Obispo derrochón, obispo bling-bling, y no recordamos más otro tipo de adjetivos con los que fue bautizado, especialmente por sus paisanos homólogos, Mons. Franz-Peter Tebartz-van Elst, anterior obispo de Limburgo, Alemania, de donde salió no se sabe exactamente por qué. Parece ser que el dicho obispo se ha rehabilitado de su conducta derrochona durante sus años de estadía en el Vaticano y se ha contagiado del espíritu de aquella “Iglesia pobre para los pobres” que ahora reina en los sacros palacios (al menos eso es lo que nos han vendido). La reconversión del desgraciado obispo ahora le ha consentido comparecer ante la presencia de Francisco, y es así como fue recibido en audiencia el pasado Sábado en su condición de Delegado de Catequesis del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, tal como lo informó el boletín diario de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Hasta la apariencia le ha cambiado.
Nos llega a la memoria aquella lapidaria frase de Alexandr Solzhenitsyn en su archiconocida obra “El Archipiélago Gulag”: “¡Nunca sea el primero en dejar de aplaudir!”
Wednesday, January 22, 2020
Ocurrido en la diócesis italiana de Spoleto y Norcia, el obispo ha determinado que por tres años el sacramento de la Confirmación se realizará solamente en la iglesia Catedral y el Domingo siguiente la primera comunión en la propia parroquia. Es decir, se restituye el órden natural de los sacramentos. Eso sí, para el primero, vista la actual experiencia, no habrá padrinos ni madrinas, los cuales no se ajustan a las condiciones deseables.
Este es un artículo de la edición local para Umbría de Il Messaggero, Ene-18-2020, pág. 49 (en la imágen, click para ampliar). Traducción de Secretum Meum Mihi.
Demasiados pecadores en el altar, prohibidos los padrinos de Confirmación
Demasiados “pecadores” en el altar, el disco rojo de la Iglesia para las madrinas y padrinos de Confirmación. Esta es la novedad que muchos confirmandos de la Diócesis de Spoleto y Norcia encontrarán a partir de este año. El arzobispo Renato Boccardo (que también es presidente de los obispos de Umbría) ha firmado el decreto con el cual suspende durante tres años, ad experimentum, la figura de los padrinos y madrinas en el rito de la Confirmación. Una novedad para muchos, pero no para todos: en San Martino in Trignano, por ejemplo, Don Gianfranco Formenton ha estado experimentando con esta fórmula durante algún tiempo, prefiriendo catequistas o sacerdotes parroquiales (él mismo el primero) a las filas de tíos y amigos de la familia, que a menudo se prestan al papel más por costumbre social que por un acto de fe.
La novedad llega a cumplimiento del primer camino de catequesis descrito en el documento del 14 de septiembre de 2017, con el que se decidió un regreso al pasado: La Confirmación en la catedral para todos los sábados y la Primera Comunión en la parroquia a la que se pertenezca el domingo siguiente. En el decreto que pone a los padrinos y madrinas en stand-by (figuras no impuestas por el Código de Derecho Canónico), el arzobispo aclara las motivaciones, prohibiendo la hipocresía. “La situación familiar compleja o irregular de muchas personas propuestas para llevar a cabo esta tarea —escribe— hace que la cuestión sea aún más delicada”.
Traducción: Los párrocos a menudo se encuentran en la desagradable situación de tener que rechazar las candidaturas de personas separadas, divorciadas, convivientes o incluso no creyentes. Precisamente los párrocos estaban muy decididos a respaldar esta novedad, votando por unanimidad —en el colegio del 14 de noviembre pasado— a favor de la “suspensión o abolición” de los padrinos y madrinas de la Confirmación. Por ahora, Boccardo ha elegido la línea más suave (los catequistas y el párroco presentarán los confirmandos al obispo), evidenciando que en el contexto socio-eclesial cambiado, en los aspirantes a madrinas o padrinos, a veces “la dimensión de la fe sigue siendo muy poco visible. Elegidos habitualmente con criterios y finalidades diferentes de los previstos por la Iglesia, parece que no tienen plena conciencia ni efectiva idoneidad para desempeñar un papel efectivo y creíble en la transmisión de la fe con el testimonio de la vida”.
Ilaria Bosi
ilaria.bosi@ilmessaggero.it