Monday, November 19, 2018

Hacia la beatificación de Arrupe. El hombre que —supuestamente— se santificó resistiendo a 1 2 papas



Los tiempos cambian muy rapidamente, hoy día hay que ver lo que le hacen a aquellos que no son papólatras y osan no adoptar el culto a la personalidad...

Información de agencia Europa Press, Nov-19-2018.

La causa de beatificación del padre Arrupe arrancará el 5 de febrero en la Basílica de San Juan de Letrán

MADRID, 19 (EUROPA PRESS) -
La Compañía de Jesús ha anunciado que el próximo 5 de febrero de 2019 tendrá lugar la sesión de apertura de la causa de beatificación del padre Pedro Arrupe, Superior General de la Compañía de Jesús entre 1965 y 1983, en la basílica de San Juan de Letrán, en Roma, y coincidiendo con el 28 aniversario de su muerte.

Así lo ha confirmado en una carta el Padre General de los Jesuitas, Arturo Sosa, este lunes 19 de noviembre, cuando se cumplen 111 años del nacimiento de Arrupe.

"Tengo la alegría de comunicar a todo el cuerpo religioso y apostólico de la Compañía de Jesús que ha comenzado oficialmente el proceso hacia una posible beatificación de Pedro Arrupe, 28 Superior General de la Compañía de Jesús", ha informado. La causa se ha puesto en marcha en el Vicariato de Roma, lugar de su muerte, según ha indicado.

Según precisa en la misiva, se encuentran en los primeros pasos de su causa, "una vez recibidos el nihil obstat de la Santa Sede, el consentimiento de los obispos más cercanos a Roma dentro de la Conferencia Episcopal Italiana y constatada la ausencia de obstáculos de parte del pueblo de Dios".

A continuación, los distintos responsables del proceso diocesano comenzarán a trabajar tomando declaración a más de cien testigos repartidos principalmente en España, Japón e Italia. Si bien, ya en estos meses previos han empezado su labor dos comisiones encargadas de revisar, respectivamente, todos sus escritos publicados así como otros muchos documentos no publicados, tanto del padre Arrupe, como sobre él y del contexto socio eclesial en el que vivió.

El Padre General señala en su carta diversas cualidades de Arrupe y destaca su contribución a la Compañía, a la espiritualidad ignaciana, a la vida consagrada, al sacerdocio y al laicado. A su juicio, Arrupe ejemplificó "el deseo de integración de los mejores valores de la tradición con aquellos necesarios para la adaptación del cristianismo a los nuevos tiempos". También afirma que en sus últimos viajes ha podido comprobar personalmente lo "vivo" que se encuentra su recuerdo y su legado.

Además, ha anunciado la creación de un sitio web dedicado al nuevo 'Siervo de Dios' y solicita remitir cualquier información relacionada con la causa a la Postulación General de la Compañía en Roma.

Pedro Arrupe nació en Bilbao en 1907 y fue Provincial de los jesuitas del Japón, donde vivió en 1945 el estallido de la primera bomba atómica en Hiroshima. El 22 de mayo de 1965 la Congregación General 31 de la Compañía de Jesús lo eligió como vigésimo octavo Superior General.

Entre sus aportaciones, los Jesuitas destacan su relectura del carisma ignaciano y añaden que supo "advertir los muchos y radicales cambios que estaban transformando el mundo y la Iglesia, así como la urgencia de adecuar la misión de la Compañía de Jesús, en la línea del Concilio Vaticano II y con un irrenunciable compromiso con la justicia y en favor de los pobres y marginados".

Los primeros pasos para introducir la causa de beatificación de Pedro Arrupe se dieron hace seis años cuando el entonces Superior General Adolfo Nicolás pidió a Anton Witwer, encargado de gestionar los procesos de beatificación y canonización de jesuitas, unas sugerencias sobre el procedimiento a seguir.


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“Desatinos Vaticanos”, editorial de The New York Post


Sobre el bloqueo ejercitado por el Vaticano la semana pasada con respecto a la intención de los obispos de los Estados Unidos para crear una comisión independiente que investigue los casos sobre el abuso sexual, se escribió bastante este fin de semana en diferentes medios. La siguiente no es una opinión ni una columna como cualquier otra, se trata del editorial del periódico The New York Post, Nov-18-2019, pág. 42 (en la foto, click para ampliar). Traducción de Secretum Meum Mihi.

Desatinos Vaticanos

Oramos para que el Vaticano no se haya dado cuenta del golpe que infligieron a la fe de los Católicos estadounidenses la semana pasada. Su orden tajante y abrupta a los obispos de Estados Unidos —una directiva para postergar por meses cualquier voto sobre sus nuevos protocolos planeados contra el abuso— amenaza con profundizar las divisiones dentro de la iglesia.


Desastrosamente.

Como Sohrab Ahmari resumió hábilmente para The New York Post, la Conferencia de Obispos Católicos de los EE. UU. estaba dispuesta a votar sobre medidas para cerrar las lagunas clave en las reformas contra el abuso aprobadas en 2002: Específicamente, los obispos tenían la intención de garantizar que ellos mismos pudieran ser responsables.

Este era un paso audaz y vital en vista de las recientes revelaciones, desde el informe de Pensilvania hasta los escándalos que rodean al ahora ex cardenal Theodore McCarrick. Los católicos que habían resistido más de una década de noticias espantosas de abuso habían empezado a preguntarse si la iglesia de los Estados Unidos (al menos) era capaz de limpiar su propia casa.

Además de las acusaciones del arzobispo Carlo Maria Viganò, el ex enviado del Vaticano a EE.UU., el más extremo de los cuales es una afirmación de que una alta camarilla dentro del Vaticano se opone a todos los esfuerzos para llegar al fondo de los escándalos de abuso.

El repentino movimiento del Vaticano para detener un importante paso contra el abuso parece confirmar esa acusación. Especialmente cuando se trata de un papa que ha enfatizado la “sinodalidad” o ha dado más voz a varios obispos en el gobierno de la iglesia.

La orden de la Curia tenía oficialmente dos razones: 1) las propuestas de los [obispos de] Estados Unidos no se ajustan a la ley canónica, y 2) el Papa Francisco convocó a un cónclave global en Febrero para abordar los escándalos de abuso a nivel mundial, y el Vaticano no quiere que las jerarquías nacionales tomen grandes pasos antes de esa reunión.

Esto puede ser completamente cierto, pero no justifica remotamente desechar la demanda de los obispos estadounidenses en el último minuto, sin notificación o diplomacia.

El cardenal Daniel DiNardo, presidente de la conferencia [episcopal] de Estados Unidos, se mostró visiblemente conmovido cuando compartió la noticia con sus hermanos, dejando claro que la falta de voto fue “por insistencia de la Santa Sede”.

El Papa Francisco tiene motivos para desconfiar de los estadounidenses: Parte de la resistencia más venenosa a sus esfuerzos por cambiar el tono de la iglesia proviene de los tradicionalistas estadounidenses. Pero también es cierto que regularmente se ha equivocado al responder a las crisis de abuso en múltiples, muy diferentes naciones.

Luego, también, los obispos estadounidenses deben tratar con rebaños que viven en un ciclo de noticias 24/7, un ritmo aún extraño para la Ciudad del Vaticano. Además, son mucho más propensos que el pontífice para ver que las butacas [de los templos] se están vaciando y que las filas para los sacramentos se están acortando.

La creencia de que la iglesia estaba siendo dirigida en beneficio venal de la jerarquía, y no por el bien de la fe, fue fundamental para la gran rebelión de Martín Lutero. Es casi inconcebible que la iglesia pudiera ver una división que rivalice con la Reforma Protestante, pero es más concebible de lo que era hace una semana.

Cardenales Cupich y Wuerl colaboraron en una propuesta alternativa sobre abuso sexual


La negación de la esencia del siguiente artículo apareció hoy por parte de los directamente aludidos. Lo señalamos no porque queramos ignorarlo, sino porque todavía no hemos tenido tiempo de extractar lo principal de dicha negación, esperamos lograrlo a futuro.

Información de Catholic News Agency, Nov-16-2018. Traducción de Secretum Meum Mihi.

Cupich y Wuerl colaboraron en una propuesta alternativa de abuso sexual.

Por Ed Condon

Washington D.C., 16 de Noviembre de 2018 / 06:56 pm (CNA).-
El cardenal Blase Cupich de Chicago y el cardenal Donald Wuerl de Washington colaboraron ampliamente sobre una política recientemente propuesta para manejar las acusaciones de abuso contra los obispos, ha sabido Catholic News Agency.

Cupich presentó el plan el Martes a los líderes de la conferencia episcopal de EE. UU., ofreciéndola como una alternativa a una propuesta que había sido ideada por funcionarios y empleados de la conferencia.

El plan propuesto por la conferencia habría establecido una comisión independiente dirigida por laicos para investigar las acusaciones contra los obispos. El plan Cupich-Wuerl , en cambio, enviaría las denuncias contra obispos para que sean investigados por sus arzobispos metropolitanos, junto con juntas de revisión arquidiocesanas. Los propios metropolitanos serían investigados por sus obispos sufragáneos principales.

Fuentes en Roma y Washington D.C. dijeron a Catholic News Agency que Wuerl y Cupich trabajaron juntos en su plan alternativo durante semanas, y lo presentaron a la Congregación vaticana para los Obispos antes de la asamblea de la conferencia episcopal de Estados Unidos en Baltimore. Cupich y Wuerl son miembros de la Congregación para los Obispos.

El plan Cupich-Wuerl se presentó a los obispos de EE. UU. incluso después de que se emitiera una directiva del Vaticano el Lunes que prohibía a los obispos de EE. UU. votar sobre cualquier medida relacionada con el abuso. El Vaticano suspendió la formulación de políticas de la USCCB sobre el abuso sexual hasta después de una reunión de Febrero con la participación de los presidentes de las conferencias episcolales de todo el mundo.

Un funcionario de la Congregación para los Obispos le dijo a Catholic News Agency el Jueves que la esencia del plan presentado por Cupich en la reunión de Baltimore se conoce en la ongregación como “el plan de Wuerl”. El funcionario no confirmó si la congregación había recibido una copia anticipada del documento.

Altos funcionarios de la cancillería en Washington describieron el plan presentado el Martes como un esfuerzo colaborativo de los cardenales, y le dijeron a Catholic News Agency que Wuerl y Cupich informaron por primera vez a la Congregación para los Obispos hace varias semanas sobre su idea del “modelo metropolitano” para manejar las quejas contra un obispo, y sugirieron que habían continuado discutiendo el plan con los funcionarios de la Congregación desde entonces.

“Fue un esfuerzo mutuo”, dijo un funcionario de la Arquidiócesis de Washington a Catholic News Agency.

La idea de enmendar la política de la USCCB para que las acusaciones contra un obispo fueran manejadas por su arzobispo metropolitano fue sugerida públicamente por primera vez por Wuerl en Agosto.

Mientras que Cupich tuvo un papel activo en las sesiones de la conferencia esta semana, y propuso el plan detallado para una alternativa a la comisión especial de la conferencia, Wuerl no hizo ningún comentario público sobre el plan, el cual al menos algunos en Roma consideran “suyo”, y el cual él sugirió por primera vez en público hace 3 meses.

Fuentes familiarizadas con el detrás de escena de las discusiones en Baltimore dijeron a Catholic News Agency que Wuerl optó por retirarse de la presentación del plan, brindando consejo y asesoría, pero sin tratar de obtener crédito público. Un portavoz de Wuerl declinó comentar sobre esa decisión.

Varios obispos en Baltimore dijeron a Catholic News Agency que Cupich parecía posicionarse como un hacedor no oficial de política pero influyente en la conferencia. Su estatus se vería fortalecido si el plan que introdujo en Baltimore obtuviera apoyo en Roma, dijeron, especialmente si él era favorecido sobre el plan propuesto por los funcionarios de la conferencia.

No está claro hasta qué punto Cupich consideró cómo podría interpretarse la manera en que él presentó su plan. Un portavoz de la Arquidiócesis de Chicago dijo a Catholic News Agency que el Cardenal Cupich estaba ausente y que no se lo pudo contactar para que realizara comentarios.

Una fuente familiarizada con la redacción de la propuesta alternativa dijo a Catholic News Agency que Wuerl no estaba involucrado en la forma en como fue presentado el plan en Baltimore, diciendo que la única preocupación de Wuerl era desarrollar el mejor plan posible para enfrentar la crisis de abuso sexual y no “jugar juegos” en la conferencia.

Muchos obispos estadounidenses llegaron a Baltimore esta semana esperando aprobar la propuesta de la comisión independiente, junto con los estándares propuestos para la conducta episcopal. Los obispos se sorprendieron al descubrir el Lunes que no podían votar sobre las medidas, siguiendo las instrucciones de último minuto de la Congregación para los Obispos, recibidas el Domingo por la noche por el presidente de la conferencia, el cardenal Daniel DiNardo.

Un funcionario de la Arquidiócesis de Washington sugirió a Catholic News Agency que la suspensión de último minuto de la votación de la Congregación para los Obispos en la reunión de Baltimore podría haber sido porque la propuesta de la comisión independiente de la conferencia no se envió a Roma [sino] hasta el 30 de Octubre.

DiNardo , sin embargo, dijo en una conferencia de prensa el Lunes que si bien el borrador del documento para la comisión independiente se había enviado a Roma a fines de Octubre, la USCCB había estado en contacto constante con los funcionarios del Vaticano a medida que se desarrollaban los textos.

DiNardo dijo que “cuando estuvimos en Roma [en Octubre], consultamos con todos [los dicasterios del Vaticano ]. Quiero decir, [eso es lo que] hacemos”.

“Cuando me reuní con el Santo Padre en Octubre, el Santo Padre estaba muy positivo de manera general —aún no había visto todo— del tipo de elementos de acción que buscábamos hacer".

Cupich pidió la palabra inmediatamente después de que DiNardo anunció el cambio el Lunes por la mañana. El cardenal sugirió que los obispos continúen discutiendo las medidas propuestas y tomen votos no vinculantes sobre ellas. No ofreció ninguna indicación en ese momento de que presentaría un plan completamente diferente.

El Martes por la tarde, el cardenal de Chicago se levantó para cuestionar la premisa de la comisión independiente propuesta por la USCCB, preguntando si era un reflejo de la eclesiología correcta. Cupich sugirió que la comisión podría ser vista como una forma de “subcontratar” para situaciones difíciles.

Poco después, Cupich presentó a los líderes de la conferencia un “Suplemento a las Normas Esenciales [de la USCCB]” aparentemente bien preparado y completo, que describía en detalle el plan que había desarrollado con Wuerl .

El arzobispo Charles Chaput de Filadelfia pidió la palabra para decir que el “modelo metropolitano” parecía alinearse más estrechamente con la estructura jerárquica de la Iglesia.

“Realmente estoy a favor del uso del modelo metropolitano y de la junta de revisión metropolitana para estos casos... pero eso requeriría que la Santa Sede otorgue a los arzobispos metropolitanos más autoridad de la que tenemos”, dijo Chaput en la conferencia.

Chaput le dijo al obispo que la razón por la cual el comité ejecutivo de la USCCB optó por seguir la idea de una comisión independiente en lugar de desarrollar un plan basado alrededor del arzobispo metropolitano era porque no pensaban que el “modelo metropolitano” tendría apoyo en Roma.

“Cuando discutimos esto a nivel del comité ejecutivo, algunas personas pensamos que sería más fácil para nosotros desarrollar esta comisión independiente que hacer que la Iglesia cambie la ley canónica”, dijo.

Fuentes cercanas a la USCCB le dijeron a Catholic News Agency que si el comité ejecutivo hubiera sabido que el Vaticano podría apoyar el “modelo metropolitano”, podría haberse realizado antes, con una propuesta que circulara a los miembros por parte de los líderes de la conferencia. Un portavoz de la USCCB declinó comentar sobre esa posibilidad.

Cupich había sugerido durante la reunión que cualquiera de los dos planes podía ser votado en resoluciones no vinculantes para darle al Vaticano un sentido de los deseos del episcopado estadounidense. En última instancia, no se tomó ninguna votación.

En cambio, al finalizar la reunión de Baltimore, DiNardo estuvo de acuerdo que el plan de Cupich se desarrollaría junto con el plan de la comisión independiente, por un grupo de trabajo especial formado por los ex presidentes de la USCCB, el cardenal Timothy Dolan, el arzobispo Joseph Kurtz y el arzobispo Wilton Gregory. DiNardo tendrá la opción de presentar una o ambas posibilidades cuando él y el vicepresidente de la conferencia, el arzobispo José Gómez, asistan a la reunión de Febrero del Vaticano.

Los portavoces de la USCCB se negaron varias veces a comentar sobre cualquier papel que Cupich o Wuerl , miembros de la Congregación para los Obispos, podrían haber desempeñado en el desarrollo de la reacción de la congregación ante el plan de la comisión especial.

Nota editorial: esta historia se actualizó después de la publicación para explicar que los metropolitanos bajo investigación serían investigados por sus obispos sufragáneos más importantes.


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