“Para el Papa Francisco la Misa es el mensaje”
Esta es una columna en First Things, Jul-20-2021, firmada por el P. Raymond J. de Souza, de la cual presentamos nuestra propia traducción, aclarando que no necesariamente estamos de acuerdo con todo lo que en ella se contiene.
PARA EL PAPA FRANCISCO, LA MISA ES EL MENSAJE
por Raymond J. de Souza
7. 20. 21
Traditionis Custodes, el reciente motu proprio del Papa Francisco, no es principalmente sobre el derecho a ofrecer la Santa Misa en la forma más antigua del Rito Romano. Realmente no se trata de ritos en absoluto. Se trata de la vida Católica en la era de Internet. La Misa es el mensaje.
El Vaticano II y las subsecuentes reformas del Rito Romano tienen aproximadamente la misma edad que el famoso adagio de Marshall McLuhan “el medio es el mensaje”. El teórico de los medios de comunicación era un Católico converso, y no en absoluto uno tibio. Iba a Misa todos los días. En parte, sus conclusiones sobre los efectos de los medios masivos de comunicación surgieron de su estudio de la transmisión de las Escrituras y la naturaleza del culto. McLuhan pensó que la imprenta fue un factor en la Reforma tanto como la teología y la política, y que la invención del micrófono fue clave en el cambio del latín a las lenguas vernáculas en la celebración de la Santa Misa.
McLuhan es útil para pensar en la “firme decisión” del Papa Francisco en Traditionis Custodes de revocar con efecto inmediato todas las disposiciones tomadas por San Juan Pablo II y Benedicto XVI para la celebración de lo que este último llamó la “Forma Extraordinaria del Rito Romano” (FR), también conocida como Misa Tridentina o Misa Latina Tradicional.
La decisión del Papa Francisco de soltar este pesado martillo eclesiástico (que no suele ser su enfoque pastoral preferido) se deriva de su juicio de que los Católicos que frecuentan la FE fomentan 1) la división en la Iglesia y 2) rechazan las enseñanzas del Vaticano II. Sobre el primero, tiene razón. Sobre el segundo, más bien depende de dónde se tomen los sondeos.
Los católicos que asisten a la FE pueden ser divisivos. Pero también lo son muchos otros. Fui a una escuela primaria Católica en la que había un buen número de Católicos ucranianos. Fueron a la parroquia greco-católica ucraniana local con su liturgia bizantina. Nunca los vimos para la misa en nuestra iglesia parroquial al otro lado de la calle. Así que estábamos divididos. No hostilmente, sino divididos.
La división ocurre en las parroquias todo el tiempo; aquellos que prefieren la misa dominical temprana sin música nunca se encuentran con los que vienen el Domingo por la noche por el coro de alabanza y adoración. Y eso no es nuevo; en los viejos tiempos preconciliares, los feligreses optaban entre la misa rezada y la Misa cantada.
Así que al Papa Francisco podría no molestarle que los ritos —o incluso los estilos— dividan. Esa es la vida Católica normal. Como jesuita, habría experimentado grandes diferencias en la celebración litúrgica en su propia comunidad. Probablemente tenía en mente a sus cohermanos cuando lamentó que la “Forma ordinaria” se celebra con demasiada frecuencia con “excentricidades que fácilmente degeneran en abusos”. Las prácticas liberales ciertamente pueden ser divisivas, razón por la cual algunos Católicos nunca irían a una parroquia jesuita, en tanto que el presidente Joe Biden sí.
Sin embargo, el Santo Padre no se preocupa en lo absoluto por la precisión de los ritos. Decreta que “los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano”.
Eso no es cierto, dado que la FE sigue siendo válida y permitida. Sería extremadamente extraño afirmar que la FE no es una expresión del Rito Romano. Hay otros ritos dentro de la Iglesia Latina, como los pertenecientes a varias órdenes religiosas, que son formas del Rito Romano. En 2015, el propio Papa Francisco aprobó el Culto divino: El Misal, que utilizan las parroquias de ex Anglicanos que ahora son Católicos. No es un “rito” distinto sino una “forma” diferente del Rito Romano, no muy diferente a la FE y a la FO.
Entonces, si Traditionis Custodes no se trata de ritos y su carácter litúrgico, teológico y eclesiológico, ¿de qué se trata? En una carta adjunta, enviada a los obispos del mundo, el Papa Francisco se centra en lo que piensan los que asisten a la FE sobre el Vaticano II. El Santo Padre juzga que “se caracteriza cada vez más por un rechazo creciente no sólo de la reforma litúrgica, sino del Concilio Vaticano II, con la afirmación infundada e insostenible de que ha traicionado la Tradición y la ‘verdadera Iglesia’”. Pero la mismo FE, la cual se celebró a diario en el Vaticano II, no puede ser per se un rechazo del Vaticano II. Entonces, ¿de dónde pudo haber sacado el Santo Padre tal idea?
Puede haber venido de la encuesta a los obispos del mundo sobre la FE, aunque los resultados de esa encuesta son secretos. Puede haber venido de quienes rodean al Papa, como su biógrafo Austen Ivereigh, que estaba muy molesto por la “imposición” de la FE en su (antigua) parroquia local. Pero la fuente más probable son los muchos argumentos en contra del Vaticano II, incluso invectivas, en aquellas partes de la Internet católica que promueven la FE. El propio Ivereigh señaló en esa dirección, cuando tuiteó sobre “la retórica incesante anti-papal, anti-Vaticano II que brota de sus blogs y sitios web”.
Hay bastante material, algunos de ellos desagradables, en Internet. Esa encuesta de obispos sobre la FE estaba en marcha el año pasado justo cuando el arzobispo Carlo Maria Viganò lanzó su ataque a gran escala contra el Vaticano II. Viganò encontró eco en el rincón litúrgico tradicional de Internet, y su abrazo sin duda contribuyó a las medidas tomadas por el Papa Francisco. Viganò ha sido una espina clavada en el costado del Santo Padre, pero está en un escondite autoimpuesto. Sus seguidores, muchos de los cuales frecuentan la FE, no lo están y pueden ser penalizados.
Viganò y sus promotores de Internet son locuaces y, hasta cierto punto, influyentes. Sin embargo, hay un gran número de personas que asisten a la FE con bastante independencia de los argumentos que él presenta. Estaban yendo a la FE mucho antes de que él los hiciera [los ataques]. Es probable que muchos no presten atención a la charla en Internet, al igual que el típico feligrés en la FO es felizmente inconsciente de muchas controversias aparentemente turbulentas de la Iglesia.
Sin embargo, el Papa Francisco parece sostener que ir a la FE no se trata solo de ir a misa, sino de expresar un juicio sobre el Vaticano II. El medio de la Misa es el mensaje. Y al Papa Francisco no le gusta lo que ha escuchado.
La importancia que Traditionis Custodes otorga al mundo de Internet lo convierte en una novedad; es la primera intervención litúrgica papal redactada en respuesta a un fenómeno en línea. No será el último, ya que Internet ha cambiado la forma en que nos comunicamos y pensamos. Ahora ha dado forma al gobierno papal de la liturgia y, en consecuencia, al culto de la Iglesia.
La Misa antigua ha sido eliminada por la nueva tecnología. McLuhan no se habría sorprendido.
Raymond J. de Souza es sacerdote de la arquidiócesis de Kingston, Ontario.