¿Qué estarán diciendo esos que quieren invisibilizar al Papa emérito?
¿Recuerdan que cuando Benedicto XVI emitió aquella declaración (“Declaratio”, quedó bautizada en latín) de Feb-11-2013 en la cual renunciaba, utilizó el argumento de su edad avanzada para no poder seguir ejerciendo el ministerio petrino: “Meas ingravescente ætate”? Bueno, eso fue hace seis años, ahora, con sus 92 años, su “ingravescente ætate” le ha consentido salir del monasterio Mater Ecclesiæ en el Vaticano, lugar donde reside, y hacer una salida parecida a aquella de Jul-14-2015, cuando visitó Castel Gandolfo, solamente que ahora no solo estuvo en Castel Gandolfo sino que el paseo fue un tanto más largo.
En la noche de ayer (tiempo de Italia) el sitio IlMamilio.it informaba del inusual paseo del Papa emérito a los castillos romanos. Nuestra traducción del aparte fundamental.
El viaje de Benedicto XVI a bordo de un Mercedes negro Station Wagon, con vidrios polarizados, fue: primera etapa en la Ville Pontefice de Castel Gandolfo, de las 17 a las 18.30, con un saludo al personal y paseo por los senderos como cuando pasaba gran parte delverano en los Castelli Romani.
Luego se dirigió a Rocca di Papa, en el santuario de la Virgen del Tufo, para una oración y un saludo al párroco y finalmente a Frascati en el palacio episcopal, acogido por el obispo monseñor Raffaello Martinelli, para una visita privada blindada por un grueso cordón de guardias del cuerpo de la gendarmería y de la inspección del Vaticano y una cena ligera en el comedor de la Curia.
En el sitio también personal de la estación de policía de Frascati. Acompañando a Benedicto XVI, su secretario de confianza, Monseñor Georg [Gänswein], con la asistencia también de una silla de ruedas, que el Papa emérito a menudo usa, dada la venerable edad y la mala condición de salud.
Luego de ello, diferentes medios de comunicación han retomado la misma información.
En el día de hoy, el neodirector de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, ha emitido una declaración, la cual presentamos en nuestra traducción.
Respondiendo a las preguntas de los periodistas, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, ha afirmado lo siguiente:
Como S.E. Mons. Georg Gänswein me ha indicado esta mañana, el Papa emérito en la tarde de ayer, a las 16.15 horas, fue a los Castelli Romani, primero a Castel Gandolfo, con una parada en los jardines y el puesto de observación para la caminata y la recitación del Rosario, luego al Santuario de la Virgen del Tufo en Rocca di Papa y, finalmente, junto a S.E. Mons. Raffaello Martinelli, a la Curia Episcopal de Frascati, donde paró para cenar. A las 22.30 regresó al Monasterio Mater Ecclesiae. La visita siguió a una invitación de S.E. Mons. Martinelli.
Vatican News en italiano, además de informar sobre el inesperado paseo del Papa emérito, recoger la declaración del nuevo Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, también incluye declaraciones del vicario general de la diócesis de Frascati, Mons. Raffaello Torelli. Con respecto a su impresión personal sobre Benedicto:
Una persona “amabilísima, lucidísima y de gran fe” que transmite una “paz inmensa”.
Prosigue la nota de Vatican News haciendo un recuento de la visita con base en las palabras de Mons. Torelli; nótese lo que todavía permite la “ingravescente ætate” de Benedicto (nuestra traducción).
“Mons. Martinelli —relata el vicario general de Frascati— acogió al Papa emérito en el Santuario de la Virgen del Tufo en Rocca di Papa: Benedicto XVI llegó alrededor de las 18.30 desde Castel Gandolfo. El obispo inmediatamente se acercó al auto donde estaba y lo saludó muy cordialmente. De hecho, entre el papa emérito y el obispo, hay una gran familiaridad, Mons. Martinelli fue colaborador de Joseph Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe”. Aquí el momento de la oración y meditación al interior del santuario. “El papa emérito —explica mons. Torelli— entró, acompañado en una silla de ruedas y, como primera cosa, quería ponerse de rodillas para recitar en alta voz con los presentes una oración a la Virgen”. Benedicto XVI, explica, “ya había visitado” el Santuario en el pasado, donde, según una antigua tradición que data del siglo XVI, un viajero, mientras caminaba por un sendero, de repente vio il Tufo —de 8 metros de circunferencia y que pesaba 150 quintales— saliendo del acantilado: en peligro, el hombre invocó a la Virgen y, milagrosamente, la roca se detuvo y el viajero se salvó. “En esa roca —explica Mons. Torelli— la imagen de la Virgen fue representada”, venerada hasta hoy. El papa emérito entonces “quiso ora” a la Virgen, entonces “le indiqué —prosigue el vicario general de Frascati— el Santísimo Sacramento” y Benedicto XVI “se inclinó ante Jesús”.
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Después de la visita al Santuario, el Papa emérito “subió al auto” para el traslado “al Palacio episcopal de Frascati, para una visita de ‘amistad’ a Mons. Martinelli”. Una visita que, asegura Mons. Torelli, dejó “una gran serenidad y confianza”: “la impresión de quien, como yo ayer, estuvo frente a Benedicto XVI es la de un hombre que vive constantemente la presencia de Dios, un hombre de santidad, que transmite este sentido de Dios más allá de su posibilidad física: lo hace a través de los ojos y de la sonrisa, en la simplicidad de su persona”.