A los que el cardenal Bertone peyorativamante nos designó como “fatimistas” o “fatimitas” por afirmar, entre otras, que Rusia no ha sido consagrada al Inmaculado Corazón de María según el pedido de Nuestra Señora de Fátima, sistemáticamente nos enrostran la respuesta aquella de “eso ya lo hizo Juan Pablo II el 25 de Marzo de 1984”, y con eso trivializan el asunto. Es una respuesta preformateada, utilizada a gusto y discreción del consumidor.
Bueno, fíjense en la carta y los términos que los obispos de Ucrania le han escrito a Francisco haciéndole cierta solicitud.
Santo Padre:
En estas horas de dolor inconmensurable y de terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la frecuente y sincera súplica, apoyada por nuestros sacerdotes y personas consagradas, que nos llega de todo el pueblo cristiano, para que Su Santidad consagre a nuestra Patria y a Rusia.
Por lo tanto, pedimos humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima.
Que la Madre de Dios, Reina de la Paz, acoja nuestra oración: Regina pacis, ora pro nobis!
Ya saben qué le van a responder a estos obispos. Además, según la fraseología que emplean en su carta, ¿ahora a ellos también los van a enrolar en las filas de los “fatimistas” o “fatimitas”?