Cardenal Wuerl se disculpó con sacerdotes y con víctima por falsas declaraciones. Víctima no cree que hubiera olvidado su denuncia de 2004 sobre McCarrick
Artículo de The Washington Post, Ene-17-2019. Traducción de Secretum Meum Mihi.
El cardenal Wuerl se disculpa por falsas declaraciones
Por MICHELLE BOORSTEIN
El asediado líder Católico de DC, Donald Wuerl, bajo fuego en los últimos días por declaraciones falsas sobre lo que sabía sobre la presunta conducta sexual indebida de su predecesor, Theodore McCarrick, se disculpó el Martes por la noche, diciendo que olvidó que sabía sobre las acusaciones y que “nunca fue la intención de proporcionar información falsa”.
Wuerl se disculpó por la noche con el ex sacerdote Robert Ciolek y luego envió una carta a los sacerdotes de la archidiócesis, donde Wuerl es administrador en funciones. El Papa Francisco recibió el retiro de Wuerl como arzobispo antes de lo esperado el otoño pasado, ya que el cardenal estaba siendo golpeado por las críticas sobre su manejo de los casos de abuso cuando era obispo de Pittsburgh, y también por las sospechas de que no estaba siendo completamente honesto acerca de lo que sabía del escándalo de McCarrick.
En la carta, Wuerl dijo que olvidó que en 2004 le informaron sobre la queja de Ciolek contra McCarrick. Wuerl en 2004 luego llevó la queja al Vaticano.
El ex sacerdote, en testimonio entonces ante la Junta de Revisión de la Diócesis de Pittsburgh, dijo que McCarrick presionó a los seminaristas para que duerman en camas dobles con él, solicitó y le dio frotamiento no deseado al subordinado y causó un trauma a Ciolek porque sabía que Ciolek había sido maltratado por el clero cuando era adolescente
Cuando Ciolek salió en público por primera vez la semana pasada con evidencia de que Wuerl no había sido sincero desde que estalló el escándalo el verano pasado, la oficina de Wuerl emitió un comunicado en el que decía que solo había tratado de proteger la confidencialidad de Ciolek. Luego, en una carta del Sábado a los sacerdotes de la arquidiócesis, Wuerl repitió su afirmación de que estaba protegiendo la confidencialidad y dijo que había negado el conocimiento solo en relación con las denuncias de que McCarrick había abusado de niños.
En la carta del Martes por la noche, Wuerl repitió versiones de esas defensas, pero dijo que no importaba.
“No obstante, es importante para mí aceptar la responsabilidad personal y disculparme por este lapso de memoria. Nunca hubo la intención de proporcionar información falsa”, decía la carta.
Notó que se había disculpado con Ciolek, cuyas solicitudes para reunirse con Wuerl fueron rechazadas durante varias semanas anteriormente. Ciolek había pedido reunirse en repetidas ocasiones, pero se le dijo que no después de negociar con el abogado de la arquidiócesis, quien había sugerido límites en la conversación, como no “entrevistar” a Wuerl, no grabar ni tomar notas, dijo Ciolek a The Washington Post. Esto fue en los días previos a que Ciolek saliera en público con el hecho de que Wuerl lo sabía en 2004.
“Quería disculparme por cualquier dolor adicional que mi fallo también hubiera podido traer al sobreviviente”, escribió.
El Miercoles Ciolek dijo que se había pasado la mayor parte de la noche pensando que lo que dijo fue una conversación de 45 minutos con Wuerl. Quería atender la llamada, dijo, porque todavía estaba “abrigando la esperanza” de que Wuerl ofrecería una admisión franca y una disculpa que ayudara a curar a Ciolek y a restablecer la desconfianza de algunos católicos.
“Al final, carece de verdad y sustancia. No creo por un momento que se le haya olvidado. No”, dijo. Wuerl expresó lo que Ciolek llamó sincero perdón y arrepentimiento por los clérigos que lo abusaron y acosaron. “Pero, en esencia, no añade nada. Se ha mostrado que es mejor expresando el dolor por las acciones de los demás. Pero sigue siendo incapaz o no dispuesto a reconocer la verdad de sus propias acciones”.
El abogado casado, que llegó a un acuerdo en 2005 con varias diócesis de New Jersey por abuso y acoso que dice sufrió por [parte de] tres clérigos cuando era adolescente y luego en el seminario. Uno de ellos supuestamente fue McCarrick .
La reacción de la comunidad católica de D.C., cansada después de seis meses de escándalo presuntamente por su actual y último arzobispos, no era fácil de predecir.
A lo largo de los años, Wuerl fue visto como un líder eficiente y moderado, aunque burocrático, de la sana y diversa arquidiócesis, hasta el verano pasado, cuando McCarrick fue suspendido luego de que supuestamente acosara a un monaguillo y surgieron dudas sobre los rumores generalizados de que McCarrick había acosado sexualmente a los seminaristas durante años. Wuerl también fue pintado en un informe por un gran jurado de Pensilvania como no totalmente confiable en su manejo del abuso sexual. El informe indagó a cientos de clérigos.
Una investigación de The Washington Post sobre el informe del gran jurado encontró que, si bien Wuerl se ganó la reputación de ser un temprano defensor para remover a los sacerdotes pedófilos de las parroquias, a veces permitía que clérigos acusados continuaran como sacerdotes en papeles menos visibles sin alertar a las autoridades o a otros funcionarios.
La disculpa de Wuerl llega en un momento clave. Se espera que el Vaticano concluya las cosas relacionadas con los escándalos de D.C. antes de una primera reunión mundial el próximo mes sobre el abuso sexual por parte del clero y cómo responsabilizar más a los obispos y cardenales. Las acusaciones de que McCarrick abusó a varios niños y acosó a muchos seminaristas están siendo escuchadas por un juicio administrativo en el Vaticano, y algunos abogados de la iglesia creen que él se podría ver despojado de su estado como sacerdote. Es posible que Francisco decida una penalización, si la hubiera, para McCarrick. El sucesor de Wuerl también está por ser nombrado.
Si bien las negaciones de Wuerl se han centrado en su afirmación de que Ciolek solicitó confidencialidad, los documentos de la época desafían el marco del cardenal.
En 2004, la oficina de Wuerl le pidió permiso a Ciolek para llevar su queja sobre McCarrick al Vaticano. Ciolek les contestó que estaría de acuerdo con eso, pero que por favor no mencionara su nombre, si fuera posible. De cualquier manera, Ciolek escribió al aprobar la solicitud específica, de que estaba de acuerdo con su experiencia fuera contada a funcionarios de la iglesia.
Las diócesis de Pittsburgh y D.C. en la última semana han dicho que esto demuestra que Wuerl no pudo avanzar más. Pero la solicitud de Ciolek en 2004 de que su nombre se mantuviera fuera de ello fue específica a la solicitud hecha por Pittsburgh. Funcionarios de la iglesia nunca más le pidieron permiso para hablar públicamente sobre sus acusaciones, ni siquiera de manera general, sin su nombre. Wuerl emitió varias negaciones acerca de haber escuchado siquiera rumores sobre McCarrick, incluso después de que Ciolek saliera en público en Julio acerca de su experiencia.
“¿Estaba Usted al tanto de los rumores de que el cardenal McCarrick estaba teniendo relaciones con otros sacerdotes?”, Preguntó la CBS a Wuerl en Agosto. “No, no”, dijo.
Esta es la carta a los sacerdotes del Card. Wuerl de Ene-15-2019, mencionada en el anterior artículo. Traducción de Secretum Meum Mihi.
15 de Enero de 2019
Querido hermano sacerdote,
Por medio de cartas a ustedes, he tratado de mantenerlos informados de los problemas que involucran al Arzobispo McCarrick y ser transparente comenzando con mi declaración de que estaba “sorprendido y entristecido” cuando, el 20 de Junio de 2018, la Arquidiócesis de Nueva York hizo público que se había hecho una denuncia de abuso sexual de un menor contra el entonces cardenal McCarrick y había sido investigada y encontrada creíble y respaldada por la Junta de Revisión de la Arquidiócesis de New York. Antes de este comunicado público, no se había hecho denuncias de conducta impropia por parte del Arzobispo McCarrick a la Arquidiócesis de Washington.
Cuando la denuncia se hizo pública, respondí a preguntas sobre si estaba al tanto de denuncias o rumores de abuso sexual de menores por parte de Arzobispo McCarrick. Indiqué que no lo estaba. En respuesta a similares preguntas, indiqué que tampoco tenía conocimiento de rumores o alegaciones de actividades impropias y sexuales del arzobispo McCarrick con seminaristas o sacerdotes.
Sin embargo, y esto lo traigo de nuevo a su atención, en 2004 en el curso de una investigación sobre la acusación de abuso sexual que involucraba a un sacerdote de la Diócesis de Pittsburgh que servía en la facultad del Seminario Mount Saint Mary en la Arquidiócesis de Baltimore y a un seminarista adulto durante un período prolongado, sí recibí un reporte de la Junta de Revisión Diocesana de Pittsburgh con una detallada cuenta de actividad sexual abusiva que involucraba al miembro de la facultad. En la conclusión de este reporte, el sobreviviente también indicó que había observado y experimentado con el entonces obispo McCarrick lo que describió como “conducta inapropiada”.
En respuesta a la acusación, el sacerdote de Pittsburgh fue retirado de inmediato del ministerio y, al mismo tiempo, se proporcionó el informe completo a la Nunciatura Apostólica. Como les he indicado en el pasado, creo que había actuado responsablemente y sin escuchar nada más del asunto que a solicitud del sobreviviente involucrado se mantendría confidencial, no lo evité nuevamente. Así, 14 años más tarde, cuando me preguntaron si tenía algún conocimiento previo de las acusaciones en contra del Arzobispo McCarrick, dije que no. Sólo después me acordé de la acusación de 14 años de antigüedad de la conducta inapropiada que, en ese momento, había olvidado.
No obstante, es importante para mí aceptar la responsabilidad personal y disculparme por este lapso de la memoria. Nunca hubo la intención de proporcionar información falsa. De hecho, desde hace todos esos años el sacerdote en cuestión fue inmediatamente eliminado del ministerio y el informe fue enviado a la Nunciatura.
Recientemente, también me he enterado de la angustia que todo este asunto ha causado al sobreviviente que primero sacó a la luz el cargo contra el sacerdote miembro de la facultad de Pittsburgh.
Me he disculpado con este sobreviviente por el dolor y el sufrimiento que él ha soportado en esa larga relación abusiva con el sacerdote y también por cualquier dolor o vergüenza que también él soportó a lo largo de los años por las acciones del entonces obispo McCarrick.
Sobre todo, sin embargo, quería disculparme por cualquier dolor adicional que mi fallo pudiera haber traído al sobreviviente. Mi esperanza es que ahora que todo este asunto es público y que la Santa Sede está adjudicando a los alegatos contra el arzobispo McCarrick, mis disculpas puedan ser de alguna ayuda.
Ya he hablado con el sobreviviente involucrado expresando mis disculpas en la esperanza de que en ellas pueda encontrar algún consuelo.
Con todos los buenos deseos personales, permanezco
Fielmente en Cristo,
[firma autógrafa]
Cardenal Donald Wuerl