciones de los recientes Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing. A los ojos del gobierno, que se preocupaba de que todo saliera bien, la Iglesia católica representaba un factor desestabilizador.
La diócesis de Xuanhua fue fundada por la Santa Sede en 1946, pero en 1980 el gobierno estableció la diócesis oficial de Zhangjiakou, y las diócesis de Xuanhua y Xiwanzi quedaron incorporadas a ella. Sin embargo, la diócesis de Zhangjiakou no cuenta con el reconocimiento de la Santa Sede.
Además de las presiones ya habituales para doblegar a los pastores a la autoridad de la Asociación Patriótica Católica, expresión del Partido Comunista, el Gobierno chino estaría buscando información sobre monseñor Zhao Kexun, fallecido en 2018 y hasta entonces obispo ordinario de Xuanhua. Luego de una redada en 2007, el prelado vivió escondido en un lugar secreto para evitar problemas con las autoridades.
Según parece, la policía torturó a monseñor Cui (ver foto) y a algunos sacerdotes para obtener información sobre monseñor Zhao, incluido el lugar donde fue sepultado. Para la diócesis de Xuanhua, esta situación es un desastre sin precedentes. Muchos obispos y sacerdotes que fueron detenidos aún no han sido liberados. Los fieles no reciben atención pastoral. En Internet circulan noticias que difaman y calumnian a la Iglesia subterránea.
A pesar de que se ha firmado un Acuerdo sino-vaticano sobre el nombramiento de obispos -que fue renovado en octubre de 2020- no ha cesado la persecución contra los exponentes de la Iglesia, especialmente los no oficiales.
Pues bien, el cardenal Pietro Parolin concedió una extensa entrevista a la agencia CNA, la cual ha venido presentando artículos basados en ella y ya van por la tercera entrega (1, 2, 3). En esa entrega se refiere precisamente a la renovación del acuerdo Vaticano-China sobre la elección de obispos, el cual expira en Octubre de 2022.
Este es un reporte en español al respecto de agencia ANSA, Abr-11-2022.
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 11 APR - El Vaticano espera que el acuerdo reservado que alcanzó con el gobierno chino para la nominación de obispos, que vence el primero de octubre luego de haber sido renovado por dos años, pueda ser modificado para "revisar algunos puntos" y "hacer algunas precisiones".
Así dijo hoy el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, sobre el documento, cuyos términos no trascendieron que permitió hasta hora seis ordenaciones de obispos en China, aprobados tanto pro Beijing como por la Santa Sede.
"Estamos reflexionando sobre qué hacer, dijo el cardenal, estrecho colaborador del papa Francisco. El Covid nos afectó, porque interrumpió el diálogo que había en curso. Ahora tratamos de retomarlo con encuentros que esperamos que se produzcan lo antes posible".
En esos encuentros, afirmó Parolin, se hablará sobre los resultados del acuerdo y, eventualmente, sobre la necesidad de hacer precisiones o revisar algunos puntos".
Hasta la llegada del acuerdo, el gobierno comunista chino auspiciaba a la Iglesia católica patriótica, que no reconocía la Santa Sede, y cuyos obispos eran designados por los jerarcas de Bejing.