El periódico Der Sonntag, órgano de la Arquidiócesis de Viena, Austria, dice haber recibido una carta de un lector, la cual le pidieron contestar al cardenal Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena, Austria. Respuesta publicada Mar-24-2021.
La pregunta de la carta era de un hombre que decía que su hijo es homosexual y ‘felizmente’ casado, que fue monaguillo y ‘cristiano devoto’ por muchos años. Este hombre dice sentirse decepcionado con la Iglesia Católica y argumentaba que mucha gente dice tener una buena relación con Dios pero grandes problemas con la Iglesia y pregunta cuál debe ser la actitud a seguir. La referencia es obviamente a la reciente “Respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a una pregunta sobre las bendiciones de las uniones de personas del mismo sexo”.
Respuesta del cardenal Schönborn (nuestra traducción):
Empiezo con una muy simple observación: muchas madres bendicen a sus hijos. Mi madre aún lo hace hasta hoy. No salgo de casa sin que ella me bendiga. Una madre no rehusaría la bendición incluso si su hijo o hija tiene problemas. Al contrario. Y esto es exactamente el mismo caso de esta carta al editor cuando el hijo revela que siente atracción al mismo sexo y ama al mismo sexo. Los padres, especialmente si son creyentes, no rehusarán sus bendiciones a este hijo o hija.
No estuve feliz con esta declaración de la Congregación de Doctrina de la Fe. Por esta simple razón: El mensaje que llegó por los medios de comunicación de todo el mundo fue sólo un ‘no’. Un ‘no’ a la bendición; y eso es algo que hiere dentro a muchas personas, como sintiendo y diciendo, ‘Madre, ¿no tienes una bendición para mí? Yo soy tu hijo también’.
La Iglesia es, como se dice tradicionalmente, Mater et Magistra, madre y maestra. Ella tiene que enseñar, pero primero es una madre. Y muchas personas que viven y sienten atracción al mismo sexo son particularmente sensibles a esta cuestión: ‘¿Es la Iglesia una madre para nosotros?’ Y siguen siendo hijos de Dios. Y también ellos quieren ver la Iglesia como madre y es por eso que esta declaración golpea a muchos tan dolorosamente, porque tiene el sentimiento de que son rechazados por la Iglesia.
Que una preocupación positiva pueda ser encontrada tras esta preocupación de esta declaración romana no se ha visto en absoluto.
A saber, el gran respeto por el matrimonio sacramental, el cual se ha convertido casi en una rareza en el mundo actual. Pero que es algo grande y santo, el pacto de un hombre y una mujer. Un pacto de por vida, prometido y hecho ante Dios, que luego también puede conducir a hijos que son percibidos como un regalo de Dios.
Entonces la legítima preocupación de la Congregación para la Doctrina de la Fe es que una ceremonia de bendición no cree la impresión de que se está celebrando un matrimonio sacramental.
Pero este “sí” a la familia no tiene que ser dicho como un “no” a todas otras formas. La iglesia se ha acostumbrado durante mucho tiempo —fue un proceso largo y doloroso— a que no es la única voz que tiene una palabra que decir sobre las uniones. Desde el siglo XIX, el estado ha retirado la soberanía de la iglesia sobre el matrimonio, y es natural para nosotros —también para la iglesia— que uno primero se case civilmente antes de casarse por la iglesia. Y, sin embargo, la comprensión del estado del matrimonio como un contrato es esencialmente diferente de la comprensión del matrimonio sacramental. Hemos estado viviendo con eso durante mucho tiempo.
La cuestión de si se puede bendecir a las parejas del mismo sexo pertenece a la misma categoría que la cuestión de si esto es posible para uniones parejas que se han vuelto a casar o no. Y aquí mi respuesta es relativamente simple:
Si el pedido de la bendición no es un espectáculo, no solamente como una especie de coronación de un ritual externo, si el pedido de una bendición es honesto, es realmente un pedido de una bendición de Dios para un camino de vida, las dos personas, cuya situación sin embargo, intentan abandonar, entonces la bendición no les será negada.
Incluso si, como sacerdote u obispo, tengo que decir: ‘Ustedes no se han dado cuenta de todo el ideal. Pero es importante que ustedes vivan su camino sobre la base de las virtudes humanas, sin las cuales no hay unión exitosa’. Y eso merece una bendición. Si la forma correcta de expresión para esto sea una ceremonia de bendición de la iglesia, hay que pensarlo cuidadosamente.