La Asociación Internacional de Exorcistas ha metido baza sobre las sui generis recientes declaraciones del Prepósito General de la Compañia de Jesús, P. Arturo Sosa Abascal, respecto de la existencia del diablo. Traducción de Secretum Meum Mihi.
Comunicado a la prensa de la AIE sobre la declaración del padre Arturo Sosa Abascal en el meeting de Rimini
Asociación Internacional de Exorcistas [AIE]
Casella Postale 212
00120 Ciudad del Vaticano SCV
Roma, 22 de agosto de 2019
Comunicado de prensa de la Asociación Internacional de Exorcistas
La Asociación Internacional de Exorcistas (AIE) con el presente comunicado luego de las declaraciones hechas por el Prepósito General de la Compañía de Jesús, Padre Arturo Sosa Abascal, en el curso de una entrevista aparecida en el periódico en línea “Tempi.it” (Meeting. «El diablo existe solo como realidad simbólica», 21 de agosto de 2019).
Una de las preguntas abordadas en la entrevista con el religioso, invitado a Rímini al Meeting de Comunión y Liberación para celebrar tener un encuentro sobre el tema “Aprender a mirar el mundo con los ojos del Papa Francisco”, tuvo como objeto la existencia del diablo.
El padre Sosa Abascal declaró, entre otras cosas: “Existe como el mal personificado en diferentes estructuras pero no en las personas, porque no es una persona, es una manera de ejercer el mal. No es una persona como lo es una persona humana. Es una manera del mal de estar presente en la vida humana. El bien y el mal son una lucha permanente en la conciencia humana, y tenemos maneras de indicarlos. Reconocemos a Dios como bueno, enteramente bueno. Los símbolos son parte de la realidad, y el diablo existe como una realidad simbólica, no como una realidad personal”.
Frente a estas afirmaciones graves y desorientadoras, que ya han sido expresadas en el pasado por el padre Sosa Abascal al suplemento de El Mundo, son necesarias algunas aclaraciones doctrinales a la luz del magisterio, incluso del actual pontífice.
Si es cierto que frente al magisterio ordinario es necesario acercarse con “obsequio de intelecto y voluntad”, necesita considerarse, de hecho, que el magisterio solemne expresado en el Cuarto Concilio de Lateranense sobre los ángeles y los demonios implica una adhesión vinculante de fe. La posición de Abascal, por tanto, se pone fuera del magisterio ordinario y extraordinario-solemne.
La existencia real del diablo, como sujeto personal que piensa y actúa y que ha hecho la elección de rebelión a Dios, es una verdad de fe que siempre ha hecho parte de la doctrina cristiana. Tal verdad es confirmada por un documento de la Congregación [para la Doctrina] de la Fe, publicado por “L'Osservatore Romano” el 26 de junio de 1975. El texto examina en manera circunstanciada la declaración del IV Concilio Lateranense, del cual reconoce la importancia teológica, también en relación con el diablo y los demonios: «El enunciado que les concierne se presenta como una afirmación indiscutible de la conciencia cristiana». De hecho, ello se inserta en el símbolo de la fe, que el concilio ha vuelto a proponer a toda la Iglesia y, por lo tanto, pertenece a la regla universal de la fe. Además, tal enseñanza corresponde a toda la tradición de los Padres de la Iglesia y de los Papas.
Precedentemente, Paulo VI, el 15 de noviembre de 1972, durante la audiencia general del miércoles, aborda el tema en cuestión. Partiendo del mal existente en el mundo, él declara que eso es «ocasión y efecto de una intervención en nosotros y en nuestro mundo de un agente oscuro y enemigo, el demonio. El mal ya no es solo una deficiencia, sino un ser vivo, espiritual, pervertido y pervertidor. Terrible realidad. Misteriosa y temerosa». Continúa afirmando decididamente la necesidad de creer que el diablo es un ser creado por Dios (que posteriormente, con libre elección, rechazó radical e irrevocablemente a Dios y a su Reino) y no como un principio absoluto independiente o como un simple símbolo del mal: «Se sale del marco de la enseñanza bíblica y eclesiástica quien se rehúsa a reconocer» la realidad del demonio. En apoyo de esta tesis hay numerosas citas bíblicas, después de las cuales el Papa reitera que el diablo «es el enemigo número uno, es el tentador por excelencia. Sabemos que este ser oscuro y perturbador realmente existe».
El Papa Francisco, después de su elección al solio pontificio (2013), en varias circunstancias ha reafirmado con insistencia y fuertemente la realidad del demonio. En su Exhortación apostólica Gaudete et exultate (19 de marzo de 2018), se ha detenido largamente sobre la temática demoníaca, puntualizando en el cap. 5 algunas explicaciones breves pero incisivas. El pontífice parte del hecho de que la vida cristiana, en su camino hacia la santidad, es un combate permanente (n. 158), en la que se necesita fuerza y coraje para resistir las tentaciones del diablo. Esto constituye el dato concreto que no se puede descuidar, sino que forma las condiciones para reforzar la propia configuración espiritual (n. 159). El Papa precisa que cuando se habla de la lucha contra el demonio, no se trata de un contraste con la mentalidad mundana ni con las inclinaciones personales hacia el mal, sino más precisamente se refiere a una lucha contra un ser real, «que es el príncipe del mal». Con esta expresión se subraya la dimensión de sujeto o persona en su concreción, que es una entidad real subsistente, que se llama y es el Maligno. Jesús mismo lo derrotó y se regocijó (Lc 10,18).
El Papa explica que en el tiempo de Jesús uno podía entender una enfermedad, como la epilepsia, como una acción demoníaca, sin embargo, debe reconocerse que Jesús hizo múltiples liberaciones de los obsesos. La acción diabólica confirma la existencia real del diablo y su presencia constante, desde el comienzo de la creación, como se muestra en las primeras páginas de las Escrituras, en referencia al relato del Génesis de la seducción de la serpiente hacia la primera pareja humana, Adán y Eva. Por lo tanto, no se puede sostener que «el diablo no existe o no actúa». El pontífice dice que Jesús mismo, cuando enseñó a los discípulos la oración del Padrenuestro, puso como última solicitud ser liberados del mal: «La expresión que se utiliza allí no se refiere al mal en abstracto», sino justamente y concretamente sí indica el Maligno, que es un ser personal, el tentador.
El Papa hace un acento en los errores que se difunden en torno a la figura de Satanás (n. 161): «Por lo tanto, no creemos que sea un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Tal engaño nos lleva a bajar la guardia, a descuidarse y permanecer más expuestos». La afirmación es clara y no admite dudas o discusiones sobre la existencia real de Satanás. Es parte de la doctrina de la Iglesia que debe ser aceptada y creída. Si uno niega esta verdad, prosigue el Papa, cae fácilmente bajo las garras del diablo, que “como un león rugiente anda buscando a quien devorar» (1 P 5, 8).
Así, la Iglesia, fundándose en la Sagrada Escritura y en la Tradición Apostólica, oficialmente enseña que el demonio es una criatura y un ser personal, y pone en guardia contra aquellos que, como el Padre Sosa, lo consideran solo un símbolo.
Como Asociación Internacional de Exorcistas, nos gustaría terminar informando lo que declaró la Conferencia Episcopal Italiana en N° 5 de la Presentación de la versión italiana del nuevo Rito de Exorcismos, promulgado por la Santa Sede el 22 de noviembre de 1998 (De exorcismis et supplicationibus quibusdam):
«El discípulo de Cristo, a la luz del Evangelio y de la enseñanza de la Iglesia, cree que el Maligno y los demonios existen y actúan en la historia personal y comunitaria de los hombres. El Evangelio, de hecho, describe la obra de Jesús como una lucha contra Satanás (cf. Mc 1, 23-28; 32-34; 39; 3, 22-30 e passim). También la vida de sus discípulos implica una batalla que “no es contra criaturas hechas de carne y sangre, sino contra los Principados y las Potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal (Ef 6, 12)».
Finalmente, además de tomar nota de la clara posición del Papa Francisco expresada en los saludos enviados a los participantes en los Congresos Internacionales de los Exorcistas, para profundizar el conocimiento de la enseñanza de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia sobre la real existencia y la actividad del mundo demoníaco, aconsejamos la lectura de las siguientes relaciones reportadas en el blog de la Asociación Internacional de Exorcistas: aiepressoffice.com
1. La enseñanza sobre el diablo en el Catecismo de la Iglesia Católica (CCC)
Relación del Obispo Mons. Raffaello Martinello.
2. La acción extraordinaria de Satanás en el mundo: aspectos teológicos y magisteriales
Relación del obispo Giovanni Rinaldi.
3. El exorcismo en la Pastoral ordinaria de la Iglesia
Informe del cardenal Salvatore De Giorgi.
4. El origen del mal en el universo creado bueno por Dios
Estudio de la Asociación Internacional de Exorcistas.
5. San Martín de Tours, Obispo exorcista
Artículo a cargo de la Asociación Internacional de Exorcistas.