“Santa Marta dijo ‘No’”, Francisco obstaculiza esfuerzos de cardenales por frenar deriva de obispos alemanes
Muy bueno el análisis que en National Catholic Register, Mar-26-2021, hace Edward Pentin, corresponsal en el Vaticano, sobre la situación de la deriva de los obispos alemanes y cómo la están manejando en el Vaticano. Obviamente no solamente es un análisis de los fríos hechos, también trae aportes de fuentes consultadas, allí su parte revelatoria. Traducción de Secretum Meum Mihi.
El Vaticano ahora en Modo de Gestión de Crisis con los Obispos Alemanes
ANÁLISIS DE NOTICIAS: Fuentes dicen que dos cardenales de alto rango querían llevar a Roma al presidente de la conferencia de obispos alemanes para corregir sus recientes controvertidos comentarios, pero fueron denegados por el Papa Francisco.
Edward Pentin
Vaticano 26 de Marzo de 2021
CIUDAD DEL VATICANO - En Enero, dos cardenales del Vaticano quisieron convocar al presidente de la conferencia de obispos alemanes a Roma y corregirlo sobre una entrevista con los medios de comunicación en la cual expresó su desacuerdo con la enseñanza de la Iglesia en varias áreas.
Tal reunión, que algunos creen que debería haberse utilizado para dar la oposición formal del Vaticano al Camino Sinodal, nunca ocurrió y ahora los obispos alemanes avanzan sin restricciones, lo que genera graves preocupaciones sobre un posible cisma.

El cardenal jesuita Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el cardenal Kurt Koch, presidente suizo del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, estaban preocupados por los comentarios que hizo el obispo Georg Bätzing en una larga entrevista con la publicación alemana Herder Korrespondenz publicada a finales de Diciembre.
Fuentes del Vaticano dijeron a National Catholic Register que la entrevista, en la cual el obispo cuestionó la enseñanza establecida de la Iglesia, fue muy reveladora de la disidencia del Magisterio del propio obispo, lo que llevó a los dos preocupados cardenales a querer pedirle al obispo Bätzing que fuera a Roma para corregirlo.
“Santa Marta dijo ‘No’”, dijo una de las fuentes refiriéndose a la residencia oficial del Papa.
National Catholic Register se ha puesto en contacto tanto con los cardenales como con la Oficina de Prensa de la Santa Sede si podrían confirmar esta versión de los hechos, pero hasta ahora no ha recibido respuesta.
La Controvertida Entrevista
En la entrevista, en gran parte pasada por alto, titulada “Quiero un cambio” y publicada durante el Año Nuevo, el obispo Bätzing de Limburgo comenzó describiéndose a sí mismo como un “buen conservador porque amo a esta Iglesia y con mucho gusto le doy mi vida y energía. Pero quiero que cambie”.
Luego pasó a desafiar directamente la enseñanza y la tradición de la Iglesia con respecto a la ordenación de mujeres al sacerdocio, la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo, el celibato sacerdotal y la Sagrada Comunión para los Protestantes.
Limitar la ordenación a los hombres le parecía “cada vez menos convincente”, dijo, agregando que “hay argumentos teológicos bien desarrollados en favor de abrir el ministerio sacramental también a las mujeres”.
“Por eso menciono a menudo el diaconado de la mujer, porque lo veo como un espacio de acción”, continuó. Agregó que cuando se trata de abrir el ministerio sacerdotal a las mujeres, todos los papas, comenzando con Juan Pablo II, habían respondido “unánimemente” esa pregunta descartándola. “Sin embargo”, dijo, “está sobre la mesa”.
El obispo Bätzing cuestionó lo que él veía como la necesidad de “aferrarse a las condiciones actuales de admisión” al sacerdocio, diciendo que la Iglesia bloquea las vocaciones al “exculturarse” a sí misma.
Y en el muy criticado Camino Sinodal de la Iglesia en Alemania, un programa de dos años para debatir cuestiones de poder, moralidad sexual, vida sacerdotal y el papel de la mujer en la Iglesia en un esfuerzo por erradicar ostensiblemente el abuso, dijo que trató de comprender las reservas de Roma al respecto y sentía “una fuerte presión sobre cómo mantener unida la Iglesia universal en presencia de tales características culturales tan diferentes”.
Refiriéndose a la carta del Papa Francisco en 2019 a la Iglesia en Alemania, en la cual el Papa apoyó el Camino Sinodal pero instó a sus participantes a centrarse en la evangelización, el obispo Bätzing dijo que los “bloques de causas sistemáticas de abuso” obstaculizan la evangelización y deben ser “disueltos” primero. También dijo que no estaba de acuerdo con partes de la carta del Papa que distinguían el camino espiritual del democrático, diciendo que quería más democracia en la Iglesia Católica para “entender, y no excluir, las opiniones del otro”.
Sobre el celibato sacerdotal, dijo que creía que la discusión había madurado y ya no era una cuestión de discernimiento.
"En cierto punto, tienes que decidir”, dijo el obispo de Limburgo, y agregó que el Papa “no es Papa en todos los asuntos” y que los obispos son “parte del gobierno de la Iglesia universal”.
Con respecto a la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo, el obispo Bätzing dijo que había una necesidad de soluciones, que creía necesario encontrar respuestas litúrgicas “sin la aprobación de Roma”, y que creía que “deberíamos cambiar el Catecismo en este sentido” después de “intensa discusión”.
Por último, sobre las celebraciones eucarísticas ecuménicas, argumentó que un documento titulado “Juntos a la mesa del Señor”, elaborado en 2019 por un grupo alemán de teólogos Protestantes y Católicos a favor de la “hospitalidad eucarística recíproca”, era un “sabio paso adelante” a pesar de que el Vaticano lo rechazó formalmente.
El documento ecuménico, dijo el obispo Bätzing, no se trataba de una “celebración común” de la Eucaristía o de la intercomunión, sino más bien de si los Católicos y Protestantes que asisten mutuamente a la celebración de la Comunión “tienen buenas razones para hacerlo”. Añadió que “la práctica ha existido durante mucho tiempo”.

Preocupaciones del cardenal Koch
En comentarios del 8 de Marzo a National Catholic Register, el cardenal Koch dijo que compartía las preocupaciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe, expresadas formalmente en una crítica de cuatro páginas y una carta al obispo Bätzing el pasado Septiembre, que afirmaba que las diferencias doctrinales “siguen siendo tan pesantes” que “ la participación mutua en la Cena del Señor o en la Eucaristía” no era posible.
El cardenal Koch, que según fuentes está profundamente preocupado por los acontecimientos en la Iglesia alemana, como muchos otros altos funcionarios del Vaticano y que ha sido inusualmente directo en la resistencia a los acontecimientos recientes en Alemania, también enfatizó que se había opuesto al documento del grupo ecuménico conocido a través de entrevistas y una detallada carta abierta al director del lado Protestante del grupo.
Señaló que el Vaticano está esperando la respuesta de la conferencia de obispos alemanes a la carta de la CDF “antes de poder considerar si y cuáles pasos adicionales serán necesarios”.
El obispo Bätzing dijo en la entrevista de Herder Korrespondenz que la conferencia de obispos respondería a la carta de la CDF y “confrontaría los contraargumentos”, y agregó que la carta lo tomó por sorpresa, fallaba en “apreciar el esfuerzo ecuménico” detrás del grupo, y que sintió que era “algo cínico” por parte del Vaticano decir: “No, esto no está bien, trabaja en ello de nuevo”.
En una carta del 1° de Marzo al clero de su diócesis, el obispo Bätzing dijo que podían dar la Sagrada Comunión a personas no Católicas si lo solicitaban después de examinar sus conciencias, pero que no podría haber “ninguna recepción general e interdenominacional de la Eucaristía” o “nuevas formas de celebración Eucarística”.
En otras partes de la entrevista de Herder Korrespondenz, el obispo Bätzing dijo que estaba “convencido” de que vivimos en una “ventana de tiempo en la que realmente podemos cambiar algo” y que “tenemos que usarlo”.
Algunos líderes de la Iglesia alemana creen que el avance de los argumentos heterodoxos del obispo Bätzing se debe en parte a que, como muchos otros obispos alemanes, está influenciado por el poderoso Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK), la poderosa organización laica del país que es conocida por sus opiniones ideológicas disidentes y sus vínculos políticos.
“Tienen el mismo pensamiento, la misma línea”, dijo el 22 de Marzo a National Catholic Register el cardenal Gerhard Müller, predecesor alemán del cardenal Ladaria en la Congregación para la Fe, “¿El liderazgo de la ZdK cree en el Dios del credo Católico? Solo tienen ideas para justificarse, pero no hablan del Dios que se reveló a sí mismo, el Señor de la historia, de Israel y de Jesucristo”.
¿Se requiere una acción más fuerte del Vaticano?
Mientras continúa la oposición a Roma, como se muestra más recientemente en la resistencia a la declaración de la CDF que rechaza la bendición de las uniones del mismo sexo, los cardenales Ladaria y Koch no están solos en sus preocupaciones sobre la dirección de la Iglesia en Alemania. El Papa Francisco ha registrado sus críticas, sobre todo cuando expresó una “preocupación dramática” por los acontecimientos del año pasado después de haber recibido al nuncio apostólico alemán en charlas privadas.
Pero algunos funcionarios en Roma creen que se están tomando medidas insuficientes para evitar un posible cisma formal. Sostienen que sería un grave error si el plan es permitir que el Camino Sinodal se desarrolle hasta una conclusión, con el probable respaldo de una amplia gama de opiniones disidentes sobre asuntos clave, antes de que el Vaticano intervenga formalmente para corregir la dirección disidente de la Iglesia Alemana.
“La gente está muy preocupada, nadie está entusiasmado con eso”, dijo una fuente del Vaticano. “Si los obispos alemanes van a seguir adelante con el Camino Sinodal, habrá cisma, y sería muy malo —y no una buena táctica— permitir que los obispos sigan adelante y luego, al final, el Vaticano diga que se detengan”.

El cardenal Müller dijo que no tiene “grandes esperanzas” de que el Vaticano tome medidas “porque no pueden comprender la gravedad de la situación”. Lo comparó con las primeras etapas de la Reforma, cuando la Curia Romana “no tomó las medidas adecuadas” porque estaban involucrados en la política que consideraban “más importante que la misión religiosa de la Iglesia”.
“Ahora tenemos un problema similar en el sentido de que el Vaticano es demasiado diplomático y político y no analiza teológicamente el gran peligro”, dijo, y agregó que el Vaticano está hoy más preocupado “por las buenas relaciones con los gobiernos y las Naciones Unidas”.
Él y otros en Roma también han comparado la situación con la época de Martín Lutero y el Papa León X. Demasiado preocupado por los acontecimientos políticos, León no vio el movimiento luterano con suficiente seriedad y, cuando tomó medidas, Lutero ya había ganado apoyo influyente y duradero.
“El Papa León tenía una visión superficial y no podía entender a Lutero”, dijo el cardenal Müller, quien escribió un libro en 2017 sobre la historia de los papas llamado Der Papst: Sendung und Auftrag.
Pero el cardenal Müller señaló una “gran diferencia” entre ese tiempo y ahora, puntualmente, que el tema entonces eran “los sacramentos, la autoridad de los Sucesores de los Apóstoles y San Pedro”. Hoy en día, dijo, “estamos hablando de la Protestantización de la Iglesia, pero no es el Protestantismo de los Reformadores, más bien es el Protestantismo de los teólogos liberales que reducen el Cristianismo” sólo a “ciertas formas morales, individuales o sociales”.