De lo que estamos seguros es que la pandemia ha favorecido los intereses ideologizados de los fundamentalistas intolerantes de la Comunión en la mano, y más visto el estraño silencio que ha mantenido al respecto la Congregación para Culto Divino ante el casi masivo atropello de las conferencias episcopales; eso sí, sobre otros temas sí se ha pronunciado en forma más que expedita, como la Misa que se publicaron para tiempos de epidemia en la forma ordinaria del Rito Romano ó las indicaciones sobre la celebración de la Semana Santa. Dicho de otra manera, cuando la Misa regrese será con la obligatoria recepción en la mano de la Sagrada Comunión, esa sera la nueva normalidad, expressión tan usada por estos días.>
Mientras tanto podemos decir que en Corea del Sur, aunque con restricciones, han reabierto el pasado fin de semana los templos, no solamente los católicos. Información de Korean Broadcasting System World Radio, Abr-26-2020.
Mientras el Gobierno alivió las estrictas medidas de distanciamiento social desde el 20 de abril, numerosas iglesias católicas y protestantes, así como otros templos en todo el país reanudaron el fin de semana sus actos religiosos.
El Templo Jogyesa en Seúl, el templo principal de la orden budista, Jogye, celebró el domingo 26 su servicio religioso por primera vez en dos meses. Antes de entrar en el recinto del templo, los fieles fueron sometidos a una serie preventivas, como control de temperatura o desinfección de manos con gel hidroalcohólico, además de dejar sus datos de contacto. También limitaron el número de participantes por servicio a un tercio de lo habitual, mientras que los fieles debían guardar al menos un metro de distancia entre sí.
Por su parte, las grandes iglesias protestantes de Corea también reanudaron sus servicios. Pidieron a los fieles a usar mascarillas y respetar una cierta distancia intermedia para prevenir contagios.
En tanto, la Iglesia Católica de Myeongdong, en Seúl, que desde el 23 de abril volvió a ofrecer misas, comprueba la temperatura de los fieles antes de entrar en el templo y solo permite un número limitado de personas, además de omitir el canto durante las misas, en base a las directrices gubernamentales.
En Italia la Conferencia Episcopal se enfrenta al gobierno de Conte y publicó en la noche del Domingo, Abr-26-2020. un comunicado.
Información de agencia EFE, Abr-27-2020.
Roma, 27 abr (EFE).- La Conferencia Episcopal italiana (CEI) envió el domingo por la noche un duro comunicado contra el Gobierno de Giuseppe Conte denunciando que afecta a la "libertad de culto" el que tras la reapertura gradual, que comenzará el 4 de mayo, prosiga por el momento la prohibición de celebrar misas.
Conte anunció anoche cómo será la gradual y lenta desescalada en el país que comenzará el 4 de mayo con la apertura de alguna actividades y posibles salidas a visitar a parientes, así como la celebración de funerales, con sólo la presencia de 15 personas.
Pero siguiendo los consejos del comité técnico-científico que se ha encargado de elaborar el plan de desescalada, en un momento en el que aunque la curva de contagios parece bajar aún se registran mas de 2.000 diarios, se decidió que no era seguro permitir las ceremonias religiosas.
"Los obispos italianos no pueden aceptar ver comprometido el ejercicio de la libertad de culto. Debería estar claro para todos que el compromiso de servir a los pobres, tan importante en esta emergencia, proviene de una fe que debe poder alimentarse de sus fuentes, en particular de la vida sacramental", publicó tras la rueda de prensa de Conte, la Conferencia Episcopal Italiana.
LA CEI añadió que "la Iglesia aceptó, con sufrimiento y un sentido de responsabilidad, las limitaciones gubernamentales asumidas para afrontar la emergencia de salud", pero ahora, "cuando se reducen las limitaciones asumidas para enfrentar la pandemia, la Iglesia exige poder reanudar su acción pastoral".
"Se recuerda a la Presidencia del Consejo y al Comité Técnico Científico el deber de distinguir entre su responsabilidad, dando indicaciones precisas de carácter sanitario, y la de la Iglesia, llamada a organizar la vida de la comunidad cristiana, de conformidad con las medidas preparadas, pero en la plenitud de su autonomía ", concluye el episcopado italiano.
La decisión de no permitir las misas no sólo ha provocado el enfado de la CEI que nunca había atacado así al Gobierno de Conte sino que también han surgido divergencias en el seno del propio Ejecutivo.
Las dos ministras que pertenecen al partido Italia Viva de Matteo Renzi, la de Igualdad de oportunidades y Familia, Elena Bonetti, y de Agricultura, Teresa Bellanova, rechazaron lo que consideraron una "decisión incomprensible".
Tras la dura reacción de la Iglesia, el Ejecutivo se vio obligado a emitir una nota de respuesta en el que se decía que "el primer ministro toma nota de la comunicación del CEI y confirma lo que ya había anticipado en la conferencia de prensa, que se estudiará un protocolo en los próximos días que permitirá la participación de fiel a las celebraciones litúrgicas en condiciones de máxima seguridad", pero sin citar fechas.
En Colombia son los laicos los que han tomado la iniciativa. Por ahora existe una petición en línea pidiéndole al presidente de Colombia que permita la reapertura de los templos pra el culto, tal como ha hecho con ciertos sectores de la economía.
Información de Gaudium Press, Abr-24-2020.
Bogotá (Viernes, 24-04-2020, Gaudium Press) En una iniciativa con un apoyo de crecimiento acelerado, la asociación Veritatis Splendor pide: "Presidente Duque: Reabra las Iglesias y Templos con las debidas medidas de seguridad". La iniciativa es vehiculada en la plataforma CitizenGo.
La iniciativa ha alcanzado rápidamente los 31.600 apoyos.
El texto que recoge los apoyos y que está siendo firmado por los cibernautas inicia diciendo que "Las personas y organizaciones que firmamos esta carta queremos pedirle respetuosamente que incluya dentro de las actividades permitidas durante la vigencia de las medidas de aislamiento obligatorio, la asistencia a celebraciones y actos religiosos cuando los participantes utilicen medios de protección personal, mantengan una distancia mínima de 2 metros entre sí y se garantice el aseo antes y después del acto, en espacios cerrados o abiertos".
Agradece el esfuerzo del gobierno
Después de agradecer al presidente Iván Duque su esfuerzo y el de su equipo en toda la labor de contención de la pandemia, el texto afirma que en el mundo entero "han surgido nuevas prácticas para las celebraciones religiosas que protegen del contagio tanto a los pastores y sacerdotes, como a los feligreses. En este sentido, si en una celebración religiosa se observan las tres condiciones mencionadas (protección personal, distancia mínima y aseo), la asistencia a misa sería una práctica tan o más segura que hacer mercado".
Colombia país creyente
Concluye la petición afirmando, tras recordar que "Colombia es un país creyente", que los fieles desean contribuir con sus "oraciones al fortalecimiento de la salud espiritual de nuestro país. (...) Permítanos reabrir nuestros templos de manera ordenada y segura", y pone esta intención en manos de la Providencia. Diversas instituciones ya manifestaron su apoyo público a la iniciativa como "cathClick.com, Aid to the Church in Need - Colombia, Coalition For Life - Colombia, Movimiento de Vida Cristiana".
En Argentina pasa algo similar a lo sucedido en Colombia.
Información de Clarín, Abr-26-2020
Las restricciones para contener la expansión del coronavirus en el país suscita ansiedades y hasta lobbies de sectores del quehacer de la vida económica ante el Gobierno para volver a funcionar, aunque sea parcialmente, y paliar los efectos recesivos de la cuarentena. Pero también en materia religiosa un grupo de fieles católicos de un perfil conservador están reclamando, ya no al Estado, sino a la propia Iglesia que abogue decididamente para que vuelvan las misas en los templos.
La campaña se origina en España, pero se replica en otros países como la Argentina, y tiene por lema “Devuélvannos la misa”. Se instrumenta sobre todo a través de videos en los que fieles, individualmente o en familia, dicen que esta celebración es esencial para la vida religiosa y que se puede celebrar con los debidos recaudos sanitarios. Pero en la Iglesia dicen que puede haber razones excepcionales que –como en este caso- lleven a suspender su obligatoriedad dominical.
Dos obispos en el país salieron en los últimos días al cruce del reclamo –acaso favorecido por la mayor demanda de espiritualidad que provoca el aislamiento- para manifestar su inconveniencia. Uno de ellos fue el obispo de San Justo, en el populoso partido de La Matanza, Eduardo García, quien cuestionó a aquellos que “nos proponen con espíritu de cruzada, que es lo que menos necesitamos en este momento: ‘Juéguense por la fe, nosotros los acompañamos'”.
Tras aclarar lo obvio –que en el país no existe una persecución religiosa, sino restricciones sanitarias como en casi todo el mundo-, afirma que “ama la eucaristía (misa); de hecho, la celebro todos los días a través de las redes sociales para acompañar el camino de la fe de la gente, pero claramente son otras las prioridades para poder vivir la fe en serio, en lo esencial”.
En el caso de su diócesis menciona el refuerzo de la asistencia alimentaria que ofrecen las parroquias ante el crecimiento de las necesidades y señala que “de muy poco servirá la reapertura gradual de los templos si no hay una reapertura radical de la Iglesia de cara a la realidad, sin ombliguismos pseudo religiosos de autocomplacencia”.
Algo no muy distinto dijo el obispo auxiliar de San Juan, Carlos María Domínguez, quien señaló que los sacerdotes están apelando al streaming y las redes sociales para ofrecer la misa, si bien se trata –dijo citando al Papa Francisco- de un recurso transitorio porque su celebración es, por definición, comunitaria.
De hecho, las celebraciones a distancia están teniendo una buena adhesión entre los fieles. Incluso no pocos sacerdotes dicen que sus misas son más seguidas ahora que las presenciales. Tampoco falta algún cura que teme que ello provoque una merma en la concurrencia al templo cuando se levante la cuarentena.
“Los templos están cerrados, pero la Iglesia no está durmiendo”, agregó Domínguez, en referencia a que no solo se está prestando ayuda social, sino también asistencia espiritual a muchos fieles, en particular a los enfermos gracias a la autorización del Estado para que los ministros religiosos puedan desplazarse.
De todas maneras, el presidente del Episcopado, el obispo Oscar Ojea, le pidió en los últimos días al Gobierno que la apertura gradual del acceso a las misas, con los debidos cuidados, sea incorporada a la lista de pedidos que se irán respondiendo a medida que se vaya flexibilizando la cuarentena.
La Casa Rosada adelantó que en lo inmediato no será posible. Mientras tanto –dijo un cura a Clarín- los cristianos podrán encontrar a Jesús en el pobre, el enfermo y el que está solo, que particularmente en estos momentos están necesitando ayuda material o afectiva.