La entrevista apareció en La Fede Quotidiana, Sep-17-2019. Obviamos la presentación y pasamos a traducir directamente la entrevista (con algunas adaptaciones).
Messori, en Alemania, sopla aire de cisma. En los Estados Unidos, muchos católicos muestran impaciencia. El 5 de octubre se orará en Roma por la Iglesia en dificultad. ¿Preocupado?
“Noto a mucha gente católica preocupada, algunos incluso desesperados. Sin embargo, como creyente, recuerdo que la Iglesia no es una empresa, una multinacional o un estado. En resumen, no puede fallar. Por supuesto, no faltan las razones de la alarma, creo que, por ejemplo, en el próximo Sínodo sobre la Amazonía y malentendidos relacionados, no sé qué se quiere obtener, probablemente el matrimonio de los sacerdotes. Por lo tanto, estoy preocupado, pero no desesperado, porque la Iglesia no es de Bergoglio o de los obispos, sino sólo de Cristo y Él la gobierna con sabiduría. Las fuerzas del mal no vencerán”.
¿Según Usted, existe una cierta confusión de fondo?
“Esta está presente y entristece, confunde. Pero creo que al final el Padre intervendrá. Dios supera nuestra capacidad limitada de visión de las cosas”.
¿Cree que hay una suerte de conformismo, incluso informativo, sobre el Papa Francisco?
“El conformismo al que Usted hace referencia existe. Pero es palpable incluso en la Iglesia. Es desconcertante que solo dos o tres cardenales casi en sus noventa años hablen y protesten. Muchos obispos e incluso cardenales con quienes dialogo en privado se llevan las manos al cabello y no están de acuerdo, pero tienen miedo, callan, están en silencio. Durante 2.000 años no se recomienda tocar al Papa, pero esta tendencia se acentúa hoy y se toca con la mano. Se dice que esta es la Iglesia de la misericordia, pero hasta cuándo. Quien manda es intolerante a toda voz crítica. Escribí en Corriere [Della Sera] un artículo cortés en el que hacía preguntas y de las reflexiones fui abrumado por los improperios, especialmente por ciertos medios católicos. Se ha creado un comité para pedirle a Corriere [Della Sera] que retire mi colaboración. Tal comité se remonta a los que, con unas expresiones de moda, son el lirio mágico del Papa. Y entonces, ¿con qué coherencia se afirma que esta es la Iglesia de la misericordia, del diálogo abierto y leal, de la parresia? Estoy preocupado, como le decía, pero no desesperado. Cristo no deja sola a su Iglesia”.