Tuesday, May 28, 2019

“De McCarrick yo no sabía nada, obviamente, nada, nada”. Francisco afirma que el “Testimonio” Viganò fue “un ensañamiento” e insinúa “que era pagado”


Cuando hablamos del “Testimonio” Viganò nos referimos al publicado en Agosto de 2018 por el antigüo Nuncio Apostólico en Washington, Carlo Maria Viganò, en el que basicamente señalaba que Francisco sabía de los abusos sexuales del ex-cardenal McCarrick.

En un pasaje de una larga entrevista concedida a Valentina Alazraki para la cadena televisiva mexicana Televisa, cuyo transcripción completa publica Vatican News, la periodista le pregunta sobre el caso del “Testimonio” Viganò y su silencio.

P.- Bueno, el tema de McCarrick me trae otro tema que quería yo preguntarle. Usted nos aconsejó en uno de los últimos viajes que leyéramos cartas de la tribulación: yo me lo he leído, he hecho mis deberes. He visto muchas veces escrita la palabra silencio, y la explicación de cómo a veces el silencio sea necesario, según usted, es como un momento de gracia casi. Pero decirle a un periodista que el silencio es necesario cuando nosotros hace creo que... (risas). No se ría Papa Francisco es así. Si usted hace, se acuerda hace 8 meses cuando le preguntaron: A ver, aquí hay una acusación, del ex nuncio Carlo María Viganò, que dice que él mismo le dijo a usted en una audiencia al principio de su pontificado quién era Mc Carrick, usted no hizo nada, y usted dijo "no voy a responder, juzgan ustedes, ya en su momento responderé". Ese silencio ha pesado mucho, porque para la prensa y para mucha gente cuando uno se calla es como marido y mujer ¿no?: tú pillas a tu marido y no te contesta y dices "aquí hay gato encerrado". Entonces por qué ese silencio ha llegado ya el momento de contestar esa pregunta que le hicimos en el avión, han pasado creo que más de ocho meses Papa Francisco.

R.-
Sí, los que hicieron el derecho romano dicen que el silencio es una manera de hablar. El caso este de Viganò, yo vi, no había leído toda la carta, vi un poco y ya sé lo que es, y tomé una opción: yo confío en la honestidad de los periodistas y les dije: "Miren, acá tienen todo, estudien ustedes y saquen ustedes las conclusiones". Y eso es lo que hicieron porque el trabajo lo hicieron ustedes, sobre eso fue genial, y me cuidé muy mucho de decir cosas que no estaban ahí pero después las dijo, tres o cuatro meses después, un juez de Milán cuando lo condenó.

P.- ¿Lo de su familia dice?

R.-
Claro. Me callé, para que voy a ensuciarlo. Que los periodistas encuentren la cosa. Y ustedes lo encontraron, encontraron todo ese mundo. Fue un silencio de confianza hacia ustedes, más aun, esa es una de las razones, dije: "Acá tienen, estúdienlo, esto es todo". Y el resultado fue bueno, fue mejor que si yo me pusiera a explicar, a defenderme... Ustedes juzgaron con las pruebas en la mano. Segundo, hay otra cosa que a mí siempre me impresionó: los silencios de Jesús. Jesús siempre respondía, incluso a los enemigos cuando le venían con chicanas: "pero se puede esto, aquello"... y a ver si pisaba el palito y caía...Y ahí les contestaba. Pero cuando hubo clima de ensañamiento que fue el viernes santo, ese ensañamiento de la gente y ya, cerró la boca. A tal punto que el mismo Pilato dice: "Pero ¿no me contestás?" O sea, delante de un clima de ensañamiento no se puede contestar. Y esa carta era un ensañamiento como después ustedes se dieron cuenta por los resultados, que era una cosa incluso... alguno de ustedes publicó que era pagada, no sé, esto no me consta, no, pero voy a las consecuencias de algunos.


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“No se puede decir que quien no comparte la recepción de inmigrantes no es cristiano”, entrevista con el card. Müller


Esta es una entrevista publicada en Corriere Della Sera, May-28-2019 (en la foto, click para ampliar), con el antigüo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, card. Gerhard Ludwig Müller. Como para enmarcar la frase aquella en la que el cardenal se autodefine como “ortodoxo” (!?). Traducción de Secretum Meum Mihi.

No comparte las críticas a Salvini de algunas personas cercanas a Francisco. ¿Por qué?

«Una autoridad eclesiástica no puede hablar diletantesco de cuestiones teológicas. Y, sobre todo, no debe inmiscuirse en la política, cuando hay un Parlamento y un gobierno legitimados democráticamente, como en Italia. Mejor hablar con Salvini, discutir o corregirlo cuando sea necesario».

¿No le fastidio el uso electoral de símbolos religiosos?

«No me dio gusto, se debe evitar. Pero creo que es peor si los obispos confunden las cuestiones de fe con las políticas. Puede criticar a quienes no aceptan los principios, pero no cerrar las puertas. Y luego hay países que quieren descristianizar Italia y Europa, mientras que Salvini ha recurrido a los patrones de la Unión Europea, a sus raíces cristianas. Prefiero a los que hablan de tradición cristiana a los que la eliminan. Es absurdo que los colaboradores del Papa como Spadaro se conviertan en jueces políticos. ¿Quién lo autoriza?».

¿No cree que le da mucha importancia a Spadaro?

«Él se pone como portavoz del Santo Padre, así que... Pero teológicamente es una bestialidad decir que una persona no es cristiana, si ha sido bautizada y confirmada. Es un juicio político».

Entonces Usted ataca al Papa.

«No ataco a nadie. La inmigración es un tema político con profundas motivaciones éticas. Se puede decir que un político lo enfrenta como un buen católico o como un católico menos bueno. Podemos amonestarlo pero no aislarlo».

Hace años, el Papa dijo sobre el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que no era cristiano construir muros para repeler a los inmigrantes...

«Creo que fue un error. Como la de algunos obispos alemanes, que se ocupan más de política que de fe».

Quizás también depende del hecho de que el papel de la Iglesia ha cambiado.

«Pero la Iglesia debe reconciliar las áreas, no dividir. Mientras hoy, cualquiera que la critique, es catalogado como enemigo del Papa. Y los laicos que dicen cosas diferentes son definidos como no cristianos. El Concilio Vaticano II habla de la neutralidad de la Iglesia católica con respecto a la política y habla de la autonomía de la política».

¿Defendiendo a Salvini no hace Usted también política?

«No estoy defendiendo a Salvini, sino a su ser y el definirse católico. Católicos también hay en el M5S, en todos los partidos. Yo defiendo su fe, no su política. No se puede negar la fe religiosa al que milita en un partido y no en otro».

¿Está seguro de que sus críticas no nacen de un prejuicio contra Francisco?

«Mi visión es la de un papado y de obispos comprometidos en una misión religiosa. Pero nunca he estado, ni estoy ni estaré en contra del Papa. Sólo estoy preocupado del giro que ha tomado la situación, por la responsabilidad de algunos de sus consejeros».

Usted es considerado el jefe de los conservadores en el Vaticano.

«El concepto de conservador es político, y para mí, como teólogo, es una ofensa. En todo caso, la división es entre ortodoxia y herejía».

¿Está Usted a la cabeza de los ortodoxos?

«No soy la cabeza pero soy ortodoxo. Y no se puede decir que quien no comparte la recepción de inmigrantes no es cristiano. Claramente debemos acoger a los inmigrantes, pero no identificarse con una sola política. La gente no entiende, está desorientada. Cuando Salvini critica al Papa en la reunión en la Piazza Duomo, en Milán, y hay un aplauso, ¿dónde estamos?»

Tal vez Salvini «llamó» ese aplauso.

«Los políticos tienden a usarlo todo. Pero es singular que el Papa reciba a la gente más laicista, y no a Salvini. Él dialoga con el régimen de Venezuela, o con China, que pone a millones de cristianos en campos de reeducación, destruye iglesias, persigue a los cristianos. Pero aquí en Italia no estamos en China. Debe hablar con todos en un espíritu de fraternidad».

¿Cree que pueda servir?

«Claro. Esta especies de excomuniones no cambian la actitud de los electores hacia la Liga, y dividen a los católicos: en los de abajo y en las jerarquías».


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