Como rutinariamente suele hacer Vatican News, hoy informa sobre la homilía, que allá llaman meditación, de Francisco durante la Misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta.
El Papa en Santa Marta: incluso en la Iglesia no hay humildad sin humillación
Comentando el Evangelio de hoy, Francisco exhorta a los cristianos a seguir el camino indicado por Jesús y Juan: el de la humillación. También aconseja a los pastores que no caigan en la mundanidad, en la "tentación de escalar".
Giada Aquilino - Ciudad del Vaticano
No tengamos "miedo a la humillación", pidamos al Señor que nos envíe "alguna" para "hacernos humildes", para "imitar mejor a Jesús". Esta es la recomendación del Papa Francisco en la misa de la mañana en la capilla de la Casa Santa Marta.
El viaje de Jesús
Reflexionando sobre el Evangelio de hoy según San Marcos, el Pontífice explica cómo Juan el Bautista fue enviado por Dios para "mostrar el camino", "el camino" de Jesús. El "último de los profetas", recuerda el Papa, tuvo la gracia de decir: "Este es el Mesías".
El trabajo de Juan el Bautista no fue tanto predicar que Jesús venía y preparar al pueblo, sino dar testimonio de Jesucristo y darlo con su vida. Y dar testimonio del camino elegido por Dios para nuestra salvación: el camino de la humillación. Pablo lo expresa muy claramente en su Carta a los Filipenses: "Jesús se aniquiló a sí mismo hasta la muerte, muerte de cruz". Y esta muerte en la cruz, este camino de aniquilación, de humillación, es también nuestro camino, el camino que Dios muestra a los cristianos para seguir adelante.
El final más humillante
Tanto Juan como Jesús -señala Francisco- tuvieron la "tentación de la vanidad, del orgullo": Jesús "en el desierto con el diablo, después de ayunar"; Juan ante los doctores de la ley que le preguntaron si era el Mesías: podría haber respondido que era "su ministro", y sin embargo "se humilló".
Ambos, continúa explicando el Papa, "tenían autoridad ante el pueblo", su predicación era "autoritaria". Y ambos han conocido "momentos de abajarse", una especie de "depresión humana y espiritual" como la llama el Pontífice: Jesús en el Huerto de los Olivos y Juan en prisión, tentado por la "carcoma de la duda" de si Jesús era realmente el Mesías. Ambos -añade el Santo Padre- "terminan de la manera más humillante": Jesús con la muerte en la cruz, "la muerte de los más bajos criminales, terrible física y también moralmente", "desnudo ante el pueblo" y "a su madre". Juan el Bautista "decapitado en prisión por un guardia" por orden de "un rey debilitado por los vicios", "corrompido por el capricho de una bailarina y el odio de una adúltera", en referencia a Herodías y su hija.
El profeta, el gran profeta, el más grande hombre nacido de mujer - así es como Jesús lo describe - y el Hijo de Dios han elegido el camino de la humillación. Es el camino que nos muestran y que los cristianos debemos seguir. De hecho, en las Bienaventuranzas se enfatiza que el camino es el de la humildad.
Un camino mundano
No se puede ser "humilde sin humillación", destaca el Papa. Su invitación a los cristianos es, por lo tanto, a aprender del "mensaje" de la Palabra de Dios de hoy.
Cuando tratamos de mostrarnos, en la Iglesia, en la comunidad, para tener una posición o algo más, ese es el camino del mundo, es un camino mundano, no es el camino de Jesús. Y esta tentación de escalar también puede ocurrir a los pastores: "Esto es una injusticia, esto es una humillación, no puedo tolerarlo". Pero si un pastor no sigue este camino, no es un discípulo de Jesús: es un escalador en sotana. No hay humildad sin humillación.
07 febrero 2020, 12:00
Y como el ejemplo hay que darlo en persona, creeríamos que en el caso concreto un Pontífice no eludiría las ocasiones de ser humillado. Por ello proponemos cuatro ocasiones en las cuales Francisco ha practicado la parte correspondiente a la humillación. Recuerden, se trata de al mismo tiempo ser humildes y no eludir las humillaciones, si es que hemos entendido bien a Francisco.
Visita apostólica de Francisco a Perú. Francisco evita que el entonces presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, bese su anillo, Ene-18-2018.
Mismo marco. De nuevo, Francisco evita que la misma persona, el entonces presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, repita el gesto de besar su anillo, Ene-21-2018.
Tal vez la más comentada en medios. Visita apostólica de Francisco a Loreto, Mar-25-2019, luego de la celebración de la Santa Misa. En esa ocasión el gesto se repite con varios fieles que pretendían besar el anillo al Papa.
Y la más reciente. Reacción de Francisco a una fiel que lo sujetó por su brazo en contra de su voluntad, cuando después de visitar el pesebre ubicado en la Plaza de San Pedro, Francisco saludaba a los fieles que se apostaban allí, Dic-31-2019.
Sobre este último episodio, Francisco pidio disculpas al día siguiente, y luego se supo que pudo hacerlo personalmente en la audiencia general de Ene-08-2020.
Bueno, parece que no lo hemos logrado con los ejemplos. En el entorno de Francisco, cuando se trata de lo del beso del anillo, recalcan su humildad porque siente que es un feo gesto de pleitesía que la gente bese su anillo; y en el caso de la mujer que lo sujetó bruscamente, recalcaron su humildad al pedir disculpas pero, ¿y en dónde queda la parte aquella de no desaprovechar la oportunidad de ser humillado? Queremos entender que cuando Francisco dice que no hay “humildad sin humillación”, esa sentencia no se cumple en él, porque en su caso lo importante es la humildad pero no la humillación, ¿correcto?