“Acerca de las situaciones problemáticas de algunos miembros de la Orden”, es el nombre del documento con el cual el cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, normaliza la pertenencia de los divorciados la Orden. Otro de los logros de Amoris Lætitia.
Este es un reporte de agencia ANSA, Jun-02-2021.
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO 2 JUN - Las damas y caballeros del Santo Sepulcro, una de las más antiguas órdenes caballerescas, podrán incluir también personas en difícil situación matriomnial -separados y divorciados casados de nuevo-, pero estos últimos están llamados a dar un paso al costado si ocupan una posición relevante en la institución.
La indicación llegó hoy de parte del Gran Maestre, el cardenal Fernando Filoni. Un pedido hecho "con sufrimiento", según dijo el propio cardenal, que desde su asunción intenta actualizar a la antigua institución que apoya a los cristianos en Tierra Santa de su exceso de oropeles y ritos del pasado.
Recientemente también pidió el cambio del rito de investidura, eliminando la espada, que creaba una diferencia -en el momento de ingresar a la orden- entre hombres y mujeres.
Desde su asunción, Filoni insistió en la preparación espiritual de los miembros y el espíritu evangélico del servicio que desde hace siglos sostiene al Patriarcado Latino de Jerusalén.
Hoy el cardenal, diplomático vaticano de amplia trayectoria, afronta la cuestión de los divorciados vueltos a casar.
Antiguamente no podían ni poner un pie en la orden caballeresca, que se remonta al 1300. Ahora, tras la "Amoris Laetitia" del papa Francisco, las personas que viven una crisis matrimonial son invitadas a permanecer en la Orden del Santo Sepulcro, pero a dar un paso al costado, en caso de los divorciados vueltos a casar, si tienen un cargo de responsabilidad.
"La Orden no es indiferente hacia quienes son víctimas o se hallan en situaciones de divisiones matrimoniales. Es necesario discernimiento y sentido pastoral -subrayó el cardenal- de parte de los priores y comprensión de parte de los miembros de la orden, así como una fuerte ayuda en la plegaria y cercanía con las personas que sufren".
"Además, la participación en la vida de la orden es ciertamente de ayuda moral, especialmente cuando, en casos semejantes, puede verificarse un debilitamiento de la fe y en el testimonio", agregó.
Sin embargo Filoni recordó que "esto no quita que el divorcio es un mal y que con el nuevo matrimonio, de hecho, se tiende a automarginarse de la participación plena en la vida sacramental, pero no de la fe cristiana".
"En estos casos, sobre todo quien ocupa responsabilidades en la Orden, está invitado -lo digo con sufrimiento- a renunciar a su puesto de servicio sin que se pierdan las finalidades de su pertenencia a la Orden".
Filoni pidió finalmente que "se eviten comentarios, envidias, celos, descréditos, y al mismo tiempo, haya verdadera disponibilidad al servicio de parte de quien tiene una responsabilidad (lugartenientes, directores, delegados) en la vida de la Orden".