Carta del Vaticano socava a cardenal de Estados Unidos sobre el abuso
Información de agencia Associated Press, Ene-01-2019. Traducción de Secretum Meum Mihi. Como hemos aclarado en varias ocasiones, y lo mismo se cumple para el caso presente, la información inicialmente lanzada ha sido reeditada, por tanto la versión que aparece en el momento actual difiere de la originalmete conocida, que es la que nosotros hemos tomado.
Carta del Vaticano socava a cardenal de Estados Unidos sobre el abuso
Por NICOLE WINFIELD
Associated Press
CIUDAD DEL VATICANO (AP) - El Vaticano impidió que los obispos de EE. UU. tomaran medidas para enfrentar el escándalo de abuso sexual del clero porque los líderes de la Iglesia de los EE. UU. no discutieron las propuestas legalmente problemáticas con la Santa Sede con suficiente antelación, según una carta obtenida por The Associated Press.
La carta del 11 de Noviembre del cardenal del Vaticano Marc Ouellet proporciona la razón principal por la que Roma se opuso a las medidas que debían ser votadas por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos en su asamblea del 12 al 14 de Noviembre. El voto bloqueado sorprendió a los sobrevivientes de abuso y a otros Católicos que estaban exigiendo la acción de los obispos de Estados Unidos para abordar el abuso sexual por parte del clero y el encubrimiento.
La carta de Ouellet socava la versión de los eventos proporcionados por el presidente de la conferencia, Cardenal Daniel DiNardo. También podría proporcionar alimento para preguntas esta semana durante un retiro espiritual de los obispos de EE. UU., dedicado a la crisis de abuso, que comienza el Miércoles en Chicago.
Ellos pueden querer saber por qué los proyectos de propuestas de los Estados Unidos solo llegaron al Vaticano el 8 de Noviembre, cuatro días antes de que comenzara la reunión de los obispos de los Estados Unidos. Si bien el Vaticano es conocido por su ritmo lento, incluso a la más veloz burocracia le habría resultado difícil revisar y aprobar documentos legales confidenciales durante un largo fin de semana.
“Considerando la naturaleza y el alcance de los documentos propuestos por la (conferencia), creo que hubiera sido beneficioso haber permitido más tiempo para consultar con esta y otras congregaciones con competencia sobre el ministerio y la disciplina de los obispos”, escribió Ouellet a DiNardo. Este tipo de ida y vuelta, escribió, habría permitido que los documentos “maduraran adecuadamente”.
El objetivo principal de la reunión de otoño de los obispos de los Estados Unidos había sido aprobar un código de conducta para los obispos y crear una comisión dirigida por laicos para recibir quejas contra ellos. Las medidas fueron una respuesta a la crisis ante el escándalo sobre el ex cardenal Theodore McCarrick, ex alto clérigo estadounidense que ahora está acusado de abusar sexualmente de menores y adultos, y por nuevas revelaciones de viejos casos de abuso sexual y su encubrimiento en Pennsylvania.
DiNardo sorprendió a los obispos cuando abrió la asamblea el 12 de Noviembre al anunciar que, “por insistencia de la Santa Sede”, los obispos no votarían sobre las medidas después de todo. Dijo que el Vaticano quería que Ellos demoraran una votación hasta que Francisco organice una cumbre mundial en Febrero sobre la prevención del abuso sexual por parte de los sacerdotes.
Si bien DiNardo culpó al Vaticano, la carta de Ouellet sugiere que el Vaticano sintió que DiNardo había intentado presionar una rápida [respuesta] al retener intencionalmente textos legalmente problemáticos hasta el último minuto. No es sorprendente que el Vaticano hubiera querido opinar en la elaboración de los textos, dado que solo la Santa Sede tiene autoridad exclusiva para investigar y disciplinar los problemas de los obispos.
“Aunque es plenamente consciente de que una conferencia de obispos goza de una legítima autonomía ... para discutir y eventualmente aprobar medidas que están dentro de los poderes de la conferencia, el trabajo de la conferencia siempre debe integrarse dentro de la estructura jerárquica y la ley universal de la iglesia”, escribió Ouellet.
En una declaración el Martes a The Associated Press, DiNardo caracterizó la desconexión como un malentendido. Dijo que asumió que el Vaticano habría tenido la oportunidad de “revisar y ofrecer ajustes” a las medidas después de que los obispos de Estados Unidos las aprobaran, no antes. Insistió en que los obispos de EE. UU. no intentaban apropiarse para sí los poderes del Vaticano.
“Ahora está claro que hubo diferentes expectativas por parte de la conferencia de obispos y por parte de Roma que pueden haber afectado la comprensión de estas propuestas”, dijo DiNardo en una declaración. “Desde nuestra perspectiva, fueron diseñados para detenerse justo donde comenzaba la autoridad de la Santa Sede”.
La estrategia de los Estados Unidos, al parecer, era evitar negociaciones prolongadas antes de la votación para que los obispos de los Estados Unidos pudieran presentarse al Vaticano con documentos después del hecho. Los obispos de EE. UU. presumiblemente querían evitar la problemática de ida y vuelta que sucedió en 2002 cuando los obispos de Estados Unidos aprobaron una política de “un strike y estás fuera” contra los sacerdotes abusivos.
DiNardo, en su declaración a Associated Press, dijo que había compartido el “contenido y la dirección” de las propuestas con multiples oficinas del Vaticano en Octubre y siguió adelante y redactó la versión final de la propuesta sobre la investigación de los obispos después de no encontrar oposición.
“No habíamos planeado, ni tampoco había pedido la Santa Sede, compartir los textos antes de que el cuerpo de obispos haya tenido la oportunidad de enmendarlos”, dijo.
Durante una conferencia de prensa del 12 de Noviembre, a DiNardo se le preguntó cuándo se consultó al Vaticano sobre las medidas. Él respondió que los textos se finalizaron el 30 de Octubre y que la demora en terminarlos podría haber sido un problema.
“Así que no es sorprendente, en un nivel, que la gente esté recuperando el aliento, tal vez incluso en Roma”, dijo a los periodistas. DiNardo también reconoció, cuando fue presionado por un reportero, que los textos en sí tenían algunos problemas legales, aunque minimizó la gravedad de los mismos.
“Hubo algunos puntos en uno o dos de los documentos donde la ley canónica necesitaba mayor precisión”, dijo.
En su declaración a Associated Press, DiNardo dijo que le había dicho a Ouellet que no votar sobre los textos “sería una gran decepción para los fieles, que estaban esperando que sus obispos tomaran medidas justamente. Aunque se mencionaron precisiones canónicas, el énfasis parecía estar en retrasar los votos y no querer adelantarse a la reunión de Febrero de los presidentes de las conferencias episcopales”, dijo.
Ouellet sí citó de hecho la reunión de Febrero en su carta, diciendo que cualquier documento “debería incorporar los aportes y los frutos del trabajo de discernimiento común del colegio de obispos”.
Pero la cumbre de Febrero fue anunciada el 13 de Septiembre. Si esa fuera la razón principal del pedido de Ouellet para anular la votación, podría haberle comunicado eso a DiNardo antes.
En cambio, el pedido de Ouellet se produjo después de que finalmente leyó lo que los obispos de Estados Unidos estaban preparando para votar.