Monday, July 26, 2021

¡Alguien que le cuente a los obispos de Venezuela cómo es que se llama el reciente motu proprio de Francisco!


La nota fue publicada en el sitio de internet de la Conferencia Episcopal Venezolana el mismo día de la publicación del más reciente motu proprio de Francisco, diez días después sigue allí sin que nadie se haya dado cuenta que el nombre del documento en el titular aparece mal escrito.

Hasta al community manager de la cuenta en Twitter de la misma CEV lo hicieron equivocar.



Repitan varias veces: “Traditionis Custodes”.


Actualización Jul-28-2021: Alguien por fin les hizo caer en cuenta del error, en la página de internet de la CEV han corregido el error en el titular. El trino de la cuenta de Twitter sigue allí, y la única manera de enmendarlo sería borrarlo. Reconocemos el esfuerzo.

“¿Era conveniente matar la lengua litúrgica bajo argumento de que nadie la entendía? Es absurdo”


Columna de opinión firmada por Gabriel Albiac y publicada en el periódico ABC de Madrid, Jul-27-2021 (en la imágen, click para ampliar).

La lengua que ya no seremos

El latín es el patrimonio de Europa. Y el depósito más trascendente de la historia humana

GABRIEL ALBIAC


LEO que el Papa Francisco I ha restringido drásticamente el uso del latín en las liturgias católicas. Es el último giro de tuerca. Y el fin de una cultura que duró más de dos milenios. Ese crepúsculo nos afecta a todos. También a los que no somos creyentes. Porque es síntoma primordial del fin de una civilización. Que fue la nuestra. Creamos o no creamos en lo que creemos o no creemos.

El estupor del que hablo aquí no es, pues, el del fiel que no soy. Es sólo (‘sólo’) el de un hombre culto, que aprendió a ser hombre en el latín de Cicerón y Séneca, en el latín de san Agustín. También, en el de Baruch de Spinoza. La misma lengua. Con las tenues modificaciones que el paso de los siglos impone. No hay más continuidad firme de la cultura occidental que la del latín: del latín clásico al eclesiástico o al escolástico, sin los cuales jamás hubieran existido las Universidades.

El latín es el patrimonio de Europa. Y, junto a la lengua griega, el depósito más trascendente de la historia humana. Guste o no guste a ‘wokes’ o políticamente correctos. No es juicio valorativo. Sólo un hecho.

¿Qué quedará de lo humano cuando ya nadie sepa leer un hexámetro de Virgilio? ¿Qué, cuando los versos en que Ovidio canta su desvalimiento de ‘cantor de nimios amores’ no conmueva ya a espíritu alguno? ¿En qué pensarán aquellos para quienes nada sean ya las páginas de san Agustín que dicen la paradoja del tiempo? ¿O en qué aquellos a quienes suene a chino el ‘intellectus’ de Spinoza?

Pero no sólo a los griegos y romanos perdemos. ¿Cómo disfrutar la belleza de un endecasílabo castellano o italiano, cómo percibir la música de un alejandrino francés, sin el Horacio, el Ovidio, el Virgilio en cuya lectura Fray Luis, Petrarca, Ronsard lo aprendieron todo? Y, sin el seísmo latino de Lucrecio, ¿qué Renacimiento hubiera sido posible en filosofía? No, no hablamos, ni españoles, ni franceses, ni italianos, ni cualquiera que se exprese en una lengua romance, lenguas autónomas. Las llamamos así y nos equivocamos. Nuestras lenguas son sólo estados de evolución, en espacios y tiempos definidos, de una sola lengua: el latín. Apenas si dialectos suyos.

Matar ahora la veta de continuidad cultural que fue el latín eclesiástico es un crimen cultural. Y un error grave: con él, lo esencial de Europa se destruye.

¿Era conveniente matar la lengua litúrgica bajo argumento de que nadie la entendía? Es absurdo. La resonancia emotiva de una lengua ceremonial no le viene de su significado. A nadie le arruina la escucha de Bach el no entender su alemán. A mínima escala: ¿le importa demasiado a alguien no entender el inglés de los Beatles o los Stones? Es un problema, más que falso, ridículo. Las lenguas litúrgicas –como las estéticas– conmocionan al que escucha. Traducidas, queda un cascajo sólo de vulgaridad: lo efímero.

Dos nombramientos en la Comisión Pontificia para América Latina


Informa el boletín diario de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Jul-26-2021.

Nombramiento del Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina

El Santo Padre ha nombrado Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina al Ilustrísimo Profesor Rodrigo Guerra López, miembro de las Academias Pontificias para la Vida y las Ciencias Sociales.

Nombramiento de Jefa de Oficina en la Comisión Pontificia para América Latina

El Santo Padre ha nombrado Jefa de Oficina de la Comisión Pontificia para América Latina a la Ilustrísima Profesora Emilce Cuda, profesora de Teología de la Universidad Pontificia Católica Argentina y de la St. Thomas University (Estados Unidos de América)

Sobre el primer nombrado, en otra ocasión dijimos algo que se aplica ahora. Y sobre la segunda nombrada...ehh...mmm...¡hagan lío!

Murió Fernando Karadima


El Arzobispado de Santiago, Chile, publica este escueto comunicado en el que notifica la muerte del nefasto individuo Fernando Karadima.

Comunicado Arzobispado de Santiago

El Arzobispado de Santiago ha tomado conocimiento de la muerte de Fernando Karadima. Acompañamos de cerca a las víctimas sobrevivientes y a sus familias, pidiéndole a Dios misericordioso que pueda sanar el dolor causado a todos quienes han sufrido. Al mismo tiempo, como arzobispado reafirmamos nuestro compromiso para seguir trabajando en la promoción de ambientes sanos y seguros al interior de la Iglesia.

Por su parte, las víctimas publicaron en redes sociales el siguiente mensaje.

Ha muerto Fernando Karadima, exsacerdote católico que abusó sexual y espiritualmente de muchas personas, entre ellas, nosotros. Todo lo que teníamos que decir de Karadima está dicho. Él era un eslabón más en esta cultura de perversión y encubrimiento de la Iglesia. Nosotros estamos en paz y sólo nos mueve seguir luchando para que estos crímenes no vuelvan a pasar y por tantas personas que lo han vivido y que aún no tienen justicia.

James Hamilton
Juan Carlos Cruz
José Andrés Murillo