Hueco presupuestal del Vaticano es cubierto con dinero del Óbolo de San Pedro
El siguiente es un artículo de The Wall Street Journal, Dic-11-2019, en una traducción al español de Secretum Meum Mihi (las correcciones posteriores hechas al original han sido incluidas directamente en la traducción; una versión de ese mismo artículo aparece en la edición impresa Dic-12-2019, págs. A1 y A11).
El Vaticano utiliza donaciones para los pobres para tapar su déficit presupuestario
Solo el 10% de las donaciones a la colecta el Óbolo de San Pedro van directamente a obras de caridad
Por Francis X. Rocca
11 de diciembre de 2019
CIUDAD DEL VATICANO — Todos los años, los católicos de todo el mundo donan decenas de millones de dólares al Papa. Los obispos exhortan a los fieles a apoyar a los débiles y sufrientes a través del principal llamado caritativo del Papa, llamado el Óbolo de San Pedro.
Lo que la iglesia no anuncia es que la mayor parte de esa colecta, con un valor de más de €50 millones (US$ 55 millones) anualmente, se destina a tapar el agujero en el propio presupuesto administrativo del Vaticano, mientras que solo el 10% se gasta directamente en obras de caridad, según personas familiarizadas con los fondos.
El desglose poco publicitado de cómo la Santa Sede gasta el Óbolo de San Pedro, conocido solo por altos funcionarios del Vaticano, está generando preocupación entre algunos líderes de la Iglesia Católica de que los fieles estén siendo engañados por el uso de sus donaciones, lo que podría dañar aún más la credibilidad de la gestión financiera del Vaticano bajo el Papa Francisco.
El Vaticano está actualmente envuelto en un escándalo sobre las opacas inversiones inmobiliarias en Londres, lo que ha desencadenado una lucha de poder dentro de la burocracia del Vaticano y provocó el despido de su principal regulador financiero. El mes pasado, el Vaticano fue suspendido de una red internacional de perros guardianes anti-lavado de dinero.
Mientras tanto, la Santa Sede está luchando con un creciente déficit presupuestario, con el Papa advirtiendo a los cardenales del “grave impacto” en el futuro económico del cuerpo. Los continuos problemas financieros del Vaticano reflejan una falta de progreso en la mejora de su gestión y finanzas, para la cual el Papa Francisco fue elegido en 2013 con el mandato de revisar, luego de las acusaciones de corrupción, despilfarro e incompetencia allí.
Según la ley de la iglesia, el Óbolo de San Pedro está disponible para que el Papa lo use a su discreción de cualquier manera que sirva a su ministerio, incluido el apoyo de su administración. El sitio web de la colecta dice que, para apoyar las obras de caridad del Papa, “el Óbolo de San Pedro también contribuye al apoyo de la Sede Apostólica y a las actividades de la Santa Sede”, enfatizando actividades que ayudan a “poblaciones, individuos y familias en condiciones precarias”.
Los activos del Óbolo de San Pedro ahora suman unos €600 millones, en comparación con los €700 millones a principios del pontificado actual, en gran parte debido a las inversiones fallidas, dijeron las personas familiarizadas con el uso de los fondos.
El uso de las donaciones del Óbolo de San Pedro principalmente para cubrir el déficit presupuestario es particularmente sensible para el Papa Francisco, quien comenzó su pontificado llamando a una “iglesia pobre para los pobres”, y ha enfatizado continuamente la misión de la iglesia de cuidar y abogar en nombre de los más vulnerables.
El Vaticano no respondió a una solicitud de comentarios sobre el uso de los fondos.
Él Óbolo de San Pedro, una colecta especial de católicos de todo el mundo cada Junio, se presenta como un esfuerzo de recaudación de fondos para los necesitados. El sitio web del Vaticano para la colecta, www.peterspence.va, lo describe como un “gesto de caridad, una forma de apoyar la actividad del Papa y de la Iglesia universal para favorecer especialmente a los más pobres y las Iglesias en dificultades. También es una invitación a prestar atención y estar cerca de nuevas formas de pobreza y fragilidad”.
Una sección del sitio web dedicada a “obras realizadas” describe subvenciones individuales, como €100,000 en ayuda de socorro a los sobrevivientes del terremoto del mes pasado en Albania o €150,000 para los afectados por el ciclón Idai en el Sureste de África en Marzo.
Los líderes de las iglesias locales se hacen eco de la línea del Vaticano cuando solicitan las contribuciones. Según el sitio web de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos: “El propósito de la Colecta el Óbolo de San Pedro es proporcionar al Santo Padre los medios financieros para responder a aquellos que sufren como resultado de la guerra, la opresión, los desastres naturales y las enfermedades”.
Pero durante al menos los últimos cinco años, solo alrededor del 10% del dinero recaudado —más de €50 millones se recaudaron en 2018— se destinó directamente al tipo de causas benéficas que aparecen en la publicidad de la colecta, según personas familiarizadas con la materia. Las donaciones también pueden apoyar causas caritativas indirectamente si el Vaticano las invierte y obtiene ganancias.
Mientras tanto, alrededor de dos tercios del dinero se han utilizado para ayudar a cubrir el déficit presupuestario en la Santa Sede, dijeron estas personas. La Santa Sede consiste en la administración central de la Iglesia Católica y en la red diplomática papal en todo el mundo. En 2018, el déficit presupuestario alcanzó aproximadamente €70 millones en un gasto total de aproximadamente €300 millones, lo que refleja ineficiencias crónicas, aumento de los costos salariales y golpes en los ingresos por inversiones.
Las donaciones al Óbolo de San Pedro se han reducido notablemente en los últimos años, a más de €50 millones en 2018 de más de €60 millones en 2017, dijeron estas personas. La preocupación entre los católicos comunes por la crisis de abuso sexual clerical de la iglesia, así como por la transparencia financiera del Vaticano, ha pesado sobre las donaciones, dijeron estas personas. Se espera otro descenso para 2019.
El fondo Óbolo de San Pedro, administrado por la Secretaría de Estado, el ejecutivo de la Santa Sede, ha estado bajo un mayor escrutinio desde Octubre, cuando la policía del Vaticano allanó las oficinas de la Secretaría y las del regulador financiero del Vaticano como parte de una investigación sobre una gran inversión en un edificio en el lujoso distrito londinense de Chelsea. Los funcionarios del Vaticano creen que al menos parte del dinero para la controvertida inversión provino del Óbolo de San Pedro.
En Noviembre, el Papa Francisco dijo que había autorizado las redadas debido a la aparente corrupción, pero defendió la práctica de invertir las donaciones del Óbolo de San Pedro en bienes inmuebles y otros activos, en lugar de usarlo para caridad de inmediato.
“Cuando llegua el dinero del Óbolo de San Pedro, ¿qué hago? ¿Lo pongo en un cajón? No. Esta es una mala administración. Intento hacer una inversión y cuando necesito dar, cuando hay una necesidad, durante todo el año, se toma el dinero y ese capital no se devalúa, se mantiene igual o aumenta un poco”, dijo el Papa el mes pasado.
Pero no más de una cuarta parte de las contribuciones anuales del Óbolo de San Pedro están disponibles para inversiones, después de que la mayor parte se gasta en los costos operativos del Vaticano, según las personas familiarizadas con el fondo.