Siempre nos ha llamado la atención cómo la categoría “pueblo” que los jesuitas en los 70 convirtieron en sinónimo de “proletariado”, y que Francisco también tiene por suya, para el caso de Venezuela no funciona. Donde debería ponerse de parte del “pueblo” reprimido, sencillamente favorece al represor, poniéndolos en paridad, como si un oprimido pudiera pedirle el favor a quien lo oprime que lo deje de oprimir.
Nuevamente hoy Francisco se ha referido, en eso que el card. Parolin llama “neutralidad positiva”, a Venezuela. Lo ha hecho luego del rezo del Angelus dominical en la Plaza de San Pedro (tarducción: Vatican News).
Una vez más, quisiera expresar mi cercanía al amado pueblo venezolano, particularmente extenuado por la prolongada crisis. Pidamos al Señor que inspire e ilumine a las partes en causa, para que puedan llegar lo antes posible a un acuerdo que ponga fin al sufrimiento de la gente por el bien del país y de toda la región
No existen dos partes igualitarias y paritarias en Venezuela, existe un régimen criminal dictatorial en cabeza de Nicolás Maduro y existe un pueblo oprimido y víctima de él. Lo lógico es que un Pontífice se pusiera de parte del segundo, pero en el caso del actual...
¿Qué se podría esperar habiéndo antecedentes?, como ocurrió el pasado Mar-24-2019, para el caso de Nicaragua. O peor aún, como cuando por ejemplo estrechó calidamente la manos tintas en sangre de otro tirano opresor...
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