El libro al que hacemos alusión todavía no tiene versión en español y pretendidamente se llamaría “Pastor Herido”, de Austen Ivereigh. Recientemente y con ocasión de su aparición reprodujimso unas palabras suyas concedidas en una entrevista para La Tercera de Chile.
Pues bien, el dicho libro ha merecido un comunicado de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Nov-07-2019. Coincidencialmente, el primer grupo de obispos de EEUU, encabezado por el card. Seán Patrick O’Malley, se ha reunido ayer con Francisco en audiencia, en el marco de la tradicional visita Ad Limina. Si la memoria no nos engaña serán quince grupos de obispos de EEUU desde ahora hasta Febrero de 2020, los que completarán la visita.
Esta es nuestra traducción del comunicado.
Declaración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos sobre Pastor Herido, libro recientemente publicado
7 de noviembre de 2019
WASHINGTON - James Rogers, Director de Comunicaciones de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. emitió la siguiente declaración hoy en respuesta a Wounded Shepherd [Pastor Herido].
“El nuevo libro de Austen Ivereigh, Wounded Shepherd [Pastor Herido], perpetúa un infortunado e inexacto mito de que el Santo Padre encuentra resistencia entre el liderazgo y el personal de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos. El autor menosprecia al Secretario General y a un consultor de la Comisión de Asuntos Canónicos, particularmente al sugerir que redactaron documentos en Octubre que luego fueron deliberadamente excluidos de Roma. Esto es falso y engañoso.
En Agosto, el cardenal Daniel N. DiNardo comenzó a convocar a los obispos para consultas sobre las medidas para fortalecer el programa de protección ya efectivo promulgado a través de la Carta de Dallas. A principios de Septiembre, esas consultas se habían cristalizado en forma de emergentes borradores bajo la dirección del Comité Ejecutivo y con la colaboración del Comité sobre el Clero, la Vida Consagrada y las Vocaciones, del Comité de Asuntos Canónicos y Gobernanza Eclesial y del Comité sobre la Infancia y la Protección Juvenil, con el apoyo del Secretariado de Doctrina y de la Oficina del Consejo General.
Se pretendía que las propuestas llegaran a donde comenzaba la autoridad de la Santa Sede. Por ejemplo, al igual que la Carta anterior, la comisión laica se basó en la participación voluntaria de los obispos, compilando informes sustanciales de abuso que se entregarán directamente al Nuncio Apostólico en los Estados Unidos con la debida atención a las leyes de denuncia civil obligatorias. Si bien las consultas informales con la Santa Sede tuvieron lugar en Octubre, se preveía que la Santa Sede tuviera la oportunidad de revisar y ofrecer ajustes solo sobre aquellos borradores que se beneficien de la aportación de todo el cuerpo de los obispos de los Estados Unidos, reconociendo que enmiendas sustanciales podrían todavía tener lugar.
La decisión del cardenal DiNardo de retrasar la votación de estas propuestas en Noviembre de 2018 es una clara señal de la colaboración y obediencia suya y de sus hermanos obispos con el Santo Padre. Cuando el Papa Francisco anunció la nueva ley universal de la Iglesia que establece un programa mundial de protección, el cardenal DiNardo apoyó firmemente las medidas y se movió rápidamente para garantizar que las propuestas de la Conferencia estuvieran listas para votar en Junio de este año y fueran complementarias con las del propio programa del Santo Padre. La agenda de Junio avanzó sin la objeción de la Santa Sede. Debido a las acciones decisivas del Papa Francisco y de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, la Iglesia es un lugar más seguro para niños y adultos en situaciones vulnerables”.