Sunday, July 21, 2019

Vaticano impone medidas disciplinarias a obispo Michael Bransfield


La información original fue originada el pasado Viernes por The Washington Post, esta es una información en español de agencia AFP, Jul-20-2019.

El Vaticano prohibió participar en toda liturgia pública al obispo estadounidense Michael Bransfield, que renunció en 2018 tras acusaciones de acoso sexual a adultos, anunció el portal Vatican News.

Monseñor Bransfield ya no podrá residir en su antigua diócesis, ni participar en celebraciones liturgias públicas, en cualquier lugar en el que esté, y deberá corregirse públicamente por el mal que causó, explica Vatican News, que cita un comunicado de la nunciatura apostólica de Estados Unidos.

Con esta sanción contra el exobispo de Wheeling-Charleston (noreste), “el papa Francisco continúa con su línea de firmeza con el episcopado estadounidense”, agrega el portal del Vaticano.

Será el futuro obispo de esta diócesis de Virgina Occidental “quien deberá decidir de manera concreta el tipo de acciones que podría realizar su predecesor para reparar sus faltas, en coordinación con la Santa Sede”, precisa Vatican News.

En febrero pasado, el papa argentino secularizó al cardenal estadounidense Theodore McCarrick, acusado de abusos sexuales a menores y jóvenes.

Sacudida por los escándalos de pedofilia, la Iglesia Católica estadounidense acaba de reforzar el sistema para alertar sobre abusos sexuales que abarcará también a la jerarquía religiosa, en sintonía con las recientes decisiones del papa.

Reunidos en junio en Baltimore (Maryland, noreste) , los 22 miembros de la Conferencia de Obispos Estadounidenses USCCB) aprobaron por una gran mayoría el cambio de la ley canónica anunciado en mayo por el papa, que obliga al clero a alertar de los abusos al Vaticano.

Hasta el momento, las investigaciones internas eran supervisadas por los obispos que denunciaban los casos según su consciencia.

¿Por qué calla el papa Francisco sobre Venezuela?


Esta es la columna de opinión de Andrés Oppenheimer, publicada en diversos periódicos, la cual en este caso tomamos de El Nuevo Herald de Miami, Jul-21-2019, pág 14A (en la foto superior, click para ampliar).

¿Por qué calla el papa Francisco sobre Venezuela?

POR ANDRES OPPENHEIMER
aoppenheimer@miamiherald.com


La Conferencia Episcopal de Venezuela ha emitido una declaración durísima exigiendo el fin inmediato del “gobierno ilegítimo y fallido” del dictador Nicolas Maduro. Entonces, ¿por qué el papa Francisco no está diciendo nada ni remotamente parecido a eso?

Antes de hablar del hecho de que el Papa no ha denunciado abiertamente los crímenes contra la humanidad de Maduro, recordemos lo que dijeron los obispos venezolanos en su declaración del 11 de julio.

“Ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo”, dijo la declaración de los obispos. “Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo presidente”.

Además, la declaración de los obispos dijo que para que esa elección sea realmente libre, requiere como “condiciones indispensables” la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral, un registro electoral actualizado y la supervisión de la comunidad internacional con funcionarios de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Union Europea.

Agregó que otra condición clave para una elección libre debe ser el “cierre de la Asamblea Nacional Constituyente”, el Congreso elegido a dedo por Maduro después de que la oposición ganó por mayoría abrumadora las elecciones legislativas de 2015.

En lugar de hacerse eco de las demandas de los obispos, el Papa hizo una declaración increíblemente anodina en su homilía del 14 de julio, pidiéndole a Dios que “inspirar e iluminar a las partes” para que puedan “llegar a cuanto antes a un acuerdo” para resolver la crisis venezolana.

Lejos de presionar a Maduro, la declaración del Papa parecía hecha para complacer al dictador venezolano. Maduro ha pedido a menudo un diálogo con la oposición, pero siempre ha utilizado esas conversaciones para ganar tiempo y desactivar las protestas contra su régimen.

¿Por qué es tan timorato el Papa sobre la crisis humanitaria de Venezuela? Hasta hace poco, uno podría haber especulado que era porque quería desempeñar un papel útil como mediador en la crisis venezolana. Pero después de varias negociaciones lideradas por el Vaticano, el Papa aprendió por las malas de que Maduro no estaba negociando de buena fe.

El Papa admitió eso en una carta a Maduro del 7 de febrero que se filtró al diario italiano Corriere della Sera. En esa carta, el Pontífice escribió que todos los intentos anteriores para llegar a un acuerdo habían fracasado “porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos”.

La declaración del papa Francisco el 14 de julio es aún más censurable porque, además de venir tras la declaración de la Conferencia de Obispos de Venezuela, se produjo después del devastador informe de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, sobre los asesinatos en masa en Venezuela.

El informe de la ONU citó al menos 6,856 muertes sospechosas de opositores políticos venezolanos entre enero de 2018 y mayo de 2019, la mayoría de las cuales fueron ejecuciones extrajudiciales. Como argentino, el Papa debería saber muy bien que esta cifra es mayor que ninguna registrada en otro país de la región desde los días de las dictaduras militares de Argentina y Chile en los años setenta.

En rigor, las cifras de la ONU sugieren que el régimen de Maduro ha matado a más opositores en los últimos 17 meses que el dictador chileno Augusto Pinochet en sus 17 años en el poder.

Después de la declaración de los obispos venezolanos y del informe de Bachelet, no hay excusa para que el Papa siga sin criticar los asesinatos masivos del régimen venezolano.

Si el Papa todavía está esperando jugar un rol de mediador o garante de un acuerdo político, lo menos que podría hacer es hacerse eco del llamado de los obispos venezolanos y pedir elecciones libres lo antes posible, para resolver la crisis política que escaló desde la elección ilegítima de Maduro el año pasado. Pero el Papa ni siquiera está diciendo eso. ¡Debería darle vergüenza!

Como puede observarse, las líneas generales de la anterior columna son muy parecidas a una que el mismo autor dedicó al caso de la posición de Francisco sobre Nicaragua y que casi llevaba el mismo título.

Una versión en inglés de la columna aquí transcrita fue publicada en The Miami Herald, Jul-21-2019, pág 3C (foto inferior, click para ampliar).