Casi casi desde el día uno del presente pontificado dimos cuenta cómo las críticas u observaciones en general que se tenían sobre él, sistemáticamente eran adjudicadas a los “conservadores”, ó a los “tradicionalistas”, o más ambiguamente a “los que se oponen a las reformas de Francisco”. Han pasado los días, los meses y los años, para ver cómo la cosa no era tal, los principales críticos y quejosos del pontificado de Francisco se cuentan entre sus simpatizantes, los que esperaban drásticos cambios en la Iglesia (como los simoniacos obispos alemanes) y, peor aún, los que lo ayudaron a ser elegido.
Andrea Gagliarducci, en su acostumbrado análisis que publica los Lunes en su blog Monday Vatican, correspondiente al de Jul-27-2020, trae el siguiente pasaje que nos sirve como respaldo de nuestras afirmaciones (nuestra traducción, énfasis en el original).
El Papa Francisco está, sin embargo, trabajando bajo una situación dificultosa: está bajo presión. La presión mayormente viene de aquellos que dicen estar apoyando el pontificado. Estas personas apoyarán el papado mientras el pontífice llene sus expectativas.
[Pope Francis is, however, working under a difficult situation: he is under pressure. The pressure mostly comes from those who say they are supporting the pontificate. These people will support the papacy as long as the pontiff meets their expectations.]