Saturday, May 04, 2019

Sínodo para la Amazonía: Nombrado relator general y secretarios especiales


¡Vaya sorpresa!, ¡no nos lo esperabamos!, ¡zambomba!, ¡cáspita!, Francisco ha nombrado a Cláudio noteolvidesdelospobres Hummes, como relator general del próximo sínodo para la Amazonía. Al mismo tiempo dos secretarios especiales, uno de los cuales les sonará familiar (y si no, la imágen les refrescará la memoria).

Información del boletín diario de la Oficina de Prensa de la santa Sede, May-04-2019.

Nombramientos en la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica

El Santo Padre Francisco, en vista de la Asamblea Especial para la Región Pan-Amazónica que se celebrará en el Vaticano del 6 al 27 de octubre de 2019, Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral, ha nombrado:

Relator general

S.E. el cardenal Cláudio HUMMES, O.F.M., arzobispo emérito de São Paulo (Brasil), Presidente de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM).

Secretarios especiales

S. E. Mons. David MARTÍNEZ DE AGUIRRE GUINEA, O.P., obispo Titular de Izirzada, vicario apostólico de Puerto Maldonado (Perú).

Rev. P. Michael CZERNY, S.I., Subsecretario de la Sección para Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (Vaticano).


Entradas Relacionadas: Card. Hummes se dice “feliz” tras haber sido nombrado relator general del Sínodo para la Amazonía.

“La reconversión de los templos canadienses”, artículo de El País


Este es un artículo que encontramos en la edición para América del primer diario anticatólico de habla hispana, El País, Abr-29-2019, pág 40 (en la imágen, click para ampliar). Aunque no se refiere exclusivamente a la Iglesia, la atañe, y alcanza a reflejar lo que es la “nueva primavera eclesial” en Canadá.

La reconversión de los templos canadienses

La ausencia de fieles empuja a miles de iglesias del país a convertirse en bibliotecas o restaurantes

JAIME PORRAS FERREYRA, Monstreal


La evidente pérdida de fieles está obligando a las iglesias canadienses a pensar en otros usos. Un puñado de templos de Montreal han pasado de acoger a los creyentes a ser utilizados con fines bien distintos de la fe: el Sanctuaire du Rosaire es ahora sede de un gimnasio y un spa, Notre-Dame-duPerpétuel-Secours vive una segunda vida como sala de espectáculos y la iglesia anglicana de l’Ascension alberga una atractiva biblioteca municipal. Otras han sido transformadas en condominios, restaurantes y aulas universitarias, los nuevos templos laicos.

Este fenómeno, sin embargo, dista de ser endémico de Montreal. The National Trust for Canada, una ONG dedicada a velar por los lugares históricos del país, advierte de que unos 9.000 sitios de culto —la tercera parte de todos los que hay repartidos por el vastísimo país norteamericano— están en riesgo de cerrar en la próxima década. “Son datos que hemos recopilado gracias a diversos expertos, a reportes periodísticos y a información que recibimos de los grupos religiosos. Está ocurriendo en zonas rurales y urbanas”, dice Robert Pajot, jefe del proyecto regeneración del grupo. En Holanda y Australia se está dando una reconversión similar.

La razón principal es la pérdida de fe. Según la agencia nacional de estadísticas de Canadá, el 67% de la población se definía cristiana en 2011 (el año más reciente en que se recopilaron estos datos) y el 24% no profesaba culto alguno. Hace 40 años, los cristianos eran el 88%. Además, el 62% de quien se definió cristiano no asistió a una ceremonia religiosa en los 12 meses antes de la consulta.

La disminución de creyentes y su poca asistencia a los sitios de culto implica menos recursos económicos. Según la organización canadiense, los altos gastos de mantenimiento de los templos propician su venta para otras actividades, su demolición o su abandono. No obstante, las consecuencias son múltiples. “Estos lugares tienen un significado para sus comunidades más allá de la religión. Han albergado actividades sociales y culturales que han apoyado la vitalidad de los vecindarios. Se trata de centros comunitarios de facto. También forman parte de la historia de los vecindarios, incluso si no los conoces por dentro”, afirma Pajot.

Luc Noppen, profesor de estudios urbanos y patrimonio arquitectónico en la Universidad de Quebec en Montreal explica, por su parte, que “hay una diferencia importante entre Quebec y el resto de Canadá”. “El porcentaje de práctica religiosa es uno de los que más han disminuido en el mundo”. Algunos inmigrantes que llegan a esta provincia frecuentan las iglesias, especialmente en Montreal, pero no es suficiente para cubrir los gastos de mantenimiento, dice Noppen. “Además de ser sitios de culto, los templos son edificios patrimoniales. Esto justifica que se inyecten fondos para su conservación, pero no contempla el pago de seguros, calefacción, entre otros más”.

Robert Pajot reconoce que es complejo incidir en las decisiones que se tomen sobre cada templo, su uso comercial no es siempre algo negativo, pero se debería pensar en la comunidad. “Nuestro objetivo es propiciar un diálogo sobre el futuro de estos sitios. El peor escenario es su demolición por razones que nada tengan que ver con su estado”, apunta. La ONG trabaja con Faith & the Common Good, otra institución sin fines de lucro, para asesorar a grupos religiosos de Ontario sobre sus inmuebles. “Lo fundamental es considerar las diversas opciones y que exista un diálogo a nivel nacional sobre el tema. No solo con la participación de los líderes religiosos, también con distintos niveles de Gobierno, empresarios y órganos comunitarios”, opina.

Noppen apunta como solución para Quebec formar organismos sin ánimo de lucro para que se encarguen de los templos o que se comparta el espacio, especificando las áreas para el culto, “pero queda aún mucho por hacer”.