Sunday, February 14, 2021

“Me parece una especie de católico del Papa Francisco”, percepción de una católica rasa sobre el ‘católico practicante’ Biden


Aparece un artículo en Los Angeles Times, Feb-14-2021, pág A7 (imágen), sobre “qué significa Biden para los Católicos estadounidenses”, según reza su título. En él se recogen las impresiones de una mujer del Bronx, New York, de nombre Natalia Imperatori-Lee, cubana-estadounidense, como para reflejar lo que un católico del común pudiera opinar sobre el presidente de EEUU, Joseph Biden, autodeclarado ‘católico practicante’. Ya saben Ustedes que el Sr. Biden es abiertamente, mejor, un barra-brava del aborto, como destacan los primeros movimientos que hizo al asumir su presidencia (ver aquí y aquí), pero intenta sopesarlo con añadiduras vacuas como dejarse ver con un rosario en la mano, ir a Misa el Domingo, poner estrategicamente una foto en la que aparece él saludando a Francisco, y otros detalles parecidos sobre los cuales los medios de comunicación, especialmente los más reconocidos (hablando mundanamente, obvio), suelen resaltar y poner sus reflectores diluyendo casi por completo lo principal y fundamental de lo que debería ser un católico (ver aquí).

Siguiendo esa misma narrativa que acabamos de describir Los Angeles Times, al consignar las palabras de Imperatori-Lee describiendo el catolicismo de Biden, incluye unas particularmente llamativas para nosotros:

“Me parece una especie de católico del Papa Francisco”

Y no podemos contradecirla, su percepción le orienta bien, podemos suscribir exactamente esa misma frase, Biden en efecto puede identificarse con “una especie de católico del Papa Francisco”, solamente que su autora lo dice en el sentido positivo de la expresión, cosa en la que obviamente discrepamos. Continúa Imperatori-Lee, citada por Los Angeles Times:

“Un tipo piadoso con el que la gente puede identificarse incluso si son católicos laxos o culturales; alguien que no se involucre en estos temas de ‘guerra cultural’ sino que intente tender puentes”.

El artículo contiene expresiones de otras personas, pero principalmente está escrito para opacar aquellas que expresan lo que realmente debe ser un católico y, más o menos como escribimos en otra ocasión sobre un artículo similar, diseñado para reafirmar en sus liviandades a los católicos mediócres. Destacamos una de esas expresiones rescatables en el siguiente pasaje del mismo artículo.

En Wichita, Kansas, el P. Dan Spexarth vio las cosas un poco diferente.

“Muchos de mis parroquianos piensan de él [Biden] como Católico sólo de nombre. El tema del aborto es muy importante para ellos”, dijo Spexarth, quien guía la iglesia Católica de Santa Catalina de Siena. “Creo que es un católico de fe fuerte. Pero eso no significa que esté en comunión con la iglesia” [sic].

Spexarth, de 63 años, dijo que la presidencia de Biden podría ser buena para la iglesia [sic] porque “va a crear una conversación sobre lo que significa ser Católico en buena situación”.

¿Diciéndole adiós al card. Comastri?


El Papa jubila al cardenal Angelo Comastri”, es el titular de una nota que ha publicado hoy Infovaticana, en la cual señala:

Según ha podido saber InfoVaticana, el Papa Francisco ha cesado ya al purpurado, algo que se hará oficial la próxima semana.

Obviamente se refiere al cardenal Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica de San Pedro. Infovaticana después pasa a proporcionar algunos datos biográficos del cardenal.

Por nuestra parte comentaremos que en el periodo de sede vacante los arciprestes de las Basílicas papales asumen los deberes litúrgicos que corresponden al Papa. En el caso concreto, y mencionado esto, pensamos que el nuevo que venga tendrá que ser más bien de los mismos gustos litúrgicos de quien lo nombre y reflejarlos en una ocasión como esa, la cual sintetizaremos en la, ahora famosa, frase: “El carnaval ya se acabó”.

Pero no solamente durante un tal periodo sino en el día a día. Pensamos, por ejemplo, cómo sin hacer nada en lo teórico, se podría de facto dar un golpe a la liturgia tradicional que se celebra a diario en esa Basílica, la cual ya de por sí es dificultosa (ponemos el caso del difunto P. Carota, quien por allá en 2013, cuando ya estaba en vigor el motu Proprio Summorum Pontificum, contó cómo podría ser la experiencia para un sacerdote cualquiera que deseara celebrar la Misa Tridentina en la Basílica de San Pedro), para reducirla a su mínima expresión, como ocurría en los tiempos en que estaba vigente el motu propio Ecclesia Dei, cuando el entonces Secretario de Estado del Estado Vaticano restringía brutalmente cualquier intención de celebración de la Misa Tridentina dentro de dicha Basílica ó, en el peor de los casos, hacerla desaparecer. Para que ello ocurriera se necesita un reemplazo de las mismas sensibilidades litúrgicas de quien lo nombre.