Tuesday, December 24, 2019

Rocíame con hisopo avión y quedaré purificado, límpiame y seré más blanco que la nieve...



Cuando hay eclesiásticos que no creen en los sacramentales —nosotros podríamos citar una diócesis en donde su obispo no solamente no cree, sino que mediante cartitas pastorales ha prohibido a los sacerdotes bendecirlos— una noticia así brinda esperanza. Bueno, además de ser curiosa.

Esta es una información de La Voz del Interior, Dic-23-2019.

Con un avión, rociaron con agua bendita un pueblo

Una iglesia católica de Luisiana (Estados Unidos) decidió utilizar aviones fumigadores para esparcir bendiciones sobre la población local.

Miembros de la iglesia de St. Anne en Cow Island convocaron a pilotos de fumigación agrícola para ayudar a esparcir agua bendita en su comunidad, indicó la diócesis de Lafayette en su página de Facebook.

El reverendo Matthew Barzare y su congregación cargaron 380 litros (100 galones) de agua bendita en los aviones, y los pilotos rociaron el líquido sobre la población y granjas cercanas, de acuerdo con un reporte de la televisora KATC-TV. Los fieles también llevaron agua de sus casas a la pista para que Barzare la bendijera.

Todo fue idea de L'Eryn Detraz, un misionero con sede en Ohio y originario de Cow Island. La publicación de Facebook fue compartida varias veces y varios de los comentarios son para solicitar la visita de las aeronaves fumigadoras con agua bendita.

Cow Island es una comunidad en la municipalidad de Vermilion, ubicada a unos 61 kilómetros (38 millas) al sur de Lafayette.

A parejas homosexuales se les podría administrar una bendición “pastoral”, según el card. Reinhard Marx


Esta es una información de Novena News, Dic-24-2019. Traducción de Secretum Meum Mihi (con algunas adaptaciones).

El cardenal Marx respalda bendiciones “pastorales” para parejas homosexuales

El cardenal Reinhard Marx ha dicho que las parejas homosexuales pueden recibir una bendición en la Iglesia, “en el sentido del cuidado pastoral”, incluso si esa bendición no pueda parecer o ser reconocida como una ceremonia de matrimonio.

“El sacramento del matrimonio se basa en la relación fiel entre el hombre y la mujer, que esté abierta a los hijos”, dejó claro Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, hablando con Stern el 23 de Diciembre.

Pero habiendo explicado esa doctrina tradicional del matrimonio, el cardenal también insistió en que los homosexuales deben ser bienvenidos en la Iglesia.

Si las parejas del mismo sexo han sido fieles durante años, la Iglesia no puede “poner eso entre paréntesis con un signo menos” y decir que sus relaciones no valen nada, argumentó Marx.

“Por esto recibo críticas de algunos lados”, admitió Marx, de su reputación de abrir la Iglesia a una mejor atención pastoral a las personas LGBT.

“Algunos dicen: [ello] va demasiado lejos. Otros: [ello] no va lo suficientemente lejos”, se lamentó el cardenal.

Sobre el tema de la ordenación de mujeres, Marx fue claro: desde el veto de Juan Pablo en 1994, “la puerta está cerrada”, reveló el cardenal que el Papa Francisco le dijo.

Las mujeres sacerdotes son un tema que el movimiento de reforma de mujeres católicas María 2.0 también mencionó el 23 de Diciembre, en retrospectiva de un año lleno de huelgas y protestas feministas de la Iglesia que trajeron aire fresco y “presión por el cambio” en círculos católicos, en palabras de la portavoz Andrea Voss-Frick.

Sobre la participación de las mujeres en la Iglesia “está claro para todos que el sistema tal como está ahora no se puede mantener”, advirtió Voss-Frick.

Sobre el tema de la evangelización, Marx explicó que incluso fuera de la Iglesia las personas pueden encontrar su camino hacia Dios.

“Hay muchas personas fuera de la Iglesia: no se pueden perder todas”, explicó el cardenal, haciéndose eco de la famosa respuesta del Papa Benedicto a la pregunta “¿Cuántos caminos hay a Dios?” – “Tantos como personas hay”.

La franqueza de Marx contrastaba con la moderación del cardenal de Colonia Rainer Maria Woelki cuando este último cardenal reveló en una entrevista con Bild también el 23 de Diciembre.

“Todo cristiano tiene que cuestionarse todos los días y orientarse hacia Dios y [hacia] Jesús. Esto también aplica a las reformas de la Iglesia”, dijo Woelki.

“La fe es lo crucial, no quién la predica, si es un hombre o una mujer, si se cantan viejas o nuevas canciones o si el sacerdote está casado”, insistió el cardenal de Colonia.

Woelki agregó “estoy profundamente convencido de retocar la apariencia externa de la iglesia ya no atrae a la gente”.

“No puedo votar si Jesús se hizo humano en Navidad o no”, sostuvo Woelki, minimizando así la importancia de la democracia en la Iglesia.

“Por supuesto, Usted tiene que escuchar lo que dicen los Cristianos, no solo los de las organizaciones laicas. Pero su punto de vista también debe estar ante el Evangelio, [ante] las enseñanzas y las decisiones de la Iglesia”.

Woelki explicó que estaba abierto a una discusión sobre la posible abolición del celibato sacerdotal obligatorio —un tema del proceso de reforma del ‘camino sinodal’ de la Iglesia alemana— pero teniendo en cuenta que tal cambio en la disciplina de la Iglesia “no se decide en la rama germano-parlante de la Iglesia Católica, sino en la Iglesia mundial como un todo”.

La fe ha sido la misma durante 2.000 años, recordó Woelki, y solo por esa razón la disciplina no se puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

“Cristo tiene la última palabra”, concluyó Woelki sobre las cuestiones de la reforma, antes de advertir: “pero en caso de duda, esa última palabra es del Papa”.