Respecto de la proyectada cumbre en Febrero próximo con los presidentes de las conferencias episcopales para tratar el tema de la protección de los menores en la Iglesia, como ya Uds. saben, existe un comité organizador cuyos miembros fueron elegidos por Francisco. De dicho comité, las personas que más han hablado desde el mismo momento de su creación —y nosotros decimos que incluso antes, ver aquí—, han sido el Card. Cupich y el P. Hans Zollner. Eso por no decir que son los dos que casi exclusivamente han hablado.
También, y obedeciendo a lo malpensados que siempre hemos sido, hemos temido que las declaraciones de estas dos personas estén parcializadas por la propuesta que el propio card. Cupich en compañía del card. Wuerl confeccionaron para que sean los metropolitanos los que juzguen a sus obispos sufragáneos en caso de que se alguno de ellos sea el que se vea involucrado como abusador o encubridor, propuesta a la que nos referimos escuetamente como ‘la de los metropolitanos’ (ver aquí y aquí). Dicho de otra manera, que con base en declaraciones a la prensa se cree un clima artificial para que dicha propuesta sea la que triunfe en la mentada cumbre. Más o menos como se hizo con los sínodos sobre la Familia, en los que ya estaba predeterminado que la propuesta Kasper iba a ser la que se adoptaría, la de dar acceso a la Sagrada Comunión a personas que objetivamente se encuentren en estado de pecado grave sin abandonar ese estado ni tener la intención de hacerlo, ni mucho menos interponer los medios. Ya Uds. Saben que dicha interpretación desde hace un año es “Magisterio auténtico” (entran risas), pero no porque alguien haya tenido la gentileza de decírnoslo clara y abiertamente, sino porque de un momento para otro apareció publicada en las Acta Apostolicæ Sedis. ¡Ay del que se atreva a objetar!: “No hay otras interpretaciones”. Punto. Ello es, no olvidar que ni la justa obediencia, ni el amor y filial confianza que se deben al Santo Padre como Vicario de Cristo y cabeza visible de la Iglesia, pueden autorizar a los fieles —como Ud. que lee esto ó nosotros que lo escribimos— fallar en el absoluto respeto debido a la verdad.
En esta ocasión traducimos un artículo de Vatican News en italiano (aunque ni siquiera ellos todavía se acostumbran a ese apelativo, porque al final del artículo se da el crédito de su edición a “Radio Vaticano”), Dic-27-2018, en el que se funden respuestas que sobre dicha cumbre ofrecieron el P. Hans Zollner y el P. Federico Lombardi. De especial interés nos parece la segunda respuesta del P. Zollner.
Cumbre en el Vaticano sobre los abusos: aclarar los procedimientos pero sobre todo cambio de actitud
El P. Zollner y el P. Lombardi: las reglas, las leyes como tales, no cambian el corazón. Hay una verdadera renovación por hacer en la Iglesia, pero no partimos desde el punto cero
Fabio Colagrande - Ciudad del Vaticano
“En febrero próximo la Iglesia reiterará su firme voluntad de continuar en el camino de la purificación del abuso sexual, se interrogará sobre cómo proteger a los niños, evitar tales desgracias, curar y reintegrar a las víctimas”. El Papa Francisco lo recordó, el 21 de diciembre en su discurso a la Curia para los saludos de Navidad, presentando la reunión sobre “La protección de los menores en el Iglesia” programada en el Vaticano del 21 al 24 de febrero del próximo año. El padre jesuita Hans Zollner, persona de contacto del comité organizador de la reunión de febrero y miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, comenta así estas palabras del Papa:
R.- El Santo Padre ha ciertamente puesto en evidencia todos los aspectos que deben ser tratados en esta reunión; sin embargo, queremos ver también cómo podemos poner sobre la mesa la cuestión de la responsabilidad de la obispos para tener mayor claridad sobre quién debe hacer qué y quién debe controlar si las cosas que el Santo Padre y la Iglesia, los dicasterios han ordenado hacer efectivamente se hacen.
El Papa dijo que la Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso: este es también un compromiso que requiere procedimientos concretos...
R.- Esto requiere dos cosas: una aclaración de los procedimientos, que no son tan claros, especialmente cuando hablamos de la corresponsabilidad de un obispo o de un provincial o del jefe de una Iglesia oriental respecto a lo que hacen otros obispos, otros provinciales e incluso superiores. Y la segunda: Además de los procedimientos, debemos aspirar a un cambio de actitud. Las reglas, las leyes como tales, no cambian el corazón: esto lo vemos no solo en Europa, lo vemos en todo el mundo. Y por eso también debemos ver cómo reforzar en toda la Iglesia esta actitud de apertura y atención a la protección de los menores, porque se trata de una actitud que Jesús nos enseña.
Padre Zollner, ¿qué tan impresionado quedó con el hecho de que en el discurso de Navidad a la Curia el Papa hubiera querido agradecer vivamente a los operadores de los medios que han sido honestos y objetivos y que han tratado de desenmascarar a los llamados “lobos” y dar voz a las víctimas?
R.- Ciertamente es una cosa muy significativa y se ha notado; pero puedo también confirmar que la gran mayoría de los periodistas con los que he trabajado en los últimos 8-10 años ha sido realmente honestos: Ellos hacen su trabajo y, si algo está mal, tienen que hacer por fuerza luz sobre estas cosas y luego realizar su tarea, el trabajo diario. Rara vez he encontrado gente que solo quería destruir, buscar el escándalo donde no lo había. Ellos ponen en evidencia el escándalo que se ha producido por un miembro de la Iglesia, por un representante de la Iglesia y por lo tanto esto es algo que debe ayudarnos a ser honestos. Asumir nuestra responsabilidad y tomar las decisiones consiguientes.
Para cerrar, Padre Zollner: ¿qué frutos se esperan realmente de la reunión de febrero?
R.- Un fruto que ciertamente espero es el que toda la Iglesia, representada por los presidentes de las Conferencias Episcopales, por los jefes de las Iglesias Oriental, por representantes de las órdenes religiosas y de las congregaciones, realmente se den cuenta de la urgencia de poner la protección de los menores y hacer justicia a las víctimas como prioridades para todas las acciones de la Iglesia: para el apostolado, para la misión, para la educación y para todo lo que se refiere del apostolado social y caritativo. Los más vulnerables, que son y los niños, deben estar en el centro de nuestra atención y donde se ha hecho un daño, a veces irreparable, debemos hacer lo posible para asegurar que estas personas reciben al menos el apoyo a ellos debido.
En el cuaderno número 4044 de la revista La Civiltà Cattolica, publicado en este mes apareció un artículo firmado por el padre jesuita Federico Lombardi, presidente de la Fundación Ratzinger-Benedicto XVI y anterior director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, dedicado a la reunión de febrero en el Vaticano sobre la protección de los menores. El padre Lombardi comenta así sobre la elección realizada por el Papa Francisco de dedicar al tema del abuso su discurso a la Curia por los saludos navideños.
R.- Este año el Papa, evidentemente, ya que nos quedan solo dos meses para esta reunión tan importante que ha convocado con todos los presidentes de las Conferencias Episcopales para abordar el tema de la protección de los menores, mira hacia adelante, y quiere preparar gradualmente para esta reunión, para su Espíritu, para su finalidad.
Un evento, el de febrero, padre Lombardi, que debe situarse en un contexto histórico, hecho de abusos, pero también de pasos importantes de la Iglesia para combatirlos...
R.- Hay una gran expectativa por este evento de fines de febrero. Al mismo El tiempo se necesita colocarlo bien en el desarrollo de la temática y del modo en el que la Iglesia lo ha enfrentado, lo confronta y es desafiada. No es algo que se comenzó hoy o ayer, sino ya hace algunas décadas, y ya hay toda una historia de crisis muy graves, de momentos de crisis de la Iglesia en diferentes países del mundo: En los Estados Unidos, Alemania, Australia, más recientemente en Chile y otro países. Pero también todo un camino hecho en el afrontar estas crisis. Hemos tenido los episcopados de muchos países que han tomado iniciativas importantes, han buscado entender realmente lo que ha sucedido y cómo acercarse a los problemas de las víctimas, cómo establecer una cultura de la prevención. Y también la Iglesia a nivel universal, especialmente el Papa Benedicto XVI, ha renovado las normas canónicas que conciernen a casi toda la dimensión penal en la confrontación de los crímenes, entre los cuales el de los abusos contra los menores, uno de los crímenes más graves. Luego están las cartas de la Congregación para la Doctrina de la Fe que han invitado a los episcopados a formular directrices sobre cómo tratar, en las iglesias que depende de ellos; esta temática; y así sucesivamente. Entonces, aquí debemos entender que el problema es un problema muy grave, muy importante para la sociedad y para la Iglesia: que hay una verdadera renovación en la Iglesia, que también hay un largo camino por recorrer; al mismo tiempo, no partimos desde el punto cero.
Entonces hay partes de la Iglesia universal que ya han afrontado el problema de la lucha contra los abusos y de la prevención, pero en cambio otras partes que están retardadas...
R. - Es por esto que el Papa Francisco toma en cuenta de la totalidad del problema e invita a todos los presidentes de las Conferencias Episcopales, esto es, a los representantes de todo el episcopado del mundo, de tal manera que la Iglesia, junta, como pueblo de Dios en camino, con todos sus componentes no solo de jerarquía —naturalmente, en primer lugar la jerarquía como responsables, pero como responsables de un pueblo de Dios con el que caminan en compañía— enfrentan este problema en modo cada vez más decisivo, profundo y amplio, para poder así realizar un servicio no solo para la renovación interior de la Iglesia, sino también para un servicio para la sociedad circundante.
(Editado por Radio Vaticano Italia)