Thursday, September 02, 2021

Gran Rabino de Roma interviene en controversia sobre palabras de Francisco respecto de la ley Mosaica


No alcanzó la exégesis de Tucho ni las improvisadas palabras de Francisco ayer en su catequésis para satisfacer la inconformidad de los “Hermanos Mayores” sobre unas expresiones de Francisco en su catequésis de Ago-11-2021 respecto de la ley Mosaica. Quien ahora aparece en escena es Riccardo Di Segni, Gran Rabino de Roma, con una carta al director del diario La Repubblica, publicada Sep-02-2021 (nuestra traducción).

Torá, una lección de respeto

Riccardo Di Segni
Gran Rabino, Comunidad Judía de Roma


Querido director,

Mientras nuestras preocupaciones se concentran en el Covid y los hechos afganos, parecería extraño distraernos sobre una pequeña reciente controversia interreligiosa. Pero el tema es de algún interés y las explicaciones son útiles. La cosa nace de un reciente comentario papal sobre la carta de Pablo a los Gálatas, en el que habla del papel de la ley, la Torá, con respecto a la fe; se produjo una protesta. Para defender a Pablo y a quien lo ha citado se trajo a colación el Baal Shem Tov (muerto en 1760), el mítico fundador del Jasidísmo en Europa del Este, con una frase sobre el sentido de las acciones; de él se puede comenzar con otra frase suya. En los días del Baal Shem Tov no había transporte público y había que fiarse de cocheros desconocidos. El Maestro, que viajaba mucho, tenía una regla para decidir quién era digno de confianza. Si el cochero, al pasar frente a una iglesia, hacía la señal de la cruz, se podía confiar en él. Para el Baal Shem Tov, un simple acto de fe, aunque no fuera judío, era una licencia de credibilidad. La fe cuenta mucho para los grandes maestros del judaísmo. La religión judía está hecha de reglas que deben observarse, junto con un sistema de creencias. Desde orígenes lejanos hasta hoy, se discute en el judaísmo sobre el valor que pueda tener la observancia de los preceptos sin una adecuada participación espiritual, sin creer. Los Maestros que antes y después del Baal Shem Tov han subrayado la importancia absoluta de la fe son muchos. Pero ninguno de estos se ha soñado jamás decir que si no hay fe no hay necesidad de observar, y que la observancia sólo sirve para preparar para una nueva fe. El problema lo planteó el cristianismo naciente, sobre todo cuando tuvo que encontrar una fórmula para diferenciarse de la matriz judía. La solución propuesta por Pablo fue, muy simplemente, que no solo debía prevalecer la fe, sino que la observancia ahora estaba superada; se necesitaba creer y no someterse a las leyes de la Torá. En esta elección suya, Pablo recordó temas discutidos en el judaísmo de su tiempo, estaba convencido de que los nuevos tiempos requerían reformas radicales, pero diciendo que la Torá fue abrogada se ponía fuera del judaísmo y creaba una religión diferente.

Pero hoy, ¿qué nos importan estas discusiones de hace dos mil años? Es porque pueden ser objeto de predicación al público en general, abriendo escenarios problemáticos. Porque volver a proponer en términos simplificados las antiguas contraposiciones implica el riesgo de confirmar estereotipos hostiles, en el caso particular el del judaísmo como religión abrogada y formalista, toda deberes, sin espíritu, ni simple preparación, “pedagogía” para la nueva fe. Tratar estos temas requiere atención y valoración de las consecuencias. Asombran también ciertas defensas de oficio, en las cuales se llega a las paradojas. A quien protesto por la forma en que se explicaron las palabras de Pablo, se les ha respondido que Pablo solo quería decir que para él la Torá sin fe no tiene valor, y en esto afirmaba un principio judío. Ciertamente, Pablo tiene sólidas referencias a la tradición judía, pero su pensamiento también es revolucionario. No se puede decir que su pensamiento sea el judaísmo precisamente cuando propone su relectura radical de la Torá, que sirve de introducción a una nueva fe; ni tampoco afirmar hoy que quien defendía la Torá era un “misionero fundamentalista”, término que en estos días debería dirigirse a otra parte. El Baal Shem Tov ponía la fe en primer plano, incluso la fe de los no judíos, pero la Torá no la relativizaba. Sería útil usar la lección del Baal Shem Tov no para hacerle decir cosas que nunca soñó decir, sino para enseñar el respeto reciproco, que en este caso no ha existido.

Cardenal Urosa en “condición delicada, aunque con discretos signos de mejoría”


El día de ayer, Radio Caracas Radio publicó en su cuenta de Twitter la siguiente información respecto del estado de salud del cardenal Urosa, citando como fuente a Mons. Ricardo Aldo Barreto, obispo auxiliar de Caracas.

Comunidades Ecclesia Dei escriben a los obispos de Francia luego de la publicación de Traditionis Custodes


De la reunión de los Superiores de las Comunidades Ecclesia Dei (ver aquí y aquí) ocurrida en Ago-31-2021 en Courtalain, Francia, sede del Instituto del Buen Pastor, se ha dado a conocer una carta que las Comunidades Ecclesia Dei enviaron a los obispos de Francia, Ago-31-2021. La carta aparece hoy en varios sitios, nosotros la tomamos del sitio de internet del distrito francés de la FSSP, esta es una traducción al español proporcionada por Infocatólica (con adaptaciones).

Carta dirigida a los obispos de Francia tras el Motu Proprio

«La misericordia de Dios sobre toda carne»
(Si 18, 13)

Los Institutos firmantes desean ante todo reiterar su amor a la Iglesia y su fidelidad al Santo Padre. Este amor filial está hoy teñido de gran sufrimiento. Nos sentimos sospechosos, marginados, desterrados. Sin embargo, no nos reconocemos en la descripción que hace la Carta que acompaña al motu proprio Traditionis custodes del 16 de julio de 2021.

«Si decimos que no tenemos pecado...» (I Jn 1, 8)

No nos consideramos en absoluto la «verdadera Iglesia». Por el contrario, vemos en la Iglesia católica a nuestra Madre en la que encontramos la salvación y la fe. Estamos lealmente sometidos a la jurisdicción del Sumo Pontífice y a la de los obispos diocesanos, como lo demuestran las buenas relaciones en las diócesis (y las funciones de consejero presbiteral, archivero, canciller u oficial que se han confiado a nuestros miembros) y los resultados de las visitas canónicas o apostólicas de los últimos años. Reafirmamos nuestra adhesión al Magisterio (incluido el del Vaticano II y lo que le sigue) según la doctrina católica del debido asentimiento (cf. especialmente Lumen Gentium, n. 25, y Catecismo de la Iglesia Católica, n. 891 y 892) como lo demuestran los numerosos estudios y tesis doctorales realizados por varios de nosotros en los últimos 33 años.

¿Se han cometido errores? Estamos preparados, como todo cristiano, para pedir perdón si se han introducido algunos excesos de lenguaje o desafío a la autoridad en alguno de nuestros miembros. Estamos dispuestos a convertirnos si el partidismo o el orgullo han contaminado nuestros corazones.

«Cumple tus votos al Altísimo» (Sal 49,14)

Pedimos un diálogo humano y personal, lleno de confianza, lejos de las ideologías o de la frialdad de los decretos administrativos. Nos gustaría poder conocer a una persona que sea para nosotros el rostro de la Maternidad de la Iglesia. Nos gustaría poder contarle el sufrimiento, los dramas, la tristeza de tantos fieles laicos de todo el mundo, pero también de sacerdotes, religiosos y religiosas que han entregado su vida por la palabra de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Se les había prometido que «se tomarían todas las medidas para garantizar la identidad de sus Institutos en la plena comunión de la Iglesia Católica [1]»El Papa Francisco «invita a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con un sincero deseo de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su lugar en la Iglesia» (Amoris Laetitia, 312). Estamos deseosos de compartir los dramas que vivimos al corazón de un padre. Necesitamos escuchar y atender, no condenar sin dialogar.. Los primeros Institutos aceptaron con gratitud el reconocimiento canónico ofrecido por la Santa Sede en pleno apego a las pedagogías tradicionales de la fe, especialmente en el ámbito litúrgico (sobre la base del Protocolo de Acuerdo del 5 de mayo de 1988 entre el Cardenal Ratzinger y el Arzobispo Lefebvre). Este solemne compromiso fue expresado en el Motu Proprio Ecclesia Dei del 2 de julio de 1988, y luego de diversas maneras para cada Instituto, en sus decretos de erección y en sus constituciones definitivamente aprobadas. Los religiosos y religiosas y los sacerdotes comprometidos en nuestros Institutos han emitido votos o asumido compromisos según esta especificación.

De este modo, confiando en la palabra del Sumo Pontífice, han entregado su vida a Cristo para servir a la Iglesia. Estos sacerdotes y religiosos han servido a la Iglesia con dedicación y abnegación. ¿Podemos privarles hoy de aquello con lo que se han comprometido? ¿Podemos privarles de lo que la Iglesia les prometió por boca de los Papas?

«¡Tengan paciencia conmigo!» (Mt 18:29)

El Papa Francisco «invita a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con un sincero deseo de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su lugar en la Iglesia» (Amoris Laetitia, 312). Estamos deseosos de compartir los dramas que vivimos al corazón de un padre. Necesitamos escuchar y atender, no condenar sin dialogar.

Los juicios severos crean una sensación de injusticia y producen resentimiento. La paciencia ablanda los corazones. Necesitamos tiempo.

Hoy se habla de visitas disciplinarias apostólicas para nuestros Institutos. Pedimos encuentros fraternos en los que podamos explicar quiénes somos y las razones de nuestro apego a determinadas formas litúrgicas. Sobre todo, deseamos un diálogo verdaderamente humano y misericordioso: «¡Tengan paciencia conmigo!»

«Circumdata varietate» (Sal 44,10)

El pasado 13 de agosto, el Santo Padre afirmó que, en materia litúrgica, «la unidad no es la uniformidad, sino la armonía multiforme creada por el Espíritu Santo [2]». Deseamos aportar nuestra modesta contribución a esta unidad armoniosa y diversa, conscientes de que, como enseña la Sacrosanctum Concilium, «la liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de la que mana toda su virtud» (SC, n. 10).

Con confianza, nos dirigimos en primer lugar a los obispos de Francia para que se abra un verdadero diálogo y se nombre un mediador que sea para nosotros el rostro humano de este diálogo. «Hay que evitar los juicios que no tienen en cuenta la complejidad de las diversas situaciones... Se trata de integrar a todos; hay que ayudar a cada persona a encontrar su propia manera de formar parte de la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia inmerecida, incondicional y gratuita» (Amoris Laetitia, n° 296-297).

Firmado en Courtalain (Francia), el 31 de agosto de 2021

Padre Andrzej Komorowski, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro
Mons. Gilles Wach, Prior General del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote
Padre Luis Gabriel Barrero Zabaleta, Superior General del Instituto del Buen Pastor
Padre Louis-Marie de Blignières, Superior General de la Fraternidad de San Vicente Ferrier
Padre Gerald Goesche, Preboste General del Instituto Saint-Philippe-Néri
Padre Antonius Maria Mamsery, Superior General de los Misioneros de la Santa Cruz
Dom Louis-Marie de Geyer d'Orth, abad de la abadía de Sainte-Madeleine du Barroux
Padre Emmanuel-Marie Le Fébure du Bus, Abad de los Canónigos de Lagrasse
Dom Marc Guillot, abad de la abadía de Sainte-Marie de la Garde
Madre Placide Devillers, abadesa de la abadía de Notre-Dame de l'Annonciation en Le Barroux
Madre Faustine Bouchard, priora de las Santidades de Azille
Madre Madeleine-Marie, Superiora de las Adoratrices del Real Corazón de Jesús Sacerdote Soberano

[1] Nota informativa del 16 de junio de 1988, en Documentation Catholique, n° 1966, p. 739.

[2] Videomensaje del Santo Padre Francisco a los participantes en el congreso virtual continental de la vida religiosa, convocado por la CLAR, 13-15 de agosto de 2021.