Saturday, March 13, 2021

Francisco: “El camino para la salvación de la humanidad pasa por el replanteamiento de un nuevo modelo de desarrollo”


El enésimo libro-entrevista con Francisco. En esta ocasión le tocó el turno al director de Vatican Insider, Domenico Agasso, o sea el que reemplazó a Andrea Tornielli cuando Francisco se lo llevó a trabajar para él. El libro se llama “Dios y el mundo por venir” (nuestra traducción, en italiano originalmente “Dio e il Mondo che Verrà”), del cual aparecen apartes en la edición dominical de La Stampa, Mar-14-2021. Traducimos dos de las respuestas de Francisco.

¿Qué urgencia ve?

«Ya no podemos más aceptar inertes las desigualdades y alteraciones en el medio ambiente. El camino para la salvación de la humanidad pasa por el replanteamiento de un nuevo modelo de desarrollo, que ponga como indiscutible la convivencia entre los pueblos en armonía con lo Creado. Conscientes de que cada acción individual no queda aislada, para bien o para mal, sino que tiene consecuencias para los otros, porque todo está conectado. ¡Todo! Cambiando los estilos de vida que constriñen a millones de personas, especialmente niños, a las garras del hambre, podremos llevar una existencia más austera que haría posible una distribución justa de los recursos. No significa disminuir derechos a algunos por una equiparación por lo bajo, sino dar derechos cada vez más amplios a quienes no son reconocidos y protegidos».

¿Ve algún signo alentador?

«Hoy están ya intentando promover estas nociones y operaciones varios movimientos populares “de abajo”, pero también algunas instituciones y asociaciones. Intentan concretar un modo nuevo de cuidar nuestra Casa común: ya no como un depósito de recursos para explotar, sino como un jardín sagrado para ser amado y respetado, a través comportamientos sostenibles. Y luego, hay una toma de conciencia entre los jóvenes, en particular en los movimientos ecologistas. Si no nos remangamos y tomamos cuidado inmediatamente de la Tierra, con elecciones personales y políticas radicales, con un giro económico hacia lo “verde” y dirigiendo en esta dirección las evoluciones tecnológicas, tarde o temprano nuestra casa común nos echará fuera por la ventana. Ya no podemos más perder el tiempo».

Italia: Otra Pascua de encierro


Información de agencia ANSA, Mar-13-2021.

(ANSA) - ROMA 13 MAR - Los rituales de la Semana Santa se verán afectados este año por las restricciones contra el Covid-19, en otra Pascua "blindada" a la que deberán resignarse los fieles, como consecuencia de las zonas rojas y naranjas en Italia, que regirán desde el lunes.

Esas áreas de riesgo involucrarán a toda la península y también el encierro estará vigente hasta la vuelta del fin de semana de la conmemoración cristiana.

En cuanto a las celebraciones de Semana Santa y del Triduo Pascual, las normas de prevención impuestas pasan a dar otra vuelta de tuerca a las restricciones que se han convertido desde hace mucho tiempo en algo normal para los fieles desde la reapertura de misas en mayo pasado: entre ellas, la limitación de acceso a celebraciones, las distancias y la obligación de llevar barbijos, hasta los "termo-canner" a la entrada de los recipientes de agua bendita vacíos, hasta comuniones repartidas en mano y sin filas ni tertulias.

La existencia de las "zonas rojas" también requerirá equiparse con un certificado para ir a la iglesia.

La Santa Sede aún no publicó el calendario de celebraciones presididas por el Papa.

Pero es cierto que en toda Italia desaparecerá una tradición del Jueves Santo como la del "lavado de pies", mientras que el destino de las calles será similar para el Vía Crucis (salvo excepciones) y las vigilias pascuales serán adelantadas a antes del toque de queda.

En este sentido, después de las directrices producidas por la Congregación Vaticana para el Culto Divino, ya el pasado 24 de febrero la Conferencia Episcopal Italiana dado las "orientaciones" litúrgicas para las celebraciones de Semana Santa, también sobre la base de los protocolos anteriores estipulados con el gobierno para la emergencia de Covid-19.

"En primer lugar, se debe exhortar a los fieles a que participen en presencia en las celebraciones litúrgicas de conformidad con los decretos agencias gubernamentales sobre los movimientos en el territorio y de las medidas cautelares contenidas en el Protocolo antes mencionado", dijo la presidencia de la CEI en un comunicado.

Además, se recomienda que cualquier reanudación en streaming de las celebraciones sea en vivo y nunca en diferido y sea cuidada con la dignidad del rito litúrgico.

"Los medios de la CEI - a partir de Tv2000 y el circuito de radio InBlu2000- cubrirá todas las celebraciones presididas por el Papa".

En el caso específico de las diversas liturgias, se sugiere que, para Domingo de Ramos, "se eviten las aglomeraciones de los fieles; que los ministros y los fieles tengan en sus manos la rama de olivo, y de ninguna manera haya entrega o cambio de ramas de mano en mano". En cuanto a la Misa Crismal, que se celebre "el jueves santos por la mañana, o, según la costumbre en algunas diócesis, los miércoles a la tarde".

Y en caso de que se impidiera "una importante representación de pastores, ministros y fieles", el obispo diocesano considera la posibilidad de pasarla a otro día, dentro del tiempo de Pascua.

El Jueves Santo, en la Misa de la noche del Señor, asimismo, se omitirá el lavador de pies.

El Viernes Santo, el Obispo introduce en oración universal una intención "para aquellos en una situación de aturdimiento, los enfermos, los muertos", y el acto de adoración de la Cruz mediante el beso se limita al presidente de la celebración.

La Vigilia Pascual del Sábado Santo podría ser celebrada en todas sus partes como lo requiere el rito, "en horario compatible con cualquier toque de queda". Finalmente, en cuanto a "las expresiones de piedad popular y las procesiones", como el Vía Crucis, "que sea el Obispo diocesano el que ofrezca las indicaciones adecuadas".

Sin embargo, la extensión de las áreas rojas impondrá un corte drástico incluso a esa tradición.

Declaración del cardenal Raymond Leo Burke sobre el Ofrecimiento de la Santa Misa en la Basílica Papal de San Pedro


Nuestra entrada inmediatamente anterior mencionaba una declaración, entonces todavía por ser publicada, del cardenal Raymond Leo Burke sobre la reciente carta de la Secretaría de Estado del Vaticano sobre el ofrecimiento de la Santa Misa en la Basílica de San Pedro. La declaración ya ha sido publicada y este es su texto en español (traducción de origen).

Declaración

El 12 de marzo de 2021, la Primera Sección (Asuntos Generales) de la Secretaría de Estado del Papa Francisco publicó un documento que contiene ciertas disposiciones sobre el ofrecimiento de la Santa Misa en la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano. El documento está dirigido al Comisario Extraordinario de la Fábrica de San Pedro (Commissario Straordinario della Fabbrica di San Pietro), el instituto canónico responsable del cuidado de la Basílica Papal, a los Canónigos del Capítulo Vaticano (Canonici del Capitolo Vaticano), y al Servicio de Celebraciones Litúrgicas de la Basílica (Servizio Celebrazioni liturgiche della Basilica). Tanto la forma como el contenido del documento sustentan con razón las más profundas preocupaciones de los fieles y, sobre todo, de los sacerdotes. Las preocupaciones se refieren no solo a la Basílica Papal de San Pedro, sino a la Iglesia universal, en la medida en que la Basílica Papal de San Pedro es, de manera particular, el hogar espiritual de todos los católicos y, como tal, debe ser un modelo de disciplina litúrgica para las Iglesias particulares.

En cuanto a la forma del documento, existen varias preocupaciones.

1. Es un documento no firmado de la Sección Primera de la Secretaría de Estado, sin número de protocolo, que legisla sobre el aspecto más sagrado de la vida de la Iglesia, el ofrecimiento de la Santa Misa. Lleva el sello de la Primera Sección con iniciales. Si bien el documento parece ser auténtico, es decir, no falsificado, no se puede considerar como un documento que contiene una legislación válida para la Sagrada Liturgia.

2. La Secretaría de Estado no tiene competencia para la disciplina litúrgica de la Iglesia y, en particular, para la disciplina litúrgica en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Con razón, uno se pregunta con qué autoridad el Secretario de Estado ha emitido directivas que son contrarias a la disciplina de la Iglesia universal. Otra pregunta a formularse, se refiere a qué proceso se siguió para llegar a la publicación de un documento tan anómalo.

3. Dada la incompetencia en materia de la Secretaría de Estado, los fieles tienen derecho a conocer qué autoridad competente dio mandato a la Secretaría de Estado para legislar sobre la Sagrada Liturgia, es decir, emanar directivas sobre el ofrecimiento de la Santa Misa en la Basílica Papal de San Pedro.

4. La Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano tiene ahora un Cardenal Arcipreste, pero el documento en cuestión no le es oficialmente comunicado. Tampoco se hace referencia a su responsabilidad en la disciplina litúrgica en la Basílica confiada a su cuidado.

El contenido del documento también es motivo de profunda preocupación.

1. El documento supone que las Santas Misas en la Basílica de San Pedro se ofrecen actualmente en un clima carente, en cierta medida, de recogimiento y decoro litúrgico (“di raccoglimento e di decoro”). Ciertamente, esta no es mi experiencia. Conozco a muchos sacerdotes, residentes en Roma y visitantes de Roma, que han celebrado o celebran regularmente la Santa Misa en la Basílica de San Pedro. Mientras me han expresado su profundo agradecimiento por la oportunidad de celebrar la Santa Misa en la Basílica, no me han indicado que el clima en el que han celebrado la Santa Misa en la Basílica carezca en modo alguno de la reverencia, el recogimiento y la dignidad que corresponde al Sacramento de los Sacramentos.

2. El documento impone la concelebración a los sacerdotes que deseen ofrecer la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, lo cual es contrario a la ley universal de la Iglesia y condiciona injustamente el deber primordial del sacerdote individual de ofrecer diariamente la Santa Misa por la salvación del mundo (can. 902). ¿En qué otra iglesia más que en la Basílica de San Pedro desearía un sacerdote ofrecer la Santa Misa, la forma más perfecta y completa en la que cumple su misión sacerdotal? Si un sacerdote en particular desea ofrecer la Santa Misa en la Basílica, una vez que las directivas en cuestión estén en vigor, se verá obligado a concelebrar, en detrimento de su libertad de ofrecer la Santa Misa individualmente.

3. En cuanto a la ofrenda individual de la Santa Misa, se debe observar que no se trata solo de un derecho del sacerdote sino también de un gran fruto espiritual para toda la Iglesia, ya que los méritos infinitos del Santo Sacrificio de la Misa se aplican más grande y ampliamente, de una manera acorde con nuestra naturaleza finita y temporal. Conviene reflexionar sobre la enseñanza del Concilio de Trento, acerca de la situación de un sacerdote que ofrece la Santa Misa sin que ningún miembro entre los fieles reciba la Sagrada Comunión. Respecto a la participación de los fieles en la Santa Misa, el Concilio enseña: “Quisiera por cierto el sacrosanto Concilio que todos los fieles que asistiesen a las Misas comulgasen en ellas, no sólo espiritualmente, sino recibiendo también sacramentalmente la Eucaristía; para que de este modo les resultase fruto más copioso de este santísimo sacrificio”. Y continúa enseguida “no obstante, aunque no siempre se haga esto, no por eso condena como privadas e ilícitas las Misas (can.8) en que sólo el sacerdote comulga sacramentalmente, sino que por el contrario las aprueba, y las recomienda; pues aquellas Misas se deben también tener con toda verdad por comunes de todos; parte porque el pueblo comulga espiritualmente en ellas, y parte porque se celebran por un ministro público de la Iglesia, no sólo por sí, sino por todos los fieles, que son miembros del cuerpo de Cristo (Sesión XXII, Cap. 6). Debe observarse además que un sacerdote nunca ofrece la Santa Misa solo, aunque no haya nadie más físicamente presente, porque los ángeles y los santos asisten en cada ofrenda de la Santa Misa (can. 903).

4. Con respecto a la Forma Extraordinaria del Rito Romano, que el documento erroneamente llama Rito Extraordinario, el mismo se refiere a “sacerdotes autorizados”; ahora bien, ningún sacerdote en regla necesita autorización para ofrecer la Santa Misa de acuerdo con la Forma Extraordinaria el Rito Romano (Motu Proprio Summorum Pontificum, art. 2). Además, el documento limita la ofrenda de la Santa Misa según la Forma Extraordinaria o Usus Antiquior del Rito Romano en la Basílica Papal de San Pedro a la Capilla Clementina, en cuatro horarios fijos. ¿Se supone, por tanto, que cada día sólo cuatro sacerdotes podrán ofrecer la Santa Misa según el Usus Antiquior en la Basílica Papal de San Pedro? Dado que la ley universal de la Iglesia permite que el sacerdote individual, en tales circunstancias, ofrezca la Santa Misa de acuerdo con la Forma Ordinaria (Usus Recentior) o la Forma Extraordinaria (Usus Antiquior), la directiva en cuestión viola directamente la ley universal de la Iglesia.

5. El documento también legisla que las Misas concelebradas sean animadas litúrgicamente (siano animate liturgicamente) con el servicio de lectores y cantores. Si bien la disciplina litúrgica de la Iglesia proporciona el servicio de lectores y cantores, no es su propósito animar la Sagrada Liturgia. Solo Cristo, en cuya persona actúa el sacerdote, anima la Sagrada Liturgia. Por tanto, no debe pensarse que la ofrenda individual de la Santa Misa está de alguna manera menos animada, en el verdadero sentido espiritual, que la Misa concelebrada.

6. En aras de la fe católica y del buen orden de la Sagrada Liturgia, máxima y más perfecta expresión de la vida de la Iglesia en Cristo, el documento en cuestión debe ser revocado inmediatamente, es decir, antes de su supuesta fecha de vigencia el próximo 22 de marzo. Además, se debe corregir el pensamiento subyacente a tal documento, en el acto de exponer a los fieles la disciplina de la Iglesia universal y la doctrina litúrgica que en él están implicadas.

En conclusión, la disciplina eclesiástica reconoce el derecho, e incluso el deber, de los fieles cristianos de dar a conocer a sus pastores sus inquietudes en lo que atañe al bien de la Iglesia y, asimismo, darlas a conocer a todos los fieles (can. 212 §3). Dada la gravedad de la situación que representa el documento en cuestión, espero que muchos de los fieles cristianos para quienes la Basílica de San Pedro es, en un sentido particular, su iglesia madre y, sobre todo, muchos sacerdotes de todas partes el mundo darán a conocer al Papa Francisco y a su Secretaría de Estado su firme objeción al documento en cuestión.

Raymond Leo Cardenal BURKE
Roma, 13 de marzo 2021

El cardenal Burke pide rescindir la carta de la Secretaría de Estado sobre la celebración de la Misa en la Basílica de San Pedro


Esta es una información tomada del blog de Edward Pentin, Mar-13-2021. Traducción de Secretum Meum Mihi (con algunas adaptaciones).

El Cardenal Burke Dice que la Instrucción del Vaticano sobre la Misa en la Basílica de San Pedro Debería ser Rescindida

El antiguo prefecto de la Signatura Apostólica lo llama “una violación directa de la ley universal de la Iglesia”.

Edward Pentin
13 de Marzo de 2021


CIUDAD DEL VATICANO -
El Cardenal Raymond Burke ha expresado sus “más profundas preocupaciones” acerca de una carta interna del Vaticano sobre las nuevas reglas para las Misas celebradas en la basílica de San Pedro, diciendo que está en “violación directa de la ley universal de la Iglesia” y debería ser “rescindida de inmediato”.

La carta de cinco puntos dirigida a los administradores de la basílica desde la Secretaría de Estado afirma que “las celebraciones individuales están suprimidas” en los altares laterales de San Pedro, y que los sacerdotes y fieles que vengan a la basílica o a la Misa sólo podrán participar en una de las cuatro misas concelebradas cada mañana, cada una limitada a 30 minutos, así como otras misas concelebradas durante el día en los altares principales.

La instrucción del Vaticano, que está fechada el 12 de Marzo y entra en vigor el 22 de Marzo, dice que estas concelebraciones deben contar con la asistencia de lectores y cantores, y que los grupos de peregrinos acompañados por un obispo o un sacerdote ahora celebrarán la misa en las grutas del Vaticano debajo de la basílica.

Su último punto establece que los “sacerdotes autorizados” que deseen celebrar misas en la forma extraordinaria, o Misa tradicional en latín, sólo pueden hacerlo en la Capilla Clementina de las grutas, y en cuatro horarios establecidos cada mañana, también limitados a 30 minutos.

La introducción de la carta dice que siendo que el tiempo de Cuaresma da “mayor centralidad a la escucha de la Palabra de Dios y a la Celebración Eucarística”, es importante que las Misas se desarrollen “en un ambiente de recogimiento y decoro litúrgico”.

Hasta ahora, los sacerdotes han podido celebrar Misas individuales, incluso en la Forma Extraordinaria del Rito Romano, todas las mañanas en los muchos altares laterales de la basílica. A menudo, los sacerdotes son funcionarios del Vaticano que celebran la misa matutina antes de que comience su jornada laboral, y los altares se pueden reservar gratis cada vez que un sacerdote desee celebrar la Misa en ellos.

“Todo fue muy libre y por lo tanto alentó la asistencia tanto de sacerdotes como de fieles de todo tipo e inclinación o sensibilidad”, dijo un sacerdote hablando en anonimato que ha celebrado Misas individualmente en la basílica.

El contenido de la carta del 12 de Marzo, que no lleva firma clara pero sí las iniciales del sostituto (diputado) de la Secretaría de Estado, el Arzobispo Edgar Peña Parra, no fue anunciado formalmente, ni tiene un número de protocolo habitual para que legisle los más sagrados aspectos de la vida de la Iglesia. Según el cardenal Burke, estas deficiencias significan que el documento no puede representar una “legislación válida para la Sagrada Liturgia”.

Otras anomalías incluyen el hecho de que la carta provenía de la Secretaría de Estado, que no es competente para la disciplina litúrgica de la Iglesia, ni fue comunicada al cardenal arcipreste de la basílica sino al comisionado extraordinario para la Fábrica de San Pedro, que no se ocupa de las liturgias en la basílica sino de su administración y mantenimiento.

Estas preguntas sobre el documento, que aún no han sido aclaradas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, han llevado a algunos a sospechar que el documento es una falsificación. Sin embargo, fuentes de la Secretaría de Estado del Vaticano han confirmado su autenticidad a National Catholic Register.

National Catholic Register contactó a la Oficina de Prensa de la Santa Sede para que hiciera comentarios sobre la carta, pero aún no ha respondido, ya que las oficinas del Vaticano estaban cerradas el Sábado para conmemorar el octavo aniversario de la elección del Papa Francisco.

Para el cardenal Burke y otros canonistas y sacerdotes contactados por National Catholic Register, el elemento más serio de la carta se refiere a la imposición de la concelebración a los sacerdotes que deseen ofrecer la misa en la basílica, un cambio, dicen, que se refiere no solo a la basílica sino la Iglesia universal, ya que San Pedro es el hogar espiritual de todos los católicos y, dicen, debería ser un modelo de disciplina litúrgica.

La carta, escribió el cardenal Burke en una declaración que se publicará en su sitio web, es “contraria a la ley universal de la Iglesia”, ya que “condiciona injustamente el deber primario del sacerdote individual de ofrecer la Santa Misa todos los días por la salvación del mundo”. Más específicamente, él y otros canonistas dicen que infringe tanto el Canon 902 como el Artículo 57 § 2 de Sacrosanctum Concilium.

“¿En qué iglesia más que en la Basílica de San Pedro desearía un sacerdote ofrecer la Santa Misa, que es la forma más perfecta y más completa en la que lleva a cabo su misión sacerdotal?” preguntó el antiguo prefecto de la Signatura Apostólica. “Si un sacerdote en particular desea ofrecer la Santa Misa en la basílica, una vez que las directivas en cuestión estén en vigor, se verá constreñido a concelebrar, en violación de su libertad de ofrecer la Santa Misa individualmente”. El cardenal Burke agregó que para un sacerdote ofrecer misa individualmente no solo es un derecho, sino que trae “un gran fruto espiritual para toda la Iglesia”.

Con respecto a sus reglas sobre la celebración de la Misa en la Forma Extraordinaria del Rito Romano (que él señala la carta “falsamente llama el Rito Extraordinario”), el Cardenal Burke enfatizó que según el motu proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI de 2007, ningún sacerdote en plena comunión [con la Iglesia] necesita autorización para celebrar la Misa en la Forma Extraordinaria.

También se preguntó si, según la carta, la basílica está restringiendo tales Misas a solo cuatro sacerdotes por día, una disposición que, de ser cierta, sería otra “violación directa de la ley universal de la Iglesia”.

Restringir la Misa en la Forma Extraordinaria a las grutas del Vaticano es también un regreso a la práctica anterior que existía antes de Summorum Pontificum.

Otra de las críticas que el cardenal hace sobre la carta es su requisito de que las Misas concelebradas sean “animadas litúrgicamente” por lectores y cantores.

El cardenal Burke dijo que si bien la disciplina litúrgica lo provee para su servicio, “no es su propósito animar la Sagrada Liturgia”, sino que es “solo Cristo, en cuya persona actúa el sacerdote”, quien “anima la Sagrada Liturgia”.

Dadas todas estas razones, dijo que la carta “debería ser rescindida inmediatamente”, que el “pensamiento que subyace en tal documento debería ser corregido” y que la doctrina y disciplina litúrgica subyacente de la Iglesia universal sea “expuesta a los fieles”.

El cardenal Burke también está en desacuerdo con la introducción de la carta, que dice que las nuevas reglas están destinadas a que las misas en la basílica se celebren en una “atmósfera de recogimiento y decoro litúrgico”. Esto presupone que en la actualidad esto falta de alguna manera, pero dijo que ciertamente este no era el caso “en su experiencia”, ni en la experiencia de muchos sacerdotes que conoce en Roma y en el extranjero que han celebrado o celebran regularmente la Misa en la basílica.

El cardenal finalizó su intervención refiriéndose al canon 212, que reconoce el derecho de los fieles a dar a conocer a sus pastores sus preocupaciones por el bien de la Iglesia, y llama a los fieles, para quienes la basílica es su “iglesia madre”, y a sacerdotes de todo el mundo, “para que den a conocer al Papa Francisco y a su Secretaría de Estado su firme objeción al documento en cuestión”.

Algunos se han preguntado si la COVID-19 es parte de la razón de este cambio propuesto, pero ello no se menciona en la carta. Las Misas concelebradas también fueron prohibidas temporalmente durante el cierre del año pasado para ayudar a prevenir el contagio.

Sin embargo, fuentes eclesiales le han dicho a National Catholic Register que este es un cambio que algunos en el Vaticano han estado impulsando durante muchos años, que se remonta a cuando el cardenal Virgilio Noè fue arcipreste de la basílica de 1991 a 2002.

Andrea Gagliarducci de Catholic News Agency también informó en Enero que se había estado llevando a cabo una “amplia discusión” entre los miembros del Capítulo de la Basílica sobre si mantener la posibilidad de que los sacerdotes y peregrinos reserven misas individuales u ordenar que deban participar en las ya programadas. Estas decisiones se pospusieron hasta la jubilación el 20 de Febrero del cardenal Angelo Comastri como arcipreste, y su posterior reemplazo por el cardenal Mauro Gambetti.

Gagliarducci también informó que la abolición de la Misa diaria en latín en la Forma Ordinaria del Rito Romano en la basílica era parte de las discusiones, pero ello no se menciona en la carta.


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