El Prof Roberto de Mattei reveló ayer en Corrispondenza Romana que, como era de esperarse, Francisco abolirá el celibato sacerdotal en su exhortación apostólica postsinodal, y citó lo que sería el pasaje de la misma en el cual lo hará (nuestra traducción).
La exhortación postsinodal del papa Francisco abole el celibato eclesiástico
31 de Enero 2020
(Roberto de Mattei) La noticia que anticipamos estaba en el aire, pero la confirmación nos llega en forma reservada de algunos obispos que recibieron una parte (no toda) de la Exhortación apostólica postsinodal del Papa Francisco sobre el Sínodo de la Amazonía. Esta parte reproduce sustancialmente el parágrafo 111 aprobado en el documento conclusivo del Sínodo.
«Muchas de las comunidades eclesiales del territorio amazónico tienen enorme dificultad de acceso a la Eucaristía. Transcurren meses o años antes que un sacerdote pueda regresar a una comunidad para celebrar la Eucaristía, ofrecer el sacramento de la Reconciliación o celebrar la Unción de los enfermos por los enfermos de la comunidad.
Apreciamos el celibato como un don de Dios en la medida en la cual este don permite al discípulo misionero, ordenado al presbiterado, dedicarse plenamente al servicio del Santo Pueblo de Dios. Eso estimula la caridad pastoral y oramos para que haya muchas vocaciones que vivan el sacerdocio celibatario. Sabemos que esta disciplina “no es requerida por la naturaleza misma del sacerdocio” (PO 16), aunque por muchas razones existe una relación de conveniencia con ella. En su encíclica sobre el celibato sacerdotal, San Paulo VI ha mantenido esta ley, exponiendo las motivaciones teológicas, espirituales y pastorales que la motivan. En 1992, la exhortación postsinodal de San Juan Pablo II sobre la formación sacerdotal ha confirmado esta tradición en la Iglesia Latina (PDV 29). Considerando que la legítima diversidad no daña la comunión y la unidad de la Iglesia, sino la manifiesta y está a su servicio (cfr. LG 13; OE 6), como testimonia la pluralidad de titos y de las disciplinas existentes. Proponemos que, en el marco de Lumen Gentium 26, la autoridad competente establezca criterios y disposiciones para ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos por la comunidad, a los cuáles, teniendo un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado a fin de sostener la vida de la comunidad cristiana a través de la predicación de la Palabra y la celebración de los sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica».
Entonces la brecha está abierta. No hay ninguna razón para prohibir en otars regiones del mundo lo que será permitido en algunas zonas de la Amazonía. Los obispos alemanes, y no solo ellos, están listos a extender el acceso al presbiterado de hombres esposados considerados idóneos por la autoridad competente. Lo que se liquida no es solo una mutable “disciplina eclesiástica”, sino una ley de la Iglesia fundada sobre un precepto de origen divino-apostólico.
Hace cincuenta años en el simposio de los obispos europeos, celebrado en Chur en julio de 1969, el cardenal Leo-Joseph Suenens, durante su conferencia conclusiva, leyó un llamamiento de Hans Küng, para suprimir el celibato de los sacerdotes. Esta solicitud era coherente con el papel reconocido por la teología progresista en la sexualidad: un instinto que el hombre no debe reprimir a través del ascetismo, sino “liberar”, encontrando en el sexo una forma de “realización” de la persona humana. Desde entonces esta solicitud se ha ampliado, acompañándose con el proceso de secularización y autodemolición de la Iglesia.
En realidad, la transgresión del celibato y la simonía fueron las grandes plagas que han siempre afectado el Cuerpo Místico de Cristo en tiempos de crisis. Y el llamado a la continencia y a la pobreza evangélica ha sido la bandera de los grandes santos reformadores. En los próximos días de febrero, el antirreformador no será, como ha sucedido tantas veces, un obispo o un grupo de obispos, sino el mismo sucesor de San Pedro.
El celibato eclesiástico es una gloria de la Iglesia y lo que eso humilla es la voluntad misma de Cristo, transmitida por los apóstoles en nuestros días. ¿Cómo imaginar que los católicos puedan callar frente a este escándalo? (Roberto de Mattei).
Para que se indigne Usted más, hay un desmentido ficticio; sí, ficticio o falso, o como quiera llamarse.
Aciprensa, casi de inmediato publicó un artículo con el supuesto desmentido, citando “una fuente confiable del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano”. Atención, que el desmentido no versa sobre el sentido de lo que el pasaje citado por de Mattei contiene, sino que se limita a señalar que ese pasaje no es de la exhortación por publicarse, sino de un borrador previo. Lo mismo que sucede cuando Scalfari cita a Francisco atribuyéndole frases heréticas y/o blasfemas, y después la Oficina de Prensa vaticana sale a decir que esas no son palabras textuales de Francisco, pero nunca rechaza contundentemente que el sentido de lo que Scalfari dice que Francisco dijo es falso.
Dice Aciprensa en la parte principal del artículo:
Este 31 de enero fue publicado en un medio digital un texto presentado como parte de la exhortación apostólica post sinodal del Sínodo de la Amazonía con el que se aboliría el celibato sacerdotal; sin embargo, una fuente confiable de la Santa Sede señaló que dicho texto no es el documento final.
"Lo que ahora circula es un borrador, que se distribuyó para su revisión y comentario a medida que se desarrolla el texto final", afirmó este viernes a ACI Prensa una fuente confiable del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano.
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Con desmentidos así...
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