22.046 firmas fueron presentadas ayer al P. Hans Langendörfer S.J. (en el centro de la foto), Secretario de la Conferencia Episcopal Alemana, como consecuencia de una campaña lanzada el pasado mes de Junio por la revista Publik-Forum, para presionar el acceso a la Sagrada Comunión de los cónyuges protestantes casados con parte católica. “Sin exclusión en la mesa del Señor”, ha sido el nombre que esta petición recibió la cual el P. Langendörfer se comprometió a llevar al Papa Francisco en Roma.
Los firmantes piden al Papa que apoye a la mayoría de los obispos alemanes en su intención de permitir, en casos individuales y bajo determinadas circunstancias, a los cónyuges no católicos acceder a la Sagrada Comunión.
“Querido Papa Francisco. Su pontificado nos da esperanza de una Iglesia que es humana... aprecia las conferencias episcopales del mundo. Ellas cuentan con las personas locales para decidir las cosas que deben y tienen que decidirse en el acto. Él trajo nueva inspiración en la mente de la Iglesia”, comienza la petición, para pasar luego a las peticiones concretas.
“Le pedimos: no permita que un espíritu elitista obstaculice la coexistencia de los cristianos en una cuestión ecuménica importante”. Porque: “El ecumenismo entre cristianos protestantes y católicos está vivo. En dolorosa contradicción, falta comunión en la mesa del Señor”.
“En un primer paso, le pedimos que reconozca las parejas interdenominacionales”, dice literalmente, pidiéndole a Francisco que no permita que caiga en vano lo expresado por el documento Líneas Guía Pastorales sobre intercomunión, al cual puso freno en Junio pasado la Congregación Para la Doctrina de la Fe.
La revista destaca varios de los firmantes, incluyendo a Christian Weisner del capítulo alemán de la organización anticatólica “We Are Church”.
Los obispos alemanes resaltaron en un documento del pasado Febrero aprobado por mayoría de tres cuartas partes que los cónyuges no católicos podrían recibir la Sagrada Comunión sobre la base del caso-por-caso y bajo determinadas condiciones. Luego de lo cual, siete obispos pidieron al Vaticano que aclarara si tal determinación podía ser tomada independientemente por una única conferencia episcopal.
Luego de varias reuniones en Roma, la Congregación Para la Doctrina de la Fe y Francisco llegaron a la conclusión de que “el documento no estaba listo para su publicación”. Luego siguieron varias discusiones hasta Junio, cuando la orientación se publicó como no vinculante. Varias diócesis ya han tomado el paso y otras han esperado para una aclaración teológica más precisa.
El card. Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal y principal promotor de la intercomunión para los cónyuges protestantes, dijo que no se trataba de una invitación general para acceder a la Comunión, sino una ayuda para los afectados. La orientación invita “a una profundización, no imprudente y sin sentido para tratar con la Eucaristía”.
Al término de la Asamblea Plenaria de Otoño, realizada en Fulda, en la declaración emitida hoy por los obispos, se trata el tema en el punto cuarto enfatizando que después de las deliberaciones en el Consejo Permanente el 25 de Junio y luego de la publicación de las líneas guías, el tema ahora fue discutido en sesión plenaria en el círculo de todos los miembros de la Conferencia Episcopal. La Asamblea Plenaria repiten lo dicho por el Consejo Permanente de que los obispos alemanes se preocupan por las parejas mixtas y sus familias, se preocupan por su acompañamiento espiritual, especialmente sobre la cuestión de la recepción de la comunión por parte de los esposos en casos individuales, aclarando que es responsabilidad de cada obispo implementar las líneas guías, que a futuro la preocupación por la unanimidad debe ser interior, así como también debe tenerse en cuenta la preocupación por la unidad visible de toda la Iglesia. Finalmente dicen que continúan trabajando duro en el ecumenismo para profundizar un entendimiento recíproco y adelantar el valiente progreso.
Thursday, September 27, 2018
Un interesante análisis de alguien que conocer la materia, AsiaNews, Sep-27-2018.
Sínodo: interrogantes sobre la participación de dos obispos chinos
De ser confirmada, la noticia –la Oficina de Prensa vaticana afirma no tener instrucciones al respecto – indicaría un viraje positivo de la política de Beijing. Pero, ¿quién ha decidido la presencia de estos obispos en Roma?
Roma (AsiaNews) – Surgen ciertos interrogantes ante la noticia de la participación de dos obispos chinos –provenientes de la República Popular de China – en el Sínodo de obispos sobre los jóvenes, que se inaugura la semana próxima. Difundida por órganos de prensa, la información tendría como fuente una comunicación entablada entre Wang Zuo'an - actual número dos del “Frente Unido” - con representantes de la Asociación Patriótica de los católicos chinos y del Consejo de Obispos chinos.
De ser confirmada, la noticia –la Oficina de prensa del Vaticano afirma no poseer instrucciones al respecto – indicaría un viraje positivo en la política de Beijing, tras la reciente firma del Acuerdo provisorio, dado que en ocasiones anteriores el gobierno había negado el visto bueno para su participación. Los obispos chinos fueron llamados a participar del Sínodo de 1998 por invitación de Juan Pablo II, y en el del 2005, por invitación de Benedicto XVI. En ambos casos no hubo nada que hacer, tal como ocurrió en tantas otras ocasiones a partir del Concilio Vaticano II.
Sin embargo, permanecen las dudas. La constitución episcopal Episcopalis communio del Papa Francisco referida al Sínodo, establece (Art. 2) que “los Miembros de las Asamblea del Sínodo son aquellos previstos por el can. 346 del CIC”. El Código de Derecho Canónico, en su Can. 346 - §1 establece que los obispos participantes son electos por las conferencias episcopales o tienen derecho a participar en base a las normas de las mismas conferencias (en general, son los presidentes) o son nombrados directamente por el Papa.
Ninguno de los dos casos parece aplicarse a los dos obispos chinos, sobre todo, porque el Consejo de Obispos chinos no es reconocido por el Vaticano, y tampoco puede serlo en vista de su actual composición. Y no por una cuestión nominal, sino porque su estructura no es la de una conferencia episcopal: por un lado, hay obispos (los subterráneos o clandestinos) que no participan de ella, y por otro, se admite la presencia de laicos.
Es posible que Mons. Camilleri, el subsecretario para las relaciones con los Estados, haya llevado una invitación papal a las reuniones que tuvo en Beijing con miras a la firma del acuerdo con el gobierno chino. Pero el hecho de que quien da la noticia de la participación de dos obispos en el Sínodo sea un representante chino, y que no se haya dicho nada acerca de la eventual invitación de Francisco, refuerza la preocupación de quien teme que el acuerdo termine siendo una autorización para que el gobierno controle y “guíe” la Iglesia. En todo caso faltaría la presencia de un representante de la comunidad no-oficial. Si así fuera el caso, podría ser un nuevo paso hacia la reconciliación de los católicos chinos.
Un punto que refuerza las dudas es la identidad de los dos “preseleccionados”.
Mons. Juan Bautista Yang Xiaotin estudió en la Universidad Pontificia Urbaniana y prosiguió sus estudios en los EEUU. Fue nombrado obispo por el Papa y luego aprobado por el gobierno, y está inscripto en la Asociación Patriótica, donde ocupa un rol protagónico. En apariciones públicas, ha glorificado el régimen repitiendo los eslóganes referidos a la “independencia” de la Iglesia.
Mons. José Guo Jincai (v. foto) es uno de los siete obispos excomulgados y ahora admitidos nuevamente en la comunión eclesial. Asistió al seminario de Shijiazhuang, en Hebei. Es el secretario general del Consejo de Obispos chinos, un puesto clave para el control de la Iglesia por parte del régimen. De hecho, el Partido Comunista confía este rol a una persona de absoluta confianza, que trabaje en la administración pública, es decir, a un funcionario del Estado con su correspondiente rango, salario y posición política. (FP)