Saturday, May 18, 2019

La Iglesia católica francesa recibe por primera vez a hijos de sacerdotes

Información de El Mundo.es, May-18-2019.

La Iglesia católica francesa recibe por primera vez a hijos de sacerdotes

BEATRIZ JUEZ, París


La Iglesia católica gala ha dado un primer paso hacia un posible reconocimiento de los hijos de sacerdotes en Francia, después de siglos negando su existencia u ocultándola. Por primera vez, hijos de sacerdotes han sido recibidos, a petición suya, por un responsable de la Iglesia católica francesa, según revela el sábado el diario 'Le Monde'.

El encuentro tuvo lugar el 4 de febrero en París en la sede de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF), pero hasta ahora no se había hecho público. Olivier Ribadeau-Dumas, secretario general de la CEF, se reunió durante una hora y media con tres miembros de la asociación francesa Les Enfants du Silence (Los niños del silencio), que agrupa a hijos de sacerdotes católicos.

Durante la reunión se abordaron la cuestión sobre lo que ocurre con los sacerdotes que tienen un hijo durante su sacerdocio y el reconocimiento de hijos de curas católicos, precisa 'Le Monde'.

Tras este encuentro sin precedentes en Francia, Ribadeau-Dumas ha propuesto a los hijos de sacerdotes que se reúnan en junio con los obispos franceses para abordar este tema hasta ahora tabú en la Iglesia católica. De este modo, los obispos galos podrán escuchar de primera mano el testimonio de hijos de curas, nacidos de la relación entre una mujer y un sacerdote y que suelen crecer sin tener un padre conocido y reconocido.

El Vaticano reconoció en febrero pasado que hay reglas internas para los sacerdotes que tienen hijos, a pesar de que la Iglesia católica impone a los curas la castidad. Se trata de un documento interno que no se ha hecho público.

Según estas reglas, si un sacerdote rompe los votos de castidad y tienen hijos debe pedir la dispensa para dejar de ejercer el sacerdocio y reconocer a su prole. El criterio a seguir es el bien de los hijos, es decir, el derecho a los hijos a tener a su lado a su madre y su padre. Pero no siempre se cumple.

No se sabe cuántos hijos de sacerdotes hay en el mundo. Sin embargo, la organización Coping International, un grupo de ayuda de hijos de curas, cuenta con 50.000 usuarios en 175 países.

Crisis eclesial, perdida de la Fe, claridad sobre Amoris Lætitia, intercomunión, celebración Ad Orientem; entrevista con el card. Willem Eijk


Esta es una entrevista concedida por el arzobispo de Utrech, Holanda, card. Willem Eijk a LifeSiteNews, y publicada en May-15-2019. Traducción al español de Secretum Meum Mihi (con algunas adaptaciones).

ENTREVISTA: el cardenal holandés Willem Eijk responde preguntas sobre la crisis en la Iglesia, la pérdida de la fe

Jeanne Smits, corresponsal en París

15 de mayo de 2019 (LifeSiteNews) -
El cardenal Willem Eijk, arzobispo de Utrecht, es actualmente uno de los más abiertos defensores de la perenne doctrina católica en la Iglesia. Él ha pedido repetidamente “claridad” a Roma y especialmente al Papa, sea con respecto a la interpretación de Amoris laetitia u otros puntos como la intercomunión en la misa católica para algunos fieles Protestantes.

El Cardenal discute en una amplia entrevista con LifeSiteNews lo que ha hecho en su diócesis para combatir la presión de los obispos alemanes por la intercomunión, cómo la fe está siendo redescubierta y vivida por una nueva generación en Holanda, cómo aún busca una aclaración del Papa Francisco sobre la confusión que rodea a la Exhortación del Papa, Amoris laetitia, cómo el rosario y Fátima juegan un papel importante en su ministerio, por qué celebra la misa ad orientem y por qué los pastores tienen el deber de predicar la fe en toda su plenitud y con claridad, incluyendo temas como la realidad del infierno para las personas que rechazan a Dios.

Su Eminencia recibió a esta reportera en su palacio episcopal en Utrecht, Holanda, respondiendo las preguntas de LifeSite libremente y desde la abundancia de su corazón. A continuación el texto completo de la entrevista.

LifeSite: Su Eminencia, me impresionó mucho el artículo que publicó en National Catholic Register y La Nuova Bussola Quotidiana, en Mayo de 2018. Primero mencionó la sugerencia de que se pueda dar comunión a los cónyuges Protestantes de fieles católicos. Usted señaló la confusión que esto causaría. La situación ha evolucionado desde entonces: ¿ha tenido alguna información, por ejemplo, sobre parejas que hayan pedido beneficiarse de esta posibilidad, o si la sugerencia se está implementando en algunos lugares?

Cardenal Eijk:
Yo reaccioné a este documento de la Conferencia de Obispos Alemanes por una razón muy específica. Sucede que en nuestra diócesis durante las ceremonias más grandes, hemos llamado la atención sobre el hecho de que solo las personas que viven en plena comunión con la Iglesia Católica pueden recibir la comunión. Los otros pueden avanzar, con los brazos cruzados sobre el pecho, para recibir una bendición. Además, especificamos: “También pueden permanecer en su lugar y unirse con el Señor a través de la oración silenciosa”. También hemos incluido este texto en los folletos de las ceremonias, por ejemplo para ordenaciones sacerdotales o confirmaciones... En muchos lugares, vemos que la gente lo tiene en cuenta. En todas partes vemos a personas que avanzan con las manos cruzadas sobre el pecho; a menudo son Protestantes casados con Católicos. Estas personas están muy felices con esta bendición. Aprecian mucho poder presentarse con los demás y recibir algo, también.

Cuando el documento conceptual que establece la propuesta de la Conferencia de Obispos de Alemania se hizo público por los medios de comunicación, mis obispos auxiliares y yo pensamos que esta idea bien podría llegar a nuestro país. Es por eso que una vez más dejé en claro lo que la Iglesia enseña acerca de la intercomunión. Ese artículo dio la vuelta al mundo: apareció en inglés pero también en italiano en La Nuova Bussola Quotidiana Christiana. Nos ha permitido llegar a un gran número de personas.

En este artículo, no solo mencioné la intercomunión, sino también el hecho de que dos cardenales, cuyos nombres no mencioné, habían defendido la bendición de los “llamados matrimonios del mismo sexo”.

Después de este documento conceptual alemán sobre la intercomunicación, y debido a este pedido explícito de los cardenales en favor de la bendición de las relaciones homosexuales, le pedí al Papa que creara claridad, simplemente recordando los documentos del magisterio de la Iglesia.

Bueno, hasta la fecha, la situación se mantiene sin cambios. No hubo reacción, al menos no en público. Y eso significa que todavía hay mucha confusión entre los católicos sobre estos temas. Podemos ver esto de muchas maneras. Y lo lamento profundamente, porque estoy a favor de la claridad.

LifeSite: Usted usó palabras extraordinariamente fuertes. Habló de “apostasía dentro de la Iglesia”. ¿Podría explicar qué quería decir con eso?

Eijk:
Cité el número 675 del Catecismo de la Iglesia Católica. Porque hay cardenales que abogan por la bendición de las relaciones homosexuales, me referí a este párrafo del Catecismo como una advertencia. Afirma que poco antes del Apocalipsis, se alzarán voces dentro de la propia Iglesia e incluso entre las más altas autoridades de la Iglesia que expresarán opiniones divergentes en relación con la doctrina Católica. Hice esto como una advertencia: tengamos cuidado de no encontrarnos en esta situación. Debo decir que, para mi sorpresa, el cardenal Müller retomó esta idea: el 9 de febrero de este año, publicó una declaración sobre los elementos fundamentales de la fe católica, en la que también se refirió al número 675. También es notable que mi entrevista y la cita completa también fueron recogidas por el Obispo Gänswein durante la presentación de un libro de Rod Dreher, The Benedict Option.

Todo esto ha llegado a muchas personas y muchos también han comenzado a pensar en ello. De esta manera, espero que más y más personas en la Iglesia abran la boca y creen claridad, porque muchos Católicos —pero usted lo sabe tan bien como yo— están realmente confundidos.

LifeSite: ¿No es el problema hoy que muchas personas en posiciones de autoridad no dicen nada? ¿No es este silencio la gran prueba de nuestro tiempo?

Eijk:
Sí, pero añadiría que, si este es el deber de los cardenales y obispos, los sacerdotes, los diáconos, los laicos y los voluntarios que trabajan en parroquias no están exentos de ello. Como regla general, los católicos son tímidos en mostrar su propia fe en Cristo y en los principios de la doctrina de la Iglesia. Entre los Católicos holandeses, esta timidez es incluso muy fuerte. Esto se debe ciertamente al hecho de que en los siglos posteriores a la Reforma nos vimos obligados a guardar silencio: nos fue difícil expresar abiertamente cualquier punto de vista. Si bien pudimos celebrar nuestra liturgia en iglesias clandestinas, lo que nos permitió continuar proclamando nuestra fe, nos vimos obligados a hacerlo con gran cautela, y esta actitud continúa manifestándose hoy en día entre los Católicos. Pero es una tendencia que también se puede ver en otras partes del mundo.

Incluso entre los padres... En sus vidas, los niños no se encuentran primero con un sacerdote, sino con sus padres. Es importante que estos padres hablen explícitamente a sus hijos sobre Jesús, la oración y los fundamentos de la fe.

Tenemos aquí en Utrecht cada Domingo a las doce y media en la catedral una misa en inglés, a la que asisten un gran número de extranjeros. Vemos todo un enjambre de jóvenes que también traen a sus hijos —estos jóvenes suelen tener familias— por lo que la misa también es muy animada, porque de vez en cuando vemos a un niño que comienza a correr, gritar, llorar o lo que sea, todo esto realmente no importa. Pero estos niños, incluso si no entienden lo que se dice, ya ven algo del respeto mostrado por sus padres, por ejemplo, durante la plegaria eucarística durante la consagración, cuando permanecen en completo silencio. Los niños lo ven, y lo que ves, lo que aprendes de tus padres cuando eres niño, nunca lo olvidas. Lo que aprendemos más tarde, a veces lo olvidamos... De ahí la gran importancia de este período para aprender la fe. Así que me gustaría hacer un llamado a todos los padres para que realmente transmitan la fe a sus hijos.

Debo, por supuesto, agregar que una de las causas del problema es que los padres saben poco acerca de su fe. Siempre digo —y muchos sacerdotes se esfuerzan por hacerlo cuando ofrecen preparación para el bautismo— que es necesario catequizar a los padres cuando preparan a sus hijos para la primera comunión y la confirmación: es necesario involucrar a los padres de alguna manera. También debe haber un programa de catequesis para los padres.

Yo mismo asistí a la escuela secundaria en Amsterdam en la segunda mitad de la década de 1960; comencé en 1965. Los primeros dos años, recibí una excelente catequesis. Los problemas comenzaron en 1967-68. Los sacerdotes seguían enseñando cursos de religión, pero todo se discutía excepto la fe. Estas eran sesiones de debate, se nos permitió fumar, estábamos discutiendo sobre el aborto y el Che Guevara, y no sé qué más, todo lo que estaba en las noticias en ese momento. La fe ya no estaba en la agenda. Y eso fue hace cincuenta años. La generación de quienes ahora son abuelos ya ha recibido relativamente poca educación en la fe. Y luego, ¿qué pasó en los años que siguieron? Así que nos enfrentamos a una tarea enorme.

LifeSite: También le pidió al Papa en Enero de 2018 que pusiera fin a la confusión en torno a Amoris laetitia y al acceso a la comunión para los Católicos divorciados y vueltos a casar. ¿Todavía está pidiendo esta aclaración?

Eijk:
Sí, sin duda. Escribí un artículo, poco antes del segundo Sínodo sobre la familia —estuve presente en ambos—, al participar en un libro escrito por once cardenales. Testifiqué que la práctica es extremadamente antigua en la Iglesia y que la doctrina misma ha sido explícita durante mucho tiempo, según la cual una persona divorciada que se vuelve a casar civilmente no puede —porque no está en una disposición adecuada— recibir la comunión, más de lo que él o ella puede recibir la absolución en esa situación.

Sucede que Amoris laetitia no dice literalmente que las personas divorciadas y casadas nuevamente cuyo primer matrimonio no ha sido declarado nulo pueden recibir la comunión. No llega a ese punto. Pero sobre la base de algunos elementos y una nota de pie de página, algunas personas piensan que pueden deducir que es posible, que está permitido. Y hoy vemos algunas Conferencias de Obispos que publican documentos para decir que, si ellos han hecho un viaje de acompañamiento con un sacerdote y han buscado discernimiento con él, las personas divorciadas y vueltas a casar civilmente pueden recibir la comunión en algún momento. Algunas Conferencias de Obispos han regulado las cosas de esta manera, muchas Conferencias de Obispos no han regulado nada en absoluto, y otras Conferencias de Obispos han dicho exactamente lo contrario. Bueno, lo que es cierto en el sitio A no puede ser falso en el sitio B. Esto va en contra de uno de los principios de la filosofía, el principio de no contradicción, lo que uno aprende como seminarista al comienzo del curso de filosofía: es uno de los principios fundamentales de la lógica, del pensamiento. Sí, creo que es importante que lo dejemos en claro, que la gente sepa donde están.

LifeSite: Pero el propio Papa ha apoyado las Conferencias de Obispos que eligieron la interpretación liberal.

Eijk:
Sí, pero lo hizo en una carta a la Conferencia de Obispos en Buenos Aires. De hecho, esta Conferencia de Obispos declaró que después de un viaje de acompañamiento y discernimiento con un sacerdote, existe la posibilidad de que una persona divorciada y vuelta a casar civilmente reciba la comunión. En su carta, el Papa también dice que esta es la interpretación correcta. Sin embargo, una carta de un Papa a una conferencia episcopal no es parte del magisterio. Esto debe ser muy claro. Por lo tanto, debe hacerse una distinción entre, por un lado, la opinión que el Papa puede expresar en un momento dado y, por otro lado, su magisterio, es decir, las declaraciones que realmente pertenecen a su autoridad docente, el magisterio como tal. Esa declaración no es una de ellas.

Pero todo esto no crea claridad. Pienso que, por lo tanto, el Papa debe crear claridad, en términos de doctrina, mediante una declaración que pueda decirse con certeza que pertenece al Magisterio. Yo diría: al magisterio ordinario o auténtico. No hace falta decir que no se trata de dogmas o expresiones extraordinarias, sino simplemente expresiones del auténtico Magisterio.

LifeSite: Espero que no le sorprenda cuando deba decir esto: como Católicos, tenemos un derecho a la verdad de la Iglesia. Esto es también lo que pedimos a la Iglesia en el momento de nuestro bautismo. “¿Qué le pides a la Iglesia de Dios? –La Fe”. Como católicos confundidos, a menudo tenemos la impresión de que muchos obispos y cardenales realmente actúan como si todo estuviera bien y que no hay confusión. ¿Cuál es nuestro papel en esta situación como laicos?

Eijk:
En primer lugar, me gustaría señalar que no solo los creyentes tienen derecho a la verdad, sino todas las personas. Jesús nos envió a anunciar el Evangelio en su totalidad —incluido el pasaje donde afirma que el matrimonio es uno e indisoluble— para toda la humanidad. Entonces, todos tienen derecho a la proclamación del Evangelio. Las personas tienen el derecho de tener al menos la oportunidad de encontrar a Cristo y conocerlo. Eso significa que realmente necesitamos tener esa preocupación.

¿Qué pueden hacer como católicos ordinarios? Bueno, mucho, en realidad. En primer lugar, está la oración. La fe en el poder de la oración es demasiado débil. La oración es efectiva. La oración tiene una fuerza extraordinaria. Es sobre todo San Alfonso Ligorio quien ha señalado esto muy a menudo en sus escritos espirituales, por ejemplo, diciendo que aquellos que oran nunca se perderán.

También está la recepción de los sacramentos. Al celebrar la Eucaristía —e incluso si la celebro en mi capilla privada— lo hago no solo para mí o por las personas que están presentes y que reciben la comunión. Hago esto por la Iglesia en su conjunto, por las diócesis, por la comunidad de fieles y también por los que no creen. E incluso por aquellos que no participan en la Eucaristía y que ni siquiera sueñan con hacerlo: también oramos por ellos. El sacrificio se ofrece por ellos también, y tiene un significado para ellos. Así que realmente me gustaría recomendar la misa diaria a los laicos. También la confesión regular. Y la penitencia, en Adviento y Cuaresma, pero también fuera de estos períodos. Hay muchas formas de hacer penitencia y es algo que puede hacer por los demás. También pueden ofrecer cualquiera de los sufrimientos que le ocurran, colocándolos, por así decirlo, en la patena, para que puedan ser asumidos en el sacrificio de Cristo. Estos sufrimientos también se pueden ofrecer en beneficio de aquellos que han caído en confusión, y se puede agregar una oración para que estas personas encuentren fe.

Más allá de eso, es extraordinariamente importante que nosotros los Católicos vivamos nuestra fe con alegría, con entusiasmo y valor. Hay que dejarlo claro en público. También es importante que pongamos nuestra fe en práctica: que verdaderamente le demos a nuestra parroquia un rostro diaconal. Las personas que nos conozcan como Católicos practicantes deben ver en nuestro comportamiento lo que Jesús nos pide, especialmente en el Sermón del Monte, y debemos poner esto en práctica. Eso es lo que la gente espera de nosotros.

Muy a menudo, escuchamos a la gente decir: “Tuve esta experiencia con los Católicos, o esa, vi a un sacerdote que cruzó la línea. Bueno, ya no necesito ese tipo de fe”. Esa reacción puede ser descabellada, pero a veces las personas se sorprenden mucho, y esto ha provocado que se alejen de la fe y de la Iglesia. En todo esto, por lo tanto, tenemos una responsabilidad extraordinariamente grande. No puedo enfatizar esto lo suficiente.

También es importante que los católicos estén muy bien informados. Cuando estamos en confusión, hay formas: aquí, por ejemplo, tenemos muchos sitios de Internet, incluidos sitios extranjeros, publicaciones diocesanas, sitios diocesanos y sus comunicados. Publicamos un boletín electrónico al que las personas pueden suscribirse. Todo esto permite estar informado y hay muchos elementos sobre los datos de la fe. Y esto es importante: leer sobre la fe, aprender sobre la fe ayuda a poner fin a su propia confusión y también le permite ayudar a otros a superar su confusión.

LifeSite: Habló mucho sobre la oración. ¿Tiene alguna conexión particular con el Rosario y los pedidos de Nuestra Señora de Fátima?

Eijk:
De hecho, originalmente tuve una conexión principalmente con Nuestra Señora de Lourdes. Esto tiene que ver con la parroquia donde crecí, en Duivendrecht, un pequeño pueblo a las afueras de Ámsterdam. Había un sacerdote que pasaría unos treinta años allí y que llegó en el peor momento de polarización dentro de la Iglesia en Holanda. Él vino a nosotros en Agosto de 1969. Participé en su misa de posesión y construí un vínculo muy fuerte con él. Por ejemplo, cuando era seminarista, solía pasar mis vacaciones en las habitaciones de los diáconos en su casa presbiterial, y tengo buenos recuerdos de ellos. También celebré su funeral en 2012. Vivió lo suficiente como para saber que Yo iba a ser creado cardenal, incluso si no se unió a la ceremonia de creación porque mientras tanto murió. Este sacerdote me llevó a Lourdes, era un verdadero amante de Lourdes.

Más tarde, como obispo de Groningen, me uní a varias peregrinaciones de esa diócesis, ofreciendo un acompañamiento espiritual. Pero es sobre todo en la archidiócesis donde estoy ahora que está marcada por una espiritualidad mariana muy fuerte: es bastante notable. Una vez cada tres años, hacemos una gran peregrinación a Lourdes. Participaron entre 1,300 y 1,500 personas: para nuestra arquidiócesis, es un grupo significativo. Muchos seminaristas me han contado que descubrieron su vocación en Lourdes. ¡Así podrás ver cuánto le debemos a la Virgen María! Su intercesión es increíblemente fructífera...

Conocí a la Virgen María de Fátima, por supuesto, gracias a mis lecturas, especialmente con respecto a la aplicación del tercer secreto de Fátima al ataque al Papa Juan Pablo II en 1981. Pero mi relación con ella se hizo más intensa en 2017: fue El centenario de su aparición a los pequeños pastores en las cercanías de Fátima.

Además, el 13 de mayo de 2017, como obispos de Holanda, consagramos nuestras diócesis al Santísimo Corazón de María: lo hicimos en la Basílica de María Estrella del Mar en Maastricht. Fui yo quien dio la homilía. Y fue por esta homilía que tuve que sumergirme en los secretos de Fátima. Y el primer secreto, sobre el infierno, bueno, creo que es realmente un secreto que sigue siendo muy relevante para nuestro tiempo. Ese es nuestro deber: asegurarnos, porque estamos a cargo de anunciar la fe católica, que las personas no terminen en el infierno y advertirles sobre ello. En este sentido, podemos preguntarnos sinceramente si lo hacemos con la frecuencia suficiente. Porque cuando hablamos de infierno, eso a menudo despierta muchas emociones. Sin embargo, creo que realmente tenemos el deber de hacerlo.

El segundo secreto se refería a la situación política y se refería sobre todo al siglo XX: el fin de la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, y también el anuncio, ya, de la Segunda Guerra Mundial. María nos llama a orar por la paz. Esta oración es igual de relevante hoy, porque vivimos en un mundo extraordinariamente inseguro. La carrera de armamentos, la carrera de armamentos nucleares, está amenazando con reanudarse. Por supuesto, no conocemos la guerra en Europa desde 1945, y rezamos y esperamos que esto siga siendo así, pero siempre debemos orar por ello, porque los hombres son seres muy impredecibles, incluidos nosotros mismos. Debo decir que durante esta homilía profundicé sobre la historia de Nuestra Señora de Fátima, que también resalté.

En ese momento, como obispos holandeses, nos preguntábamos si la gente se presentaría. Pero una hora antes de que comenzara la ceremonia, la iglesia ya estaba repleta. De hecho, la reacción a esta iniciativa fue extremadamente positiva.

Como obispos, el año pasado tomamos la iniciativa —ahora completada— de establecer un Año del Rosario. Durante este año participaron todos los obispos de Holanda, incluidos mis dos obispos auxiliares: fuimos a rezar el Rosario con los fieles en diversos lugares de nuestras diócesis, antes o después de la misa, como parte de la adoración o de otras maneras. Lo hice, por ejemplo, en la Basílica de la Santa Cruz de Raalte: una enorme iglesia de una belleza fantástica, que parece una catedral. Rezamos el Rosario a las 6:30 pm, seguido de la Misa a las 7 pm, con motivo del Día de Todos los Santos. Pensé para mí mismo: una misa solemne de lunes a viernes en Holanda —es una solemnidad que llevamos mucho tiempo celebrando el Domingo más cercano y no entre semana, y que ahora ha sido reprogramada a su fecha exacta— ¿a cuántos fieles atraerá? Bueno, realmente no estaba nada mal. Y lo que realmente me sorprendió, e incluso me hizo sentir bien, es que a las 6:30 pm, la mayoría de los fieles ya estaban presentes, y que dijeron el Rosario en forma activa. Y pensé: “¡Así que ustedes también están acostumbrados a rezar el rosario!” Y era un grupo bastante grande. Por lo tanto, la oración del Rosario sigue viva en Holanda.

También dediqué un editorial al Rosario en nuestra revista diocesana. Escribí: ¿no sabes cómo rezar? Bueno, solo toma tu rosario. Es una oración muy sencilla. Todos pueden aprenderlo (porque, seamos honestos, no se puede decir que todos los católicos holandeses conocen el Padrenuestro y el Ave María, aunque muchos sí los conocen ya). Pero también es una oración profunda y meditativa. Cuando rezamos todo el Rosario, todos los misterios, contemplamos toda la vida de Jesucristo y terminamos con la Asunción de María en el cielo, en cuerpo y alma, y su Coronación. En verdad, miramos la vida de Jesús, la contemplamos, la consideramos con los ojos de María, lo que le da un gran valor agregado a esta meditación sobre la vida de Jesús, con sus propios ojos, con su propia ayuda, con su intercesión.

Nadie más que María puede tomarnos de la mano en la oración. Ella es la figura de la Iglesia, dice el Concilio Vaticano II. De hecho, todos deberíamos ser como ella: su “Fiat” —“He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”— es un “Fiat” que ninguno de nosotros puede decir simplemente porque no estamos libres del pecado original como lo fue ella. Una vez más, ella es nuestro ejemplo más hermoso, incluso en la oración, y es por eso que es tan bueno orar en unión con ella.

El Papa Juan Pablo II dijo que para él era la oración más hermosa que existe. Tuvo muchos momentos difíciles en su vida: la pérdida de su hermano y su padre cuando aún era joven; estuvo su cautiverio durante la guerra; fue un trabajador forzado en las minas de sal. Más tarde, cuando era obispo en Polonia, la KGB, los comunistas intervinieron su confesionario. Fue Papa, jefe de la Iglesia durante 27 años, durante un período extremadamente difícil. Y dijo que durante este tiempo oró a María a través del Rosario, y que recibió una ayuda extraordinaria de ella. También mencioné esto en mi editorial. Creo que tenemos mucho que aprender de este Papa polaco sobre este tema.

LifeSite: ¿Cómo surgió la idea de la consagración de Holanda al Santísimo Corazón de María?

Eijk:
Se discutió en la Conferencia de Obispos. Un número de obispos estaban muy a favor. Finalmente, todos los obispos lo adoptaron y también tomaron parte. Entonces, se produjo simplemente durante las discusiones de la Conferencia de Obispos. Cuando viajo a Roma como obispo, las personas a menudo piensan cuando me ven: “¡Ahí va un progresista!” Porque tenemos... teníamos una reputación en los años 60 y 70 por ser una Conferencia de Obispos excepcionalmente progresiva. Pero ya no somos eso en absoluto. La propuesta fue hecha en la Conferencia de Obispos, incidentalmente por uno de mis obispos auxiliares, y fue tomada por los otros obispos.

LifeSite: ¿Cuál es el estado de la práctica religiosa en Holanda y de la fe misma? Esta es básicamente la misma pregunta que se relaciona con el Catecismo: usted dijo que muchas personas que ahora tienen 50 o 60 años no saben mucho acerca de su fe. ¿Se ha cambiado la forma en que se enseña el catecismo a los niños?

Eijk:
Sí, ha habido un punto de inflexión. Como dije, la crisis se desató durante el período en que fui estudiante en una escuela secundaria en Amsterdam, entre 1965 y 1971. En 1965, todos los estudiantes de mi escuela secundaria católica todavía iban a misa los domingos con sus padres. Además, era algo de lo que no discutías. En 1971, en el último año de la escuela secundaria, éramos solo dos. Así que ya ves lo rápido que sucedió todo esto. Una generación entera de jóvenes estaba dispuesta a librar una guerra los domingos por la mañana para negarse a ir a la iglesia. Decidieron en masse: “Ya no iremos, saldremos de la Iglesia”. No olviden que estos son los abuelos de hoy. No han transmitido la fe a sus hijos, y mucho menos a sus nietos. Esa es la situación que estamos enfrentando. Esta situación también es revelada por el número de Católicos. En el año 2000, todavía había más de 5 millones de Católicos en Holanda. Para 2015, solo quedábamos 3.8 millones de nosotros: se puede ver la tasa a la que la cifra está cayendo. Los Católicos mayores se están muriendo; y ahora, más del 50 por ciento de las veces, los padres católicos ya no bautizan a sus hijos. Es imposible que el número de fieles no disminuya. Según las estadísticas, alrededor del 17 por ciento de los Católicos asisten a la iglesia de vez en cuando. Puede ser, por ejemplo, en un funeral, porque conoces a la persona y, por supuesto, vas. Pero si nos fijamos en la participación real en la misa del Domingo, se ha derrumbado: actualmente es de entre el 4 y el 5 por ciento.

Cuando me convertí en obispo de Groningen, recibí una visita del Director de KASKI, un instituto de investigación de la Universidad de Nijmegen, que estudia las estadísticas de la práctica Católica: con qué frecuencia las personas van a misa, el número de bautismos y confirmaciones, etc... También ha estado investigando para otras Iglesias Cristianas durante varias décadas. Bueno, este director vino a mi encuentro, fue a fines de 1999 o principios de 2000, y me dijo: “Tengo que llamar su atención sobre una cosa, y es una ley de hierro: cada 10 años, la práctica religiosa cae en un 40 por ciento”. Y es cierto. Si observo, por ejemplo, el número de candidatos para confirmación en mi diócesis —llegué aquí en 2008 y he sido arzobispo de Utrecht durante 11 años—, puedo asegurarle que este número se ha reducido a la mitad. Y lo mismo es cierto para las primeras comuniones, etc. Es una tendencia que puede seguirse sin error.

Nos estamos convirtiendo en una pequeña iglesia, pero también hay signos de esperanza. Y una señal importante de esta esperanza es la siguiente: cuando vemos que de los jóvenes católicos van a la iglesia, a menudo se comprometen por completo el 100%.Llevan una vida de oración personal, tienen una relación personal con Cristo y, a menudo, aceptan la totalidad de la enseñanza de la Iglesia. Su número no es grande, pero quizás son la levadura del futuro. Eso es lo que espero. Y también creo que es importante que primero restauremos la situación en la Iglesia, es decir, que los fieles vuelvan a conocer su fe. Debemos asegurar la formación adecuada de la pequeña minoría, el rebaño que permanece: debe estar impregnado de fe y realmente tener una relación personal con Cristo, porque solo cuando esto se ha convertido en una realidad es que realmente podemos dedicarnos una vez más a La re-evangelización, que es nuestra gran misión. El Evangelio, creo, es para todos, pero ahora se trata de poner primero nuestra casa en orden.

LifeSite: ¿Existe un buen método de catecismo para los jóvenes en Holanda?

Eijk:
Utilizamos youcat. Soy consciente de las críticas que lo rodean, particularmente porque en un momento hubo un error al traducirlo a un determinado idioma, tal vez incluso fue un error deliberado, ¿quién sabe? Por lo tanto, una de las traducciones declaró que la Iglesia autorizó la anticoncepción en ciertos casos. También afirma que todos los hombres son salvos por Cristo: esta es la doctrina de la salvación universal. Sí, es cierto que Cristo quiere salvar a todos los hombres, pero tienes que abrirte a ello. Así que hay una condición asociada a ella, y la salvación no es automática. Realmente tienes que elegir a Cristo.

Como obispos de Holanda —fue principalmente la diócesis de Roermond, pero la gente de nuestra arquidiócesis también cooperó— desarrollamos un curso de formación, Licht op je pad (“Luz en tu camino”): es un curso de formación catequética que va desde los 4 hasta los 18 años de edad y se puede utilizar tanto en la parroquia como en la escuela. Aquellos que completan toda la jornada están completamente formados en la fe católica, se lo aseguro. Sin embargo, eso no es tan fácil porque necesitas reunir a los jóvenes.

Hoy en día, la mayoría de las parroquias prefieren prepararse para la primera comunión y la confirmación, ya que no confían esto a las escuelas. Para mi gran alegría puedo ver, después de unos veinte años como obispo, que durante estos veinte años el conocimiento de los candidatos para la confirmación con respecto a este sacramento y lo que el Espíritu Santo produce en ellos se ha profundizado. Siempre me reúno con los candidatos, ya sea aquí en el obispado donde les muestro varios elementos de la vida episcopal, o al menos antes de la celebración en la parroquia, y hablo con ellos. Estas discusiones siempre son más cortas en la parroquia, la mayoría de las veces tienen que venir y darme un golpecito en el hombro para recordarme que tengo que ponerme las vestimentas para la ceremonia, porque cuando hay una discusión comprometida, nos sentimos cada vez más entusiastas, y los niños hacen preguntas. Estas son a menudo muy buenas reuniones. Noté que entre los candidatos que quedan, el conocimiento de la fe ha aumentado. No debemos resignarnos, simplemente debemos aferrarnos.

El sacerdote que me ayudó en el camino de mi vocación, y a quien, por lo tanto, le debo gratitud eterna, me dijo: “Wim, tienes el deber de aferrarte: es la virtud de la perseverancia”. Me dijo que la mayoría de la gente no puede hacerlo: “Si aguantas, verás que ganarás”. Él mismo tuvo que vencer, no sé cuántos obstáculos. Se negó a cobrar un sueldo, vivía en una gran pobreza, junto con su ama de llaves, y así fue como pudo restaurar su iglesia. Él es quien la ha mantenido en pie, y todavía está allí. Todavía se enorgullece de tener muchos feligreses y está rodeado por una viva comunidad de fe. Eso también es gracias a los muchos inmigrantes que son mucho mejores creyentes que nosotros los holandeses.
Nunca olvidaré eso. Seguir adelante. Continuar. Continuar proclamando la fe.

Y se puede ver que no solo hay un declive en la Iglesia en Holanda. Es cierto que los números están disminuyendo, pero a veces digo: la cantidad disminuye constantemente, pero la calidad aumenta. Cuando comencé como sacerdote en 1985, fui capellán en Venlo Blerick: todavía había iglesias ocupadas, especialmente los sábados por la noche a las 7 p.m. y los Domingos por la mañana a las 11 a.m., pero había muchas personas que no estaban de acuerdo con mis sermones. Este ya no es el caso hoy. Cuando celebro una misa parroquial el Domingo por la mañana, a menudo a la ceremonia le sigue un café para reunirse con los feligreses. Se ha vuelto muy raro que alguien me diga que no está de acuerdo con lo que he dicho. De hecho, vemos que hay mucha más unidad. Por lo tanto, la comunidad se ha vuelto pequeña, pero también es una comunidad más fuerte. La persona que está frente a usted no es alguien que se haya resignado él mismo —o ella misma— a no hacer nada o que piense: “¿Cuál es el punto?” Todavía estoy de buen ánimo, tengo una fe ardiente y también creo siempre en el poder de El Señor: Él triunfa. Christus vincit. No nosotros, sino Él en nosotros.

LifeSite: En el plano litúrgico, he leído que recientemente ha elegido decir Misa ad orientem en la capilla del palacio arzobispal. ¿Por qué?

Eijk:
Un periodista que a menudo habla críticamente sobre mí ha escrito burlonamente que ni siquiera es ad orientem porque en esta capilla, el altar está orientado al noroeste. ¿Por qué las iglesias fueron construidas ad orientem en el pasado? Nos dirigimos a orar hacia el este, donde surgió el Sol de Justicia, Cristo. Pero al final realmente no hace ninguna diferencia: la iglesia también puede tener una dirección diferente. Por las palabras ad orientem, queremos decir que estamos celebrando una misa dirigida a Cristo. Alguien más escribió críticamente que ahora celebro Misa dándole la espalda a la gente. No, no celebro la Misa de espaldas a la gente, lo digo volviendo mi rostro hacia Cristo, hacia el tabernáculo, para que todos en la iglesia o capilla se vuelvan hacia Cristo.

Lo que lo provocó todo fue en realidad una razón muy práctica. La capilla es de estilo neogótico, pero el altar auxiliar que se instaló en la década de 1960 fue una mesa renacentista: para los expertos en arte, era obvio que no estaba en su lugar. También debo decir que este altar era bastante bajo, lo que no es práctico para el celebrante, especialmente a medida que envejecemos. Ahora tengo gafas bifocales, y la lectura se ha complicado. Es incómodo.

Así que había una razón relacionada con la historia del arte, una razón artística para decir que el altar auxiliar no “encajaba”; una razón práctica: era demasiado baja; Y también había una tercera razón. El altar mayor de la capilla está decorado con un hermoso panel de madera grabado que representa a los santos obispos de Utrecht: Willibrord y otros. Es un altar que existía antes de que este edificio se convirtiera en el palacio arzobispal; en esa ocasión se construyó la capilla. Usted sabe que en Holanda desde 1853 era posible volver a tener una jerarquía episcopal, pero el Arzobispo de Utrecht todavía tenía que mantener un perfil bajo, mantenerse un poco bajo el radar porque era una ciudad Protestante bastante ortodoxa. No tenía un palacio arzobispal, sino que vivía en la residencia del sacerdote de la catedral. En estos días todavía encontramos la habitación donde vivía, incluida su cama con cajón. Allí tenía una capilla privada donde se encontraba este altar mayor. El altar auxiliar, que no le corresponde en absoluto, bloqueó la vista de este altar mayor, con sus hermosos paneles, para los fieles. Así que estas fueron una serie de razones prácticas por las que preferiríamos celebrar en el altar mayor.

Debo decir que lo hice varios meses antes de que se pusiera a trabajar la capilla para su restauración, y que realmente me sentó muy bien. Junto con la gente, estamos verdaderamente orientados hacia Cristo. Ya no celebro dando la espalda a Cristo, sino mirando a Cristo, que está presente bajo el sacramento de la Eucaristía en el tabernáculo. Para mí, esto se podría hacer en todas partes, pero obviamente esto es algo que no se puede imponer porque el Concilio Vaticano II autorizó la presencia de un altar auxiliar, y también hay razones prácticas: en algunas iglesias sería imposible. Pero me parece muy hermoso celebrarlo de esta manera. Lo encuentro enriquecedor.

LifeSite: ¿Cree que existe un vínculo entre la cultura de la muerte y la muerte del culto?

Eijk:
Sí, este enlace ciertamente existe. ¿Por qué Holanda se secularizó tan rápidamente, al punto de estar a la vanguardia de los países europeos a este respecto? Este es el resultado del crecimiento de la prosperidad, una trayectoria real del cometa durante los años sesenta. ¿Y cuál fue el resultado? Las personas exitosas han llegado a poder vivir sin depender de otros, pueden volverse individualistas, y eso es lo que sucedió. Vivimos en una cultura hiper-individualista. Las personas hacen poco juntos, a menos que sea necesario, por ejemplo, en una asociación deportiva o cuando se necesitan varias personas para defender un interés colectivo. Pero para el resto, dependemos mucho de nosotros mismos; esa es una tendencia muy fuerte en nuestro país.

Entonces, ¿qué pasa con el joven individualista? Se pone en un pedestal y ve a los demás como personas a su alrededor, nada más; debe distinguirse de los demás: no solo tiene el derecho de hacerlo, sino también el deber. Y también lo hace eligiendo sus convicciones religiosas, su visión de la vida, su conjunto de valores éticos. En la práctica, la verdad es que la mayoría de las personas simplemente se dejan guiar por la opinión pública, por lo que ven en los medios de comunicación o en las redes sociales o en la publicidad. Pero la idea es sentirse autónomo.

Tal individualista autónomo no tiene necesidad de alguien que lo trascienda.

Él no lo necesita en la sociedad —el Estado— y así es como algunos renuncian al matrimonio civil y viven juntos, justificándolo diciendo: “Es nuestra relación, ¿por qué alguien más tiene algo que ver con esto?” Esto es una consecuencia del individualismo.

El individualismo también nos ha llevado a empujar a Dios a los márgenes, si no nos hemos convertido ya en ateos totales. La mayoría de los holandeses de hoy ya no creen en un Dios personal. Y si no crees en un Dios personal que es un creador, y que es, de hecho, el Padre para todos nosotros, tampoco crees que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Los individualistas autónomos creen que ellos mismos tienen el derecho de controlar sus propias vidas y muertes, a través de la eutanasia, el suicidio asistido, porque ya no necesitan todo eso, por no mencionar a un Dios. El auge del individualismo, la desaparición de la fe Cristiana o, al menos, su debilitamiento, en el gran número de personas, están ciertamente vinculados a la aparición de la cultura de la muerte. Esa es una certeza absoluta, hay un enlace directo.

LifeSite: Algunos católicos están tentados a recurrir a otras iglesias Cristianas —por ejemplo, la Iglesia ortodoxa— debido a la situación de confusión en la Iglesia Católica. Este es el caso, por ejemplo, con Rod Dreher. ¿Cómo podemos luchar contra esto, por nosotros mismos y por los demás?

Eijk:
Esto también sucedió entre los católicos holandeses, no de forma masiva, pero sucedió. En Holanda, el movimiento Pentecostal creció fuertemente hasta alrededor de 1995. Muchos Católicos se unieron. Una vez recibí la visita de un hombre que me explicó que una vez fue católico, antes de unirse a la Iglesia Reformada Liberada. “También le diré por qué. En mi parroquia, nunca habían hablado de Jesús o el significado de la fe durante 15 años, y en un momento me di cuenta de que estaban hablando de eso en la Iglesia Reformada Liberada, y por eso fui allí”, me dijo. Es una Iglesia que ha estado en grave crisis durante unos quince años y, en mi opinión, este hombre seguramente se habrá encontrado con nuevas dificultades.

La parroquia católica a la que solía asistir era muy progresista. En mi opinión, se hablaba de hacer el bien a los demás, el énfasis estaba en la “acción diaconal”, pero prácticamente no se decía nada acerca de Jesús. Tampoco hubo ninguna discusión sobre la esencia de la fe católica: fue ignorada. Este hombre fue privado de su fe. Obviamente, es muy triste que una persona haya renunciado a su fe católica para unirse a un grupo Protestante Ortodoxo, porque habla de Cristo. Pero para ser honesto, lo entiendo en cierta medida. Obviamente, lo que hizo está prohibido, es algo que no se hace, y objetivamente, dejar a la Iglesia Católica es un pecado. Pero, una vez más, creo que el Señor considera esto con gran misericordia porque sabe bien que los que debemos proclamar la fe en Jesucristo a menudo no estamos a la altura de la tarea.

Afortunadamente, las cosas están mejor ahora gracias a la nueva generación de sacerdotes. Pero el pensamiento permanece muy presente en nuestras mentes: ¿no debería ser aún más explícito? ¿Aún más claro? Esto me parece de singular importancia.

También hay católicos, a menudo personas más comunes, que han recibido visitas de los Testigos de Jehová. Estos toman la Biblia literalmente: son personas que van de puerta en puerta y, por lo tanto, también terminan con Católicos que están en un estado de confusión. Estos católicos pueden llegar a pensar: “¡Eh, esa es la verdadera fe! ¡Por fin volvemos a escuchar lo que nos enseñaron en casa en el pasado!” Que también hay diferencias, o no se dan cuenta o piensan: “Bueno, todo esto bien puede ser cierto porque corresponde más a nuestra fe de lo que escuchamos en la iglesia”. Sí, ha habido casos. Creo que esta tendencia ya no es muy fuerte hoy, pero fue cierta no hace mucho, desde la década de 1960 hasta la de 1990.

LifeSite: En respuesta a la situación actual de confusión, ¿cómo cree que podría reformarse la Iglesia hoy? ¿Cómo puede la autoridad remediar esto?

Eijk:
El Papa es el principio de la unidad de toda la Iglesia; el obispo es el principio de la unidad de la fe y la forma en que la fe se vive en su propia diócesis. Aquí es donde primero se debe hacer claridad: a través del Papa y los obispos. Los obispos dirigimos a nuestros sacerdotes, los nombramos, somos responsables de su formación. Estas son responsabilidades muy grandes, pero debemos asumirlas. Debemos cuidar la buena formación de los nuevos sacerdotes. ¡E incluso de los sacerdotes que ya están en su lugar! Les damos cursos de formación sacerdotal. Estas son todas las oportunidades que nosotros, como obispos, debemos aprovechar para asegurarnos de que haya buenos sacerdotes, sacerdotes claros, que proclamen el Evangelio de manera sólida y confiable.

Debo decir que la actual generación de sacerdotes ya está haciendo mucho para explicar la fe; como dije, esto es algo que he visto en los candidatos actuales para la confirmación, quienes están mucho más conscientes de lo que significa este sacramento que hace veinte años. Y eso ya es un gran paso en avance.

La liturgia se celebra cada vez más según el misal del altar, aunque Holanda solía ser el epicentro de la liturgia experimental. Durante la segunda mitad de la década de 1960, el objetivo final era improvisar toda la misa, e incluso habíamos empezado a hacer cambios en la liturgia antes de que comenzara el Concilio Vaticano II.

Todo comenzó con nosotros. Esperemos que Holanda también pueda ser un punto de partida para la recuperación. Creo que estamos en el camino correcto, ¡pero podríamos hacer mucho más!