Este es un artículo firmado por Ettore Gotti Tedeschi, y publicado en el periódico La Verità, Dic-27-2020. Traducción de Secretum Meum Mihi (con algunas adaptaciones).
NUEVOS COMPROMISOS
Gracias a la Covid el capitalismo se casa con la Iglesia de los pobres
por ETTORE GOTTI TEDESCHI
En nombre de la vacuna el capitalismo busca una nueva alianza con la Iglesia
De la pandemia parece surgirá un mundo inspirado por un diferente compromiso histórico
Debemos resignarnos a someternos a la última evolucionística “especies utopística” de Gran Reset para resolver todos los problemas y mejorar el mundo. Era de esperarlo, no debería sorprendernos en absoluto. Hace tiempo habíamos recibido advertencias de que sucedería algo grave si no se detuviera de inmediato el crecimiento de la población y los supuestos daños ambientales consiguientes. La advertencia soft se ha convertido en una amenaza hard y finalmente en una realidad que finalmente justifica acciones extraordinarias para afrontar la Covid. Como los otros reset [sic], este también producirá consecuencias totalmente diferentes a las declaradas. Pero, ¿a quién le serán útiles?
El clima de miedo, unido con la percepción de que no nos están haciendo comprender lo que está sucediendo, recuerda el clima de miedo y secretismo de la “amenaza atómica” de los años cincuenta, cuando se entendía, con preocupación, que las fuerzas secretas de la naturaleza (las nucleares) estaban en manos de unos pocos elegidos, mientras el resto de la humanidad vivía con miedo a la guerra atómica, preguntándose cómo se utilizarían estas fuerzas. Hasta ayer no hubiéramos creído que tendríamos que tener miedo, como fue para el caso de la bomba atómica, para aceptar un reset. Pensamos que Greta Thunberg era suficiente. Pero los misterios no terminan ahí.
El misterio que más intriga es la alianza para el reset hecha también entre los ex “opresores del pueblo” y los ex “opio del pueblo”, ambos en dificultad, pero unidos por la Covid. A diferencia de los reset [sic] precedentes, éste parece asistir una forma inesperada de “diálogo”, parece inspirado en una especie de “compromiso histórico” o reconciliación entre la Iglesia y el capitalismo liberal. Ambos renuncian a sus propias convicciones por el bien común, naturalmente... Piénsese en la conjunción astral Davos-Asís, la en la alianza global del Council for inclusive capitalism, en la alianza sobre el Global compact on education con la Unesco. Esta sorprendente y fantástica estrategia de diálogo y reconciliación fascina e intriga. Hasta ayer parecía difícil el diálogo entre los ex “opresores del pueblo” (los siniestros capitalistas) y la ex religión “opio del pueblo”. Los dos antiguos enemigos parecerían hoy aliarse para realizar los ideales de fraternidad e igualdad con la proclama de la tutela de la madre tierra. Pero también parecería auspiciar “la vacuna del pueblo”. Más Conferencias Episcopales han invitado a vacunarse, cual acto de amor hacia el prójimo, así como algunos obispos se han hecho vacunar en público. Ahora, finalmente, incluso el Papa pide: “Vacuna para todos”.
Una curiosidad está en el constatar que el diálogo, que alguna vez se intentó o se llevó a cabo entre “poderosos”, hoy se diría que se intenta entre “débiles”, fortalecido sólo por las graves circunstancias de hoy. ¿Quién se beneficiaría de la alianza entre un capitalismo declarado (arbitrariamente) fallido con un catolicismo sospechoso de autoextinción, en un contexto de pobreza material y espiritual?
No deberíamos sorprendernos en lugar de una alianza entre un perseguido y su perseguidor. Ya un documento de magisterio del Vaticano II (Gaudium et Spes - número 44) “confiesa” que a la Iglesia “le han sido de mucho provecho y le pueden ser todavía de provecho la oposición y aun la persecución de sus contrarios”. (¡sic!).
¿Quiere ver que se está actualizando la famosa estrategia de las “manos extendidas” de Palmiro Togliatti? ¿Recuerda cuando Togliatti (conocido como “El Mejor”) le tendió la mano a la Iglesia proponiendo una tregua ideológica para realizar objetivos comunes (igualdad social, acabar con la explotación, etc.) contra el capitalismo, el enemigo común? Y extendió la mano sin dejar de reconocer que la religión siempre seguía siendo “el opio del pueblo”, pero para combatir la opresión capitalista, el “opio del pueblo” puede convertirse en “medicina del pueblo”, siempre que sea aliado del comunismo. Si esta hipótesis fuera verdadera, significaría que el capitalismo, en este momento de crisis económica y social, para evitar el riesgo de una alianza entre la Iglesia católica y el comunismo (quizás chino), podría transformarse en neocapitalismo socialista, distribucionista y ambientalista, ya no más “opresor del pueblo”, haciendo alianza con una religión que ya no es más el “opio del pueblo ” y con una Iglesia que ya no es “de los débiles y de los derrotados” (como decía Friedrich Nietzsche) para combatir juntos contra las desigualdades y proteger el medio ambiente. ¿Y para juntos promover y distribuir las vacunas, también?