Sunday, January 16, 2022

Este es el primer sacerdote víctima en Argentina de Traditionis Custodes


Evidentemente los obispos coterráneos de Francisco por ningún motivo, bajo ninguna circunstancia van a aplicar el canon 87 del CIC para proteger a los fieles de las draconianas medidas de Tradictionis Custodes, como ha ocurrido en otras partes del planeta, no creemos que vaya a haber un obispo paisano de Francisco que lo haga, lo anotamos porque en el caso que referiremos podría haberse hecho pero no se hizo, en consecuencia se trata del primer sacerdote víctima en Argentina del dictatorial documento.

Ha ocurrido en la diócesis de Villa María, parroquia de la Exaltación de la Santa Cruz, cuyo párroco Mario Héctor Muñoz a tenor de las provisiones de Summorum Pontificum comenzó a celebrar la Misa según el vetus ordo, pero ahora con la publicación de Traditionis Custodes y la reciente aparición de las Responsa ad Dubia de la Congregación para el Culto Divino sobre su aplicación, su obispo le ha pedido la renuncia a la parroquia puesto que, como es apenas comprensible, este sacerdote no está dispuesto a obedecer ordenes injustas. Los medios de comunicación ponderaron la reciente manifestación de Francisco sobre la “cultura de la cancelación” (en realidad es más conocida por su nombre original en inglés, “cancel culture”, incluso en español) sin notar que Francisco ha creado la suya propia, como es el caso de este sacerdote en Argentina y varios en el planeta, quienes se convierten en estorbos para sus liberales o progresistas (o ambos) obispos, no han cometido ninguna falta y sencillamente no se les asigna ningún encargo, dejándoles en un limbo.

Las informaciones iniciales sobre la descabezada del P. Muñoz estuvieron llenas de errores (fuentes: Radio Suquía 96.5 FM, Radio FM 2000, Villa María Ya!) pero lo que se puede destacar de ellas es un comunicado del sacerdote en el cual manifestaba aspirar a poder hablar de la situación en las Misas dominicales, no sabemos si lo hizo. El comunicado del Padre decía:

"Estimados fieles: hubiese querido comunicar esta mala noticia de viva voz, pero como ya se va conociendo en la Diócesis, lo hago por este medio, esperando, Dios mediante, el próximo domingo en los horarios habituales de misa hablarlo con ustedes. El 16 de julio de 2021, el Santo Padre Francisco ha prohibido, en la práctica, la celebración de la Santa Misa tradicional. Al no acatar yo tal decisión, y seguir celebrándola, el obispo me ha pedido que presente la renuncia al oficio de párroco de la Exaltación de la Santa Cruz. Conservando intacto el cariño sacerdotal por ustedes, a fines de febrero o principios de marzo deberé abandonar la parroquia". Padre Mario Muñoz

Luego de ello, uno de sus homólogos sacerdote del mismo decanato al cual pertenece la parroquia del P. Muñoz, el sacerdote José María Delfino Carpené, intentó aclarar los errores en la información a los que nos referimos anteriormente, publicando en su página de Facebook la pretendida aclaración.

Aclaraciones sobre la renuncia del p. Mario Muñoz, cura párroco de Noetinger (Cba.)

Como ya es conocido por una gran parte de la población, a partir de una nota que se dio a conocer en un medio de periodismo digital leonense, el cura Párroco de la Pquia. "Exaltación de la Santa Cruz", Pbro. Mario Muñoz ha renunciado, a pedido del Sr. Obispo diocesano a su oficio de Cura Párroco de esa localidad.

La nota abre a polémica, y así se dieron las más variadas interpretaciones y valoraciones, y siendo el p. Mario compañero sacerdote de este decanato, y miembro del presbiterio diocesano, en conciencia y en justicia siento el deber de aclarar desde la verdad, lo sucedido para dar por mi parte finalizado este tema que ha traído desasosiego a algunas personas creyentes y no creyentes de esta comunidad.

1. El P. Mario Muñoz hace algunos años, visto el amplio permiso que SS Benedicto XVI otorgó a los sacerdotes católicos para poder celebrar la Misa Gregoriana (llamada también Tridentina, de Pío V, o usus antiquor) mediante el MP Summorum Pontificum (2007), optó por celebrarla en su comunidad parroquial. El Papa en ese momento dijo que el rito Romano tenía dos expresiones, una ordinaria dada por el Novus Ordo del Concilio Vaticano II, y otra extraordinaria que constituiría la Misa también llamada “de siempre”, la Gregoriana.

2. La normativa era sumamente amplia, el sacerdote bajo ciertas condiciones podía celebrar perfectamente este rito en latín y con los misales propios y las correspondientes guías para los participantes para poder seguir adecuadamente la liturgia.

3. El Santo Padre Francisco, en julio de 2021 emite la carta Traditiones Custodes, restringiendo las amplias facultades dadas en Summorum Pontificum, determinando que la única forma del rito romano de su lex orandi es la celebrada con los misales que rigen la Misa del Concilio Vaticano II (novus ordo), sumado a eso, en diciembre pasado, se emite un documento "Responsa ad dubia" («Respuestas a las dudas») de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos sobre ciertas disposiciones del Motu Proprio Traditionis Custodes, dando normas estrictas sobre la aplicación del mismo.

4. Es claro que, tanto Traditiones Custodes, como las normas de aplicación de diciembre se constituyen en ley de la Iglesia, la que cada obispo diocesano o equiparado, debe aplicar y observar que se cumplan en su diócesis.

5. A partir de allí, y con mucha buena voluntad del obispo de Villa María, como de parte del P. Mario Muñoz, conversaron y buscaron de una y otra forma como encuadrar la obediencia que se debe a estas nuevas disposiciones, por supuesto que sin casi ya margen alguno, dada la naturaleza de la legislación que está vigente. El P. Muñoz, ha referido que ha encontrado en la celebración de la Misa Gregoriana un tesoro que no está dispuesto a abandonar, y desinterés por celebrar el rito del "novus ordo". El obispo ante esta opción es que le pide la renuncia a su oficio pastoral, puesto que la ley debe ser obedecida, más allá que varios académicos, liturgistas, y teólogos ven en las nuevas medidas errores y una notoria antipatía por el uso antiguo, aunque otros apoyan incondicionalmente las medidas.

6. Las personas, clérigos o laicos, que han optado por celebrar el uso antiguo, entiendo que lo hacen por convicciones serias de espiritualidad y amor a la Tradición (para la cual hay que tener preparación y disposiciones especiales que nadie puede juzgar) y que en la mayoría de los casos, se impone a sus conciencias, y allí no se puede entrar. Sin embargo, para la comunión con la Iglesia se pide obediencia. El p. Mario libremente ha decidido en contrario, por ello en clima amistoso, y no sin dolor de su parte, como igualmente del obispo diocesano, ha presentado su renuncia, y se retira por un tiempo. No podemos sino respetar y orar.

7. De ninguna manera ha existido intervención alguna de la Autoridad Suprema de la Iglesia (Papa o Dicasterio de la Curia Romana), todo ha sido resuelto en diálogo franco con el obispo diocesano que ha cumplido con su deber después de mucho esfuerzo y opciones que le ha ofrecido al sacerdote.

8. Frente a mal intencionadas interpretaciones o queriendo sembrar dudas, que detrás de esta situación litúrgico disciplinar, podría haber otros motivos oscuros que ocasionan la renuncia, debo como sacerdote, y colega del p. Mario, decir que no existe nada más. El tiempo de reflexión del sacerdote en cuestión no es ninguna pena canónica, sino una opción libre que él ha tomado.

Recemos todos por la unidad de la Santa Iglesia, por la restauración del orden, la disciplina para todos, y a seguir adelante con la fuerza del Espíritu Santo.

P. José María Delfino Carpené
Párroco de Leones


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El Vaticano Está Perdiendo En América Latina


Este artículo de The Wall Street Journal, originalmente en inglés, lo vimos en su edición web con un titular, luego en su edición impresa con otro, el cual es el que hemos escogido nosotros para titular, en la traducción de La Nación para su versión web aparece con un titular diferente al de los dos anteriormente nombrados y, finalmente, en la versión impresa de ese mismo diario, Ene-16-2022, aparece con otro titular. Será cosa de los editores. El argumento principal del artículo trata sobre una realidad sobrediagnosticada desde comienzos de los años 70, la perdida en América Latina de fieles católicos que abrazan otras confesiones, incluso recientemente la agencia Associated Press publicó un artículo en el que detalla cómo estos latinoamericanos, excatólicos, están exportando sus nuevas creencias a España. ¿Seguimos llamando a América Latina “tierra de la esperanza”?

La Iglesia Católica pierde terreno en la región a manos del evangelismo

La elección de Francisco como papa en 2013 no modificó un fenómeno que crece desde hace varios años

F. Rocca, L. Magalhaes y S. Pearson
THE WALL STREET JOURNAL


RÍO DE JANEIRO.–
Antes, Tatiana Aparecida de Jesus hacía la calle como cualquier trabajadora sexual de Río de Jainero, a veces drogada con paco o cocaína. Tatiana es madre de cinco hijos, y el año pasado se unió a una pequeña congregación de evangelistas pentecostales del centro de Río llamada Santificación del Señor, y dejó atrás la mala vida.

“El pastor me abrazó sin hacer preguntas”, dice Tatiana, de 41 años, que fue criada en el catolicismo y se unió a la iglesia pentecostal en medio de la pandemia. “Cuando sos pobre, un abrazo es muy diferente a que te digan ‘buen día’ o que simplemente te den la mano”.

Durante siglos, ser latinoamericano era ser católico, y el catolicismo no tenía prácticamente rivales en la región. Pero hoy el catolicismo ha pedido adherentes frente a otros credos en la región, especialmente el pentecostalismo. También hay muchos que se declaran cristianos “sin iglesia”, y ese giro no se ha frenado con la llegada del primer papa latinoamericano.

Ya en 2018, siete países de la región –Uruguay, República Dominicana y cinco de América Central– tenían una mayoría autopercibida de “no católicos”, según Latinobarómetro, una encuestadora con sede en Chile. Y según estimaciones de académicos que monitorean la filiación religiosa en la región, este año se producirá un hito simbólico: este año los católicos pasarán a ser minoría en Brasil, el país con mayor cantidad de católicos de todo el mundo.

En el estado de Río de Janeiro eso ya sucedió. Los católicos representan el 46% de la población, según el último censo nacional de 2010, y apenas más del 30% en algunas favelas y en los barrios marginales más afectados por la pobreza.

“El Vaticano está perdiendo el país católico más grande del mundo, es una pérdida enorme, irreversible”, dice José Eustáquio Diniz Alves, destacado demógrafo brasileño y exprofesor de la agencia nacional de estadísticas. Diniz Alves estima que, al ritmo actual, para principios de julio los católicos representarán menos del 50% de todos los brasileños.

Las razones de este cambio son complejas, incluidos los cambios políticos que redujeron las ventajas que tenía la Iglesia Católica sobre otras religiones, así como la creciente secularización en gran parte del mundo. Diniz Alves destaca que durante la pandemia las iglesias evangélicas fueron especialmente efectivas en el uso de las redes sociales para mantener contacto con sus fieles.

Desconexión

Los críticos dentro y fuera de la Iglesia Católica también señalan la incapacidad de la institución para satisfacer las demandas religiosas y sociales de la gente, especialmente de los más pobres. Muchos latinoamericanos consideran que la Iglesia Católica está desconectada de las penurias diarias de sus seguidores.

La menguante influencia del catolicismo en América Latina tiene consecuencias sociales y políticas de largo alcance. En países como Brasil, esa ola de conversiones hacia el cristianismo pentecostal fue la que aupó la agenda social conservadora desde los pasillos de las favepor las hasta los pasillos del Congreso, y la que en 2018 ayudó a instalar en la presidencia al ultraderechista Jair Bolsonaro.

El pentecostalismo es una tradición que se originó en Estados Unidos y que enfatiza el contacto directo con el Espíritu Santo a través de formas de adoración muy corporales y físicas. Es parte del movimiento evangélico en general, que recalca la autoridad de la Biblia, la experiencia de “nacer de nuevo” y la misión de ganar nuevos adeptos. Las principales iglesias protestantes, como la anglicana y la luterana, han hecho relativamente pocos avances en América Latina.

En los países donde cada vez hay menos personas con alguna afiliación religiosa, las prácticas sociales más liberales van en aumento. La Argentina, el país natal de Francisco, legalizó el aborto el año pasado, y el Congreso de Chile está dando los primeros pasos en ese mismo sentido. Hasta en México, donde la gran mayoría sigue siendo católica, el control de la Iglesia sobre la sociedad es cada vez más débil, como se vio reflejado en septiembre en la votación de la Corte Suprema para despenalizar el aborto.

Según datos del Vaticano, en América Latina y el Caribe viven el 41% de los católicos del mundo. Los cálculos de cuántos latinoamericanos siguen siendo católicos varían, pero todos concuerdan en que los porcentajes están cayendo. Según una encuesta del Centro de Investigaciones Pew de 2014, aunque el 84% de los latinoamericanos se había criado en la Iglesia, solo el 69% se definían como católicos. El 19% de los latinoamericanos se identificaron como protestantes, y de ellos, el 65% se identificaron como pentecostales.

Desde la elección de Francisco, que cuando era arzobispo de Buenos Aires solía reunirse con líderes evangélicos y pentecostales, el Vaticano ha buscado coexistir pacíficamente con otros credos, en vez de luchar contra la marea en ascenso de los credos rivales.

El Papa no es muy afecto a las embestidas misioneras destinadas a ganar adeptos. En un sínodo del Vaticano de 2019 sobre la región del Amazonas, apenas se habló de la pérdida de seguidores de la Iglesia, a pesar de un informe de una agencia del propio Vaticano que reveló que el 46% de los 34 millones de habitantes de la región amazónica no eran católicos. La reunión dedicó más atención a los desafíos ambientales de la región, una causa emblemática del pontificado actual.

El pentecostalismo tiene una estructura organizativa muy flexible que lo ayudó a incursionar y sentar bases en los barrios más pobres de América Latina, donde las iglesias ofrecen tanto ayuda material como espiritual. Hay iglesias dirigidas laicos que con una feligresía de unas pocas decenas de familias logran organizar colectas de arroz para los que pasan hambre, financiar clubes de fútbol para alejar a los jóvenes de las bandas narco y consiguen atención médica privada como alternativa a los hospitales públicos.

Según la encuesta Pew de 2014, la razón más extendida entre los excatólicos latinoamericanos para volcarse hacia alguna forma de protestantismo fue tener una conexión más personal con Dios, motivo citado por el 81% de los encuestados. Casi seis de cada 10 personas dijeron haber abandonado el catolicismo porque encontraron “una iglesia que ayuda más a sus miembros”.

Espiral

Para Jaime Martins, un abogado de 45 años de Río de Janeiro, ese punto de inflexión llegó en 2016, cuando la crisis económica de Brasil lo dejó sin nada y quedó sumido en una espiral descendente de depresión y adicciones. Su esposa lo abandonó, tuvo problemas con la policía y terminó deambulando de noche por las autopistas de la ciudad. “Quería que me atropellara un auto”, dijo.

Una iglesia pentecostal de Río financió su programa de rehabilitación de las drogas y otra le dio alojamiento y trabajo como colaborador de la iglesia, recuerda Martins.

“Los sacerdotes católicos no se sentaban ni a tomar un café con nosotros”, recuerda Martins.

Los miembros del clero católico saben que tienen que ser más accesibles para los fieles siguiendo el ejemplo del papa Francisco, que cuando era arzobispo de Buenos Aires enfocaba su atención pastoral en los barrios más pobres.

“Tenemos que ser mucho más accesibles y estar mucho más cerca de la gente”, dice el padre Gustavo Morello, miembro de la orden jesuita a la que pertenece el papa argentino, profesor de sociología del Boston College y un estudioso del pluralismo religioso en América Latina.

Francisco no desatendió en absoluto a la región durante su pontificado. De hecho, su primer viaje internacional fue a Brasil, en julio de 2013, y desde entonces ha visitado otros nueve países de la región. Sin embargo, queda claro que Francisco no tiene intenciones de ponerse al frente de una cruzada para recuperar la región para el catolicismo.

“La Iglesia ciertamente no puede aspirar a dar vuelta la historia, y menos aún a imponer una especie de hegemonía centralizada”, dice Pedro Morandé Court, sociólogo chileno y miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, un órgano colegiado de académicos de todo el mundo que asesora al Papa.

Traducción de Jaime Arrambide