Saturday, September 15, 2018

La tonada Maradiaga: Crímenes de McCarrick son “algo de orden privado” y me están amenzando de muerte

Para el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, coordinador del C-9 ó grupo de cardenales que ayuda a Francisco con la reforma de la Curia, los crímenes de McCarrick son “algo de orden privado” y “un asunto de naturaleza administrativa”. Así lo ha dicho a Religión Digital, en una entrevista publicada Sep-12-2018.

El dossier Viganó acusa al Papa de encubrir las relaciones homosexuales del cardenal McCarrick con seminaristas y llega a pedir la renuncia de Francisco. ¿Qué le parece?

Hacer de algo de orden privado un titular bomba que estalla en el mundo y cuyas esquirlas hacen daño a la fe de muchas personas no me parece correcto. Pienso que un asunto de naturaleza administrativa tendría que ser ventilado con criterios más serenos y objetivos, no con una carga negativa de expresiones muy amargas. Creo que el Mons. Viganó que yo conocí no es la misma persona que escribe y dice tales cosas.

Vamos a la segunda parte de la tonada.

“Eminencia, si usted habla nosotros lo matamos” (“Eminenza, se lei parla noi l'ammazziamo”), comienza la nota en la versión de Il Giornale, Sep-14-2018, página 18 (en la foto inmediatamente superior), y “Eminencia, si usted habla será muerto” (“Eminenza, se lei parla sarà ammazzato”), comienza la versión de la misma nota en el blog de su autor, Fabio Marchese Ragona. Como sea, es una nota en la que se denuncian las presuntas amenazas de muerte al cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga. Sigue la nota, “después de las acusaciones y los ataques de los últimos meses, también a través del dossier de Monseñor Carlo Maria Viganò, que pone en la mira al Papa y a otros cardenales, uno de los principales colaboradores de Francisco ha recibido llamadas telefónicas anónimas, en español, con una seria amenaza de Muerte: si dice algo públicamente en contra de aquellos que lo están acusando, usted será muerto”.

Es una treta para decir solapadamente que todos aquellos que han denunciado a Maradiaga lo están amenazando de muerte. Recientemente Maradiaga no tuvo ningún empacho en llamar “sicario” al periodista Edward Pentin. Pero no solamente ha sido él que ha escrito en detrimento de la mediática y papable imagen del cardenal. Mucho más reciente ha sido la publicación de una carta de un sacerdote al que Maradiaga suspendió, no por haber cometido una falta grave sino, según el denunciante mismo, Bernardo Font, sin ningún motivo y sin el más mínimo derecho a defenders.

Por otra parte, está la Sra. Martha Alegria Reichmann de Valladares, quien se considera víctima de Maradiaga: “Nos ha engañado. En 2012, nos empujó a mí y a mi esposo a invertir una gran cantidad de dinero en un fondo de inversión de Londres”. “Nos traicionó, nos destruyó”, declaró la Sra. Reichmann de Valladares a L’Espresso en Marzo de este año, además de poner de relieve que por 40 años a su esposo, a ella y a sus hijas el cardenal Maradiaga los llamaba “su familia”.

También está el periodista Emiliano Fittipaldi, quien aparte de sacar a la luz el caso de la Sra. Reichmann de Valladares, anteriormente había hecho otras denuncias relacionadas con la parte financiera de la Arquidiócesis de Tegucigalpa (ver aquí y aquí).

Con lo que el cardenal Maradiaga no solamente se está haciendo la víctima —y no solamente de la redes sociales o ‘fecales’, como él las llama— sino que veladamente está ahora diciendo que cualquiera de ellos y los otros que han denunciado algo en su contra lo está amenazando de muerte.

¿No va siendo hora de que a su papable y autovictimizada eminencia lo manden con su música a otra parte?