Thursday, January 21, 2021

Entrevista en Alfa y Omega con Johan Ickx, autor de “Pío XII y los Judíos”


El semanario Alfa y Omega, Ene-21-2021, trae esta interesante entrevista con Johan Ickx, autor de “Pío XII y los Judíos” (la traducción es nuestra, no hay todavía título en español), cuya traducción al español se encuentra pronta a aparecer.

«Pío XII construyó una estructura de ángeles»

ENTREVISTA / El Papa Pacelli «no solo no era aliado de los nazis, sino que montó una oficina en la sombra para ayudar a los perseguidos», asegura el investigador en su nuevo libro

Victoria I. Cardiel C. / @ VictoriaCardiel
Roma


Johan Ickx lleva 20 años rastreando la verdad en los documentos de la Santa Sede. Ahora es el director del Archivo Histórico de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Su libro Le Bureau. Les juifs de Pie XII, que será traducido pronto al español, arroja luz sobre el pontificado de Pío XII y zanja con el peso de la historia las tesis superficiales sobre su posición durante la Segunda Guerra Mundial.

¿Cómo se gesta este libro?

—Llevo más de 17 años investigando las relaciones internacionales entre el pontificado de Pío XII y el régimen nazi. Ya cuando trabajaba en el Archivo de la Doctrina de la Fe (2000 - 2005) empecé a sospechar que había muchas cosas que no cuadraban. Justo después de la guerra, el Papa Pacelli era considerado por la esfera política como un defensor de la civilización. Tenemos documentos que reflejan que jefes de Estado y de Gobierno elogiaron su papel de resistencia ante el régimen nazi. Basta pensar en la profunda amistad que mantuvo por carta con el presidente [Franklin D.] Roosevelt. Si el Papa era amigo de Hitler era imposible que el presidente de Estados Unidos lo tuviera en tan alta estima y amistad personal.

¿Y qué sucede después? ¿Por qué ha calado la idea de que la Santa Sede fue connivente con el nazismo?

—Después de la Segunda Guerra Mundial, los regímenes de la URSS y de Yugoslavia empezaron a orquestar un proceso contra las religiones en general y contra la jerarquía católica en particular. Lo vemos claramente con el caso del entonces arzobispo de Zagreb, Alojzije Viktor Stepinac, que el régimen comunista yugoslavo condenó por traición tras acusarle de colaborar con el régimen Ustasha que dirigía el Estado Independiente de Croacia. Pero esto es una gran mentira. Los documentos del archivo evidencian no solo que no era aliado de los nazis, sino que montó una oficina en la sombra para ayudar a los perseguidos y hacerles pasar la frontera.

¿Quiere decir que se erigió una campaña denigratoria?

—En los soviets cuajó una ideología que quería tomar el lugar de la Iglesia. El comunismo, con su ideología materialista, tenía un claro objetivo universal, por lo que no es de extrañar que su enemigo número uno estuviera en Roma: era el Papa. Era insoportable para Moscú tener a este rival en el palco escénico de la geopolítica mundial. Por eso los servicios secretos empiezan a poner en pie un imaginario colectivo que pretendía dañar la reputación de la Iglesia. De ahí sale por ejemplo la obra de teatro El vicario, de Rolf Hochhuth, o la película del año 2002 dirigida por CostaGavras, materiales que han impulsado la leyenda negra. La realidad histórica presentada en este libro desmonta todo este fraude. Yo solo escribo lo que veo en los más de tres millones de documentos analizados, 800.000 de los cuales son sobre la Segunda Guerra Mundial.

¿Qué clase de documentos revelan cuál era la posición del Papa?

—En el último capítulo hago referencia a los documentos escritos por Armando Lombardi, miembro del Bureau (la oficina de relaciones exteriores del Papa). Él llega incluso a criticar la excesiva caridad del Papa con los judíos, «¡todo era caridad!». He tenido mucha suerte, porque no se suelen encontrar referencias tan reveladoras sobre una discrepancia tan evidente entre lo que pensaba el Papa y un colaborador estrecho. Pero hay también un documento fundamental de 1916. Tanto que, cuando lo encontré, me obligó a cambiar todo el libro. El Papa Pacelli era, durante la Primera Guerra Mundial, ministro de Asuntos Exteriores de la Santa Sede, y responde a una solicitud de los judíos que estaban en Nueva York preocupados por la violencia que ya estaba las calles en contra de su pueblo. Su respuesta hará que el Papa Benedicto XV diga: «Los judíos son nuestros hermanos». Los judíos de Nueva York presentaron ese documento oficial ante la prensa norteamericana como una encíclica del Papa. Esto es lo que marca verdaderamente la primavera de las relaciones entre los judíos y los cristianos.

¿Puede describirnos cómo fue esa estrategia para poner a salvo a los judíos de las garras de los nazis?

—Hay que diferenciar varios periodos. Antes del año 1941, la Iglesia sí que podía ayudar a los judíos que profesaban la fe cristiana o a aquellos que se convertían. Muchos se convertían para escapar de la deportación. El Papa lo sabía. Y de hecho, había prometido a varios rabinos de Jerusalén que esos bautizados cristianos provisionales volverían a ser judíos. Pero a partir de 1941, con las nuevas leyes raciales, cambia todo: cualquiera con ascendencia genética judía de hasta tercer grado era susceptible de ser apresado por los nazis, sin importar su credo. Además, hay otro aspecto que no se sabía: después de marzo de 1943 la guerra fría entre el Vaticano y el régimen nazi es más que evidente. Basta pensar que la nunciatura de Berlín estaba completamente forrada de micrófonos y la correspondencia diplomática constantemente interceptada. El nuncio a partir de entonces era un prisionero, no un diplomático. Los documentos prueban que, en todo momento, el Papa usó como canal a la jerarquía eclesiástica para poder burlar los controles y repartir salvoconductos que permitieran a los perseguidos escapar. Construyó toda una red diplomática, una estructura de ángeles que trabajaban en la sombra para no ser descubiertos por todos los rincones del planeta, incluso donde las garras nazis no habían llegado.

¿De cuántas personas hablamos?

—Solo en nuestro archivos conservamos más de 2.800 peticiones de judíos de la fe hebrea como judíos bautizados en la fe cristiana. Detrás de estos documentos hay cientos de personas que escribieron al Papa –directamente o a través de terceros– para que les ayudase.

Viaje de Francisco a Irak: No se admiten periodistas “negacionistas suicidas”, todos deben estar vacunados contra el coronavirus


Se ha requerido por el Vaticano a cualquier periodista que quiera volar en el mismo avión que lleve a Irak a Francisco y lo traiga de regreso, que esté vacunado contra la Covid-19, es decir, excluído todo aquel que en uso de sus libertades decida no vacunarse. En palabras del propio Francisco, “negacionismo suicida”, excluído.

Este es un artículo de Acistampa, Ene-20-2021. Traducción de Secretum Meum Mihi.

Vuelo papal en Irak, todos los periodistas deberán estar vacunados

Publicada la información logística para el viaje del Papa en Irak

Por Andrea Gagliarducci

CIUDAD DEL VATICANO, 20 de enero, 2021 / 3:30 PM (ACI Stampa).-
Todos los periodistas admitidos en el vuelo papal para el viaje a Irak tendrán que estar vacunados. Y la vacunación también puede tener lugar en el Vaticano, según un calendario preestablecido, para quienes aún no la hayan reservado en su país. Por primera vez, las reglas de un vuelo papal también incluyen restricciones sanitarias, y finalmente se define la necesidad de que todos los periodistas estén vacunados.

Las normas fueron publicadas hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, junto con la apertura de las acreditaciones, que vencen el 25 de enero. Para la vacuna, se necesitan al menos tres semanas desde la primera dósis, por lo tanto, para volver a los horarios del vuelo papal —el viaje está programado del 5 al 8 de marzo— será necesario vacunarse la primera semana y luego hacer un refuerzo la cuarta semana del mismo mes.

La información logística explica que “debido a la situación pandémica actual, será necesario llevar equipo de protección personal (mascarilla quirúrgica o del tipo FFP2 / FFP3) en cada ocasión en la que se pueda entrar en contacto con al menos otra persona y no se garantice una distancia de seguridad de al menos un metro”.

Dado que aún puede haber imprevistos, si la vacunación ya se ha establecido en un momento adecuado en su país, un certificado de vacunación será suficiente. En caso contrario, “para los periodistas admitidos en el Vuelo Papal que lo soliciten, se les administrará la vacuna según un calendario de vacunación que se comunicará posteriormente. Solo a efectos organizativos, se espera que la primera vacunación se realice en los primeros días de febrero y el refuerzo en la última semana del mismo mes”.

En cualquier caso, debe someterse a pruebas de PCR antes de cualquier salida internacional, y si estas dan positivo a pesar de la vacuna entonces “no podrán participar en el viaje y tendrán que hacerse cargo de los gastos de las sanciones relacionadas con el hotel en Irak y el pasaje aéreo”. Lo mismo si los periodistas dan positivo en Irak antes de regresar, por lo que eventualmente tendrán que “afrontar los periodos de cuarentena sanitaria en el país, según las disposiciones de las autoridades competentes, previendo lo necesario para la estancia y los gastos sanitarios”.


Entradas Relacionadas: Vacunados contra COVID-19 periodistas que viajarán en el mismo avión con Francisco para cubrir su viaje apostólico a Irak.

Vaticano condena a expresidente de su banco y a dos socios por malversación


Informa agencia EFE, Ene-221-2021.

CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano condenó hoy al expresidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco de la Santa Sede, Angelo Caloia, y a su abogado, Gabriele Liuzzo, acusados de apropiación indebida y blanqueo de capitales.

El presidente del tribunal, el juez Giuseppe Pignatone, sentenció este jueves a 8 años y 11 meses de prisión para ambos por los mencionados delitos, a causa de la venta ilícita de una parte del patrimonio del banco de la Santa Sede.

Además deberán pagar una multa de 12.500 euros.

El hijo del letrado, Lamberto Liuzzo, ha sido también condenado a 5 años y dos meses y a una multa de 8.000 euros.

Los tres acusados han sido inhabilitados para ejercicio de cargo público en el Estado pontificio y se deberá indemnizar al IOR y a la sociedad inmobiliaria SGIR con unos 23 millones de euros.

El juicio comenzó en mayo de 2018, cuatro años después de que las autoridades vaticanas recibieran una denuncia del propio IOR.

La entidad aseguraba que los acusados habían incurrido en los mencionados delitos entre 2001 y 2008 con la cesión de «una parte considerable del patrimonio inmobiliario del IOR, con unas pérdidas patrimoniales superiores a los 50 millones de euros».

Caloia, de 78 años, fue presidente del IOR entre 1989 y 2009, mientras que Liuzzo, de 93, no tenía ningún cargo en la entidad.

Este es el comunicado en español al respecto que emitió la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Con sentencia de hoy, el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano ha definido el proceso incoado contra el ex presidente del IOR, el profesor Angelo Caloia, y el abogado Gabriele Liuzzo en relación con la venta de 29 inmuebles propiedad del Instituto y de una sociedad filial, SGIR s.r.l.

Según la acusación, basada principalmente en las investigaciones realizadas en 2014 por el Grupo Promontory, Caloia y Liuzzo, de acuerdo con el entonces director general del IOR, Lelio Scaletti, posteriormente fallecido, habrían vendido -entre 2002 y 2007- los inmuebles a un precio muy inferior al valor de mercado; luego se habrían apropiado de la diferencia, estimada en unos 59 millones de euros, que en parte blanquearían en Suiza, también con la ayuda del hijo de Liuzzo, Lamberto Liuzzo.

La instrucción preliminar, que duró unos dos años, permitió esclarecer los principales aspectos del caso gracias a la contribución de todas las partes, con pleno respeto del principio de contrainterrogatorio. Entre otras cosas, los peritos estimaron en unos 34 millones de euros la diferencia entre el importe percibido por el IOR y la SGIR y el valor de mercado de los inmuebles.

En consecuencia, el Tribunal considera probado que en algunos casos los imputados se apropiaron efectivamente de parte del dinero pagado por los compradores, o en todo caso del dinero del IOR y de la SGIR, por un importe total de unos 19 millones de euros y declara, por lo tanto, a los acusados Angelo Caloia y Gabriele Liuzzo culpables de varios cargos de malversación de fondos del IOR y otros cargos de malversación de fondos agravada de la SGIR s.r.l., así como del delito de autoblanqueo, condenándolos a un total de ocho años y once meses de prisión y a una multa de 12.500,00 euros cada uno.

Los imputados han sido absueltos, sin embargo, de los cargos relacionados con la venta de aquellos inmuebles de los que no se ha probado que se apropiaran de dinero, si bien el precio de compra fuera en muchos casos sensiblemente inferior al valor de mercado en ese momento.

El Tribunal también ha condenado a Lamberto Liuzzo a cinco años y dos meses de prisión y a una multa de 8.000 euros por el delito de blanqueo de capitales.

Como resultado de las condenas impuestas, se ha declarado a todos los acusados inhabilitados de forma permanente para el ejercicio de cargos públicos y se ha ordenado la confiscación de sumas que rondan aproximadamente 38 millones de euros.

Por último, se ha condenado a los imputados a pagar una indemnización por daños y perjuicios de más de 20 millones de euros al IOR y a su filial SGIR, que se constituyeron como actores civiles.

El mismo día, en apelación, el Tribunal confirma la aplicación de la medida cautelar contra Gabriele Liuzzo, ordenando la confiscación de unos 14 millones de euros depositados en el IOR, que estaban requisados desde hacía tiempo, y de otros 11 millones de euros depositados en bancos suizos.

Se trata de la primera aplicación de la legislación introducida en diciembre de 2018, en el marco más general de la adaptación de la legislación vaticana a las normas internacionales de lucha contra el blanqueo de capitales, la corrupción y otros delitos graves.

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En los siguientes links, en italiano, las sentencias del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano

https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2021/01/21/0041/00085.html

https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2021/01/21/0041/00086.html

Apologeta de interpretación amplia de capítulo 8 de Amoris Lætitia a la Academia Pontificia de Ciencias Sociales


Rodrigo Guerra López, pueda que ese nombre no le diga nada, ahora se le ha recompensado por su defensa de la interpretación amplia, amplísima, del capítulo 8 de Amoris Lætitia. Una de ellas, bastante sobresaliente y de la cual dimos cuenta en su momento, fue publicada en L'Osservatore Romano en el momento más álgido del debate. Ha sido nombrado miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, según lo indica el boletín diario de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Ene-21-2021.

Las otras defensas de Amoris Lætitia hechas por Guerra López, aunque no tan mediáticas al parecer sí muy efectivas, las hizo en diferentes publicaciones y, según nos parece recordar, hablando en diferentes congresos, foros, simposios, muchos de ellos en universidades ‘católicas’, ó por invitación de conferencias episcopales u obispos individuales, por allí en Youtube hay algunas grabaciones de ellas. Esos favorcillos con algo hay que pagarlos.