Información de agencia Askanews, Feb-06-2019. Traducción de Secretum Meum Mihi.
L'Osservatore Romano profundiza la hipótesis de los “sacerdotes” casados
Después de que el Papa indicó el ejemplo de los análisis de Lobinger
Ciudad del Vaticano, 6 de feb. (askanews) - Después de la apertura del Papa, L’Osservatore Romano publicó en la edición del 6 de febrero un artículo en el que describe la “propuesta para los sacerdotes del mañana” (título) formulada “por el obispo alemán Fritz Lobinger” (subtítulo) , que consiste en la posibilidad de “reintroducir, junto al sacerdote diocesano tradicional, un segundo tipo de sacerdote que —explica— existió en los primeros siglos de la Iglesia: un hombre de fe probada que, teniendo familia y trabajo, se dedicó parte del tiempo a servicios religiosos de la parroquia”.
“Las parroquias siempre tendrían así grupos de sacerdotes disponibles para presidir los servicios religiosos. Estos hombres no ejercerían el ministerio de forma individual, sino siempre en equipo”, escribe Giampaolo Mattei en el periódico del Vaticano.
Fritz Lobinger, un misionero alemán fidei donum de noventa años que también fue obispo en Sudáfrica, “ha razonado toda su vida sobre esta idea”, escribe L'Osservatore Romano, y “le dedicó sus estudios, a partir de su experiencia en el campo. A sus propuestas —recuerda el diario dirigido por Andrea Monda— el Papa Francisco hizo referencia explícita en el encuentro con periodistas durante el vuelo de regreso de Panamá, respondiendo a una pregunta sobre el celibato sacerdotal: ‘Hay un libro del Padre Lobinger, interesante y tal vez pueda ayudar a responder al problema’. En varios libros, Lobinger ha desarrollado su propuesta de ordenar en cada comunidad cristiana “équipos de ancianos”: en particular, en 2003, publicó Priests for Tomorrow [Sacerdotes para el Mañana]. Una petición por los equipos de “Sacerdotes Corintios” en las parroquias. (Preti per domani. Nuovi modelli per nuovi tempi, Editrice missionaria italiana, 2009).
Lobinger, explica L’Osservatore Romano, “desarrolló estas ideas en los años setenta, encontrándose en comunidades privadas de un sacerdote residente pero guiadas por laicos. Terminando por preguntarse si no era oportuno conferir a algunos de ellos también la ordenación, a fin de permitirles celebrar también la Eucaristía y administrar los sacramentos. Teniendo mucho cuidado de no clericalizar a los laicos. Con un claro compromiso para todos: salvaguardar el tesoro del sacerdote totalmente dedicado, sobre todo como guía espiritual, formador y animador de la comunidad, supervisor de la comunión eclesial”.
Para Lobinger “el compromiso prioritario es el de construir comunidades cristianas auténticas, formadas por personas que aprendan a colaborar y compartir las tareas. Además, sostiene que en la Iglesia la ordenación de líderes locales fue la norma durante siglos. En los Hechos de los Apóstoles (14, 23) se lee que para las nuevas Iglesias se designaron ‘algunos ancianos’ que no eran enviados a la comunidad, sino que venían de su interior. En resumen, es la cuestión el punto de partida del libro de Lobinger: ‘¿cómo serían las parroquias si en cada una de ellas se ordenaran tres sacerdotes, siete o más líderes locales probados, casados’, eso es, ‘sacerdotes de comunidad’ o ‘sacerdotes de Corinto’?’. Por supuesto, reconoce, no será fácil para todos superar “el hábito de tener un párroco totalmente disponible para la propia comunidad. En este camino, insiste, el Norte y el Sur deben caminar juntos porque dependen unos de otros. Sí, las iglesias antiguas y las nuevas deben comprenderse entre sí, en sus respectivas situaciones, para alcanzar una solución con la que todos estén de acuerdo. Y tal vez está el Norte por dar el primer paso”.
Una aclaración. No fue Francisco el que primero hizo alusión a la tal propuesta de Lobinger, ya anteriormente lo había hecho el actual Prefecto de la Congregación del Clero, el card. Beniamino Stella, como dimos cuenta en su momento. El asunto cada vez más se confirma como una resolución ya tomada.
Lo que nos parece deplorable es que se instrumentalice a toda una población, es decir, los pueblos del Amazonas, montar toda una tramoya de un Sínodo para la Amazonía, y pretender hacernos creer que la iniciativa partió de ellos mismos, cuando en realidad en este asunto los pueblos del Amazonas importan poco o nada, porque el objetivo es introducir en Alemania —i.e., comenzando en Alemania— la ordenación de hombres casados. Ya en otras ocasiones hemos dicho que inmediatamente se apruebe la medida en la Amazonía, los simoniacos obispos alemanes van a pedir lo mismo para ellos.