Creemos que los nicaragüenses merecen mucho más de Francisco que un mensaje tan, pero tan, indirecto al causante de sus desgracias. En efecto, el mismo Francisco que se dirige a Ortega para envíar saludos a los nicaragüenses con ocasión de las fiestas patrias, el mismo que rehabilita a uno de sus compinches en la toma del poder, el mismo que saluda a los nicaragüenses en un Ángelus luego de una serie de profanaciones en algunos sitios de culto, es el mismo que ahora manda un mensaje cifrado a Ortega en una carta remitida al cardenal Brenes con ocasión de su onomástico.
La carta, de fecha Mar-19-2021, proviene de la Secretaría de Estado y en su aparte fundamental dice:
En el día de tu onomástico, Querido hermano, te hago llegar mi felicitación, encomiendo al Señor tu ministerio episcopal y tus intenciones personales. Que tu Patrono, San José, protector de la Iglesia, te alcance del Señor Jesús la Gracia de escuchar la voz del Padre Misericordioso, para que en tu misión de pastor de su Santo Pueblo fiel en esa Arquidiócesis, no te falte nunca fortaleza para defender y consolar a tantos hermanos y hermanas que, en este tiempo de incerteza y calamidad, siguen siendo víctimas de injusticias y exclusión. Que la Virgen Inmaculada te acompañe con su materna presencia. Con estos sentimientos te imparto fraternalemente la bendición apostólica, que extiendo con afecto a tu mamá
Francisco PP.
La parte en la que indirectamente alude a Ortega, “no te falte nunca fortaleza para defender y consolar a tantos hermanos y hermanas que, en este tiempo de incerteza y calamidad, siguen siendo víctimas de injusticias y exclusión”, es la que consideramos insuficiente visto el dolor que por tantas décadas ha soportado el pueblo de Nicaragua, con no poca responsabilidad de los hermanos jesuitas de Francisco, quienes principalmente y primordialmente usaron a Nicaragua como laboratorio para instaurar en América Latina la teología de la liberación, consecuencia de lo cual se instauró la dictadura que hoy soportan los nicaragüenses.
La carta a su vez contiene mensajes al cardenal Brenes del Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, y de Mons. Edgar Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado.