“La larga marcha hacia el paganismo”, columna de Ettore Gotti Tedeschi en La Verità
Esta es una columna firmada por Ettore Gotti Tedeschi, publicada en La Verità, Ago-13-2020. Traducción de Secretum Meum Mihi.
La larga marcha hacia el paganismo
Avanzamos hacia el ambientalismo como religión universal. En el que una nueva “teología ecológica” ahora parece lista para reemplazar la doctrina social de la Iglesia
por ETTORE GOTTI TEDESCHI
Gracias al caos creado por la crisis y la pandemia, parece prepararse un nuevo humanismo sorpresa. Es evidente que en este caos económico, social, político, moral y global, falta la gobernanza global. Por tanto, todo puede suceder.
El riesgo es que se imponga un nuevo “humanismo sorpresa”, decidido solo por unos pocos y aceptado por todos con espíritu de reconciliación. Hoy estamos en una fase que pretende la reconciliación para resolver problemas comunes y globales. La reconciliación se disfrazará con soluciones económicas, sociales, políticas, ambientales, tecnológicas, etc., pero en realidad será ante todo una reconciliación moral, porque incidirá en la condición de la criatura humana y de la creación.
Nos sentimos confundidos, pero no todos lo están realmente. Tras la misteriosa pandemia y la igualmente misteriosa reacción a la misma, nos reconocemos impotentes ante los escenarios que se avecinan y tanto es así que tememos haber perdido la orientación, con la sospecha, sin embargo, de que alguien tiene la brújula y sabe a dónde llevarnos.
Pero en este momento, las decisiones deben necesariamente tomarse rápidamente. Pero también globales en sus consecuencias y sería necesario entenderlas, dado que tendrán consecuencias de carácter económico, social, político, moral, etc. Nos arriesgamos a que nos sean impuestas sin haberlas entendido. Pero esta no es una gran novedad. Todavía tenemos el derecho al menos de estar molestos y de escribirlo (aquí en La Verità) porque tenemos una vez más la impresión de que se está pensando en corregir errores y solucionar problemas ignorando sus causas y reproduciendo errores del pasado. Tanto es así que es dudoso que estos errores puedan ser el objetivo perseguido.
Deberíamos estar preocupados porque está en juego el valor de la vida humana, desde el freno de la natalidad hasta la reducción del número de población en exceso. Esta vez, sin embargo, ya no se refería al llamado mundo occidental, sino al mundo entero. Pero, ¿han “hecho los cálculos”?
En esta segunda fase de solución global al tema poblacional, tengo la impresión de que incluso estamos superando el maltusianismo que inspiró las decisiones sobre el colapso de los nacimientos en Occidente decidido en la década de 1970, que nos llevó a esta crisis. Tengo la impresión de que hoy el pensamiento filosófico de esta fase se inspira más que en Thomas Malthus, en la religión natural de John Locke, aceptable para todos, que es el ambientalismo, “sazonado” con el aprecio de David Hume por las religiones paganas ejemplares por el respeto por la naturaleza y por la tolerancia que las distingue. Como alternativa a la intolerancia y fanatismo de las religiones monoteístas. Ambientalismo pagano religión universal. ¿Es este el nuevo humanismo sorpresa? Dependerá de las decisiones de quienes estén en el poder.
Las premisas del “great reset”, propuesto por los que tienen el poder, como siempre anuncian programas más bien utópicos. Aquello que el mundo entero debe hacer para resolver la crisis, radica en un reequilibrio socioeconómico que anule las desigualdades y los soberanísmos egoístas y prevenga los riesgos de tensiones sociales. Curiosamente, sin embargo, la atención también se concentra aquí en el envejecimiento excesivo de la población y sus efectos socioeconómicos (siempre ignorando las causas) y al mismo tiempo se vislumbra la exigencia de una disminución (esta vez global) de la población (bajo pena de nuevas pandemias) ignorando deliberadamente los efectos de estas dos decisiones estratégicas globales tomadas en conjunto. El silogismo aristotélico de esta época ha sido reemplazado por el lógico-ilógico del pensamiento políticamente y sutilmente correcto.
Ahora, las bases estratégicas del mundo futuro ya están identificadas y serán (sobre todo) digitales y green. Ambas vuelven a proponer el tema de la población. La primera, la digital (tecnología e inteligencia artificial), ciertamente no requiere crecimiento poblacional, al contrario la reemplaza. La segunda (la tutela del ambiente) sufre incluso por la presencia del hombre, cáncer de la naturaleza.
Y aquí está la sorpresa. Lo que parece estar preparándose gracias a las mismas consignas utópicas de la sociedad abierta de Karl Popper (acabar con las desigualdades, acabar con la discriminación, acabar con los soberanísmos egoístas, acabar con los autoritarismos dogmáticos) es un nuevo humanismo digital y ambientalista, donde el ambientalismo probablemente entrará en la misma Constitución. Y esto ocurre con el aparente consentimiento de la autoridad moral que ya podría tener una nueva “teología ecológica” lista para reemplazar la doctrina social de la Iglesia. Pero muy pocos parecen preocuparse por la vida humana que alguna vez fue sagrada, ahora lo es menos, tanto que hoy un ser humano puede ser eliminado. Pero el riesgo es que pronto gracias a este nuevo “humanismo sorpresa”, algunos seres humanos no sólo pueden, sino que deben ser eliminados, por la ley constitucional y moral. ¿Es esta la próxima civilización? Si es así, nos mantendremos tranquilos.