Tendremos que acostumbrarnos al hecho de que posiblemente propulsados por lo que dice el libro “Sodoma”, muchos de estos Judas salgan a enrostrarnos sus hazañas homosexuales y su doble vida. Recientemente un sacerdote holandés se salió del clóset en la Misa dominical, ahora ha sido uno argentino que ejerció durante diez años, pero actualmente esta casado (sic) y contó detalles de su vida para un programa nocturno de la televisión argentina, “Telenoche” de Canal 13.
Este en artículo de Radio Mitre, Abr-05-2019.
“Tuve sexo en el Vaticano”, aseguró un cura que dejó los hábitos para casarse con un hombre
El exsacerdote de 42 años abandonó los hábitos para casarse con otro hombre y contó su historia en un programa televisivo.
Hace algunos días se conoció la noticia del sacerdote Pierre Valkering que anunció abiertamente su homosexualidad en una misa en Ámsterdam (Holanda) y luego fue expulsado por el Vaticano. Ahora, un exsacerdote argentino contó su historia desde su hogar acompañado de su esposo, Oscar.
En una entrevista brindada a Telenoche, Pablo García de 42 años recordó sus comienzos en la carrera eclesiástica: “Mis tías son muy católicas y fueron ellas quienes me incursionaron en esto de la Iglesia”.
A su vez, también reveló cuando fue su primer contacto sexual con un hombre: “En el segundo año vino un seminarista de Colombia y en esa semana pegamos onda. Yo me sentí muy mal porque sabía que eso no iba como condición de lo que quería ser que era sacerdote”, explicó.
Del mismo modo, Pablo reconoció que uno de sus miedos era volver a encontrarse con este cura colombiano pero ese encuentro ocurrió en Roma, a pocos metros del edificio del Vaticano: “Tuvimos relaciones sexuales. La casa estaba pegadita al Vaticano, eramos vecinos del Papa”, contó.
Pablo García también reconoció que sufrió el celibato y la homofobia de la Iglesia, pero a sus 40 años tomó la decisión de casarse para poder salir más rápidamente de la Iglesia y abandonar los hábitos por amor. Ahora, el exsacerdote vive junto a Oscar, su marido, y admite que tras ser cura, su nueva vocación es ser chef y sueña con tener su propio restaurante.
“La vida te lleva por caminos que por ahí uno no se imagina, y a mí me tocó estar ahora aquí en Villa Mercedes con Oscar, que es mi esposo”, señaló este hombre de 42 años que dejó la sotana a un costado para seguir a su corazón.