Wednesday, August 22, 2018

Card. Hummes: “El Sínodo de la Amazonia no fue convocado para repetir lo que la Iglesia ya dice, sino para avanzar”


Como Uds. saben, en la Amazonía están adoctrinando a sus pobladores para que se vayan haciendo a la idea de los sacerdotes casados preparando el venidero Sínodo para la Amazonía, en ese contexto se realiza en Manaos, Brasil, desde el pasado Lunes y hasta mañana Jueves, el encuentro “Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral”.

Este es un reporte de CEB's do Brasil, Ago-21-2018. Traducción (adaptada de origen) de Religión Digital.

III ENCUENTRO DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LA AMAZONIA LEGAL, EN MANAOS
Hummes: "El Sínodo de la Amazonia no fue convocado para repetir lo que la Iglesia ya dice, sino para avanzar"

"Será histórico, somos nosotros quienes vamos a trazar los nuevos caminos de esta Iglesia"

Luis Miguel Modino, 21 de agosto de 2018


En el proceso del Sínodo de la Amazonia es importante la presencia de los diferentes actores, también del episcopado. Desde esa perspectiva, este lunes, 20 de agosto, ha comenzado el III Encuentro de la Iglesia Católica en la Amazonia Legal, que hasta el día 23 reúne en la Maromba de Manaos a 55 obispos de la región amazónica brasileña, representando a las 56 diócesis y prelaturas existentes.

Los dos encuentros anteriores de la Iglesia en la Amazonia Legal, "hicieron grandes cosas para nuestra marcha en conjunto", como reconocía en el discurso de abertura el Cardenal Claudio Hummes, Presidente de la Comisión Episcopal para la Amazonía y la Red Eclesial Pan-Amazónica - REPAM. Desde esta perspectiva, invocaba al Espíritu "para que nos ilumine, nos guíe y genere en nosotros una alegría evangélica", insistiendo en que "es importante que realizamos este encuentro con valentía y pasión", recordando las palabras del Papa Pablo VI, "Cristo apunta para la Amazonia".

En esta misma perspectiva, y dentro del proceso sinodal, Mons. Adolfo Zon, obispo de Alto Solimões, ve el encuentro como "un primer momento donde vamos a encontrarnos y ver cuáles son los puntos más importantes, que a lo largo de estos días de preparación, y sobre todo en estos meses en que caminaremos hacia el instrumento de trabajo, pueden ayudar a detectar los puntos más importantes que merecen ser reflejados".

Mons. Edson Damian, obispo de San Gabriel de la Cachoeira, la diócesis con mayor porcentaje población indígena de Brasil, también destacaba "la importancia de este encuentro porque la mayoría de nuestras diócesis aún no ha hecho un encuentro diocesano para recibir las propuestas que vendrán de las comunidades, de las parroquias y también de las organizaciones e instituciones indígenas". Por eso, "vamos juntos a profundizar las tesis principales y también las perspectivas que ese documento abre, para que después en nuestras asambleas podamos incentivar aún más y hacer avanzar las propuestas que vendrán de nuestras comunidades", ha afirmado el prelado.

Lo más interesante de las palabras del obispo de San Gabriel de la Cachoeira está en el hecho de insistir en que "los obispos tendremos que llevar para ese sínodo aquello que viene de la base, lo que las comunidades van a presentar, principalmente donde están los pueblos indígenas, los ribereños, los pueblos tradicionales, pues ellos son los principales protagonistas de este Sínodo, y nosotros queremos escucharlos con mucho respeto y con mucha sensibilidad pastoral".

El Cardenal Hummes también ha insistido en "como es importante oír los clamores de los pueblos de la Amazonia, en un ejercicio diario de estar juntos, en este momento histórico en que los pueblos de la Amazonia están más amenazados que nunca", haciéndose eco de las palabras del Papa Francisco en el discurso a los pueblos indígenas en Puerto Maldonado. El Presidente de la REPAM, siguiendo las ideas del Papa, insiste en que "la Amazonia es banco de pruebas para que la Iglesia acierte el camino. En un momento decisivo de la historia de la Amazonía la Iglesia está llamada a iluminar".

Esto se hace posible con "una Iglesia mucho más cercana, incluso con las grandes distancias existentes, que el pueblo sienta el calor de la Iglesia, una Iglesia solidaria que defienda a los pueblos", recordaba el Cardenal Hummes, pedido que los indígenas hacían al Papa en Puerto Maldonado, "una Iglesia profética que denuncia e indica caminos".

Este Sínodo está "en el contexto de la Evangelii Gaudium, de la Laudato Si, de la Misericordiae Vultus, de Aparecida y del Vaticano II" según Cláudio Hummes, y "quiere rescatar aspectos del Vaticano II que aún no se han desarrollado". Por eso, continúa el cardenal, usando palabras del Papa Francisco, "la Iglesia no debe tener miedo de lo nuevo". En ese sentido, el Presidente de la REPAM afirma que "el Sínodo no fue convocado para repetir lo que la Iglesia ya dice, sino para avanzar".

Frente a posibles actitudes que pueden llevar a pensar en algunas diócesis que el Sínodo no contempla sus prioridades, el Cardenal Hummes insistía en que "el Sínodo quiere que todas las pastorales y movimientos tengan un rostro amazónico, que surja un clero autóctono e indígena y que sea desarrollado un proceso de inculturación, haciendo realidad una Iglesia indígena y no sólo indigenista ".

El Sínodo de la Amazonia "será histórico, somos nosotros quienes vamos a trazar los nuevos caminos de esta Iglesia", afirma el Cardenal Hummes, y por eso "no podemos tener miedo". Al hablar sobre los ministerios, el Presidente de la REPAM, en la búsqueda de caminos nuevos para que el pueblo tenga más, mejor y frecuente acceso a la Eucaristía, que es el centro de la vida cristiana, decía que "hay libertad de discusión sobre los ministerios", incluso sobre la posibilidad de ordenación de hombres casados, dada la extrema necesidad en la región, pero insistiendo que "ese no es el único tema del Sínodo, no es el tema central".

Por eso, el Cardenal Hummes invitaba a los obispos presentes a dejar que "el Espirito Santo nos abra nuevos horizontes para que la Iglesia pueda servir mejor, recordándonos a los misioneros y misioneras del pasado, cuyo ejemplo nos debe alentar ".

Mons. Mario Antonio da Silva, obispo de Roraima y Presidente del Regional Norte 1 de la CNBB - Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, decía que el Sínodo "nos interpela a estar y caminar juntos, y este encuentro entre los obispos de la Amazonia aquí en Brasil consolida un camino en conjunto para analizar nuestra realidad, ofreciendo propuestas y sugerencias con coraje para el Sínodo".

Dada la realidad de los inmigrantes y refugiados venezolanos, situación que en Roraima ha generado diversos conflictos, Mons. Mario Antonio mostraba su indignación, especialmente con lo que está pasando en la ciudad fronteriza de Pacaraima, preguntándose "¿cómo ofrecer un futuro sereno y un presente más digno para los jóvenes inmigrantes y refugiados?". Junto con eso, el obispo de Roraima insistía en que "el mundo espera de la Amazonia una propuesta seria de ecología integral, de especificar lo que es, algo que prioriza a las personas y comunidades".

Finalmente el anfitrión del encuentro, Mons. Sergio Castriani, comenzaba sus palabras diciendo que "esta semana para la Iglesia de Manaus será un tiempo de gracia ..., los pastores de la Amazonia vamos una vez más a poner en común la alegría del Evangelio vivido en esta parte de Brasil. Una alegría serena que no esconde los grandes desafíos que enfrentamos en esta tarea que va más allá de nuestras fuerzas ".

La importancia del encuentro está, según el Arzobispo de Manaos, en que "se realiza en las vísperas de dos sínodos cuya temática nos toca de manera especial. Juventud y Amazonia son realidades que se complementan". En la Amazonia la población es todavía joven, y "la juventud es la primera víctima de la depredación de la naturaleza que transforma nuestras periferias en lugares de usuarios y traficantes que matan sin dolor ni piedad", según Mons. Sergio Castriani, que afirma que "sólo habrá futuro para la Amazonia si conquistamos los corazones de los jóvenes para sus grandes causas".

El Arzobispo de Manaos insistía en que ya existe una Iglesia con rostro amazónico, que se manifiesta en las comunidades desde el encuentro de Santarém, en 1972, y que, a pesar de los avances conquistados, "las necesidades todavía son grandes y nuestras características regionales exigen soluciones diferenciadas".

Red de Suministro de Seminaristas Homosexuales de Colombia a los Estados Unidos


Este es un reporte de Church Militant (anteriormente RealCatholic.tv), Ago-21-2018. La traducción al español está proporcionada por Infovaticana (con algunas adaptaciones).

Sodomía Episcopal: Red de Suministro de Seminaristas Homosexuales

por Church Militant • ChurchMilitant.com • August 21, 2018

De Suramérica a los Estados Unidos




Ha llegado a conocimiento de Church Militant que una red clandestina de seminaristas homosexuales fue creada en los años 90 y que en los primeros años del siglo XXI, homosexuales activos procedentes de Colombia fueron canalizados hacia seminarios en los Estados Unidos.

Numerosos seminaristas han estado en contacto con nosotros y quieren que se relate toda la historia de la crisis masiva de abusos sexuales perpetrada por el clero, sobre todo en los seminarios.

Church Militant también ha confirmado con fuentes oficiales que varios obispos de los Estados Unidos conocían esta situación, pero miraron a otro lado para poder mantener alto el número de vocaciones en sus respectivas diócesis.

Numerosas fuentes, unidas a los seminaristas -hartos de los encubrimientos-, llevaron a Church Militant a llamar al padre John Lavers para que encabezara una investigación de alto nivel que llevó al descubrimiento de dicha red.

La investigación, que empezamos en abril de 2012, reveló la existencia de una amplia red de seminaristas implicados en comportamiento anormal y actividad homosexual que se extendía en un número de diócesis del este de los Estados Unidos. Esta red incluía también a diócesis y sacerdotes de esas diócesis que apoyaban activamente y participaban en actividades homosexuales en las que estaban implicados también los seminaristas.

Así funcionaba la red.

La red secreta incluía una supuesta “casa de formación” establecida por la archidiócesis de Newark en 2003 cerca de las ciudades colombianas de Medellín y Bogotá. A los seminaristas que habían sido expulsados de varios seminarios colombianos por actividad homosexual se les decía que debían dirigirse discretamente a la casa de “discernimiento” estadounidense si querían un billete para ir a seminarios gay-friendly en los Estados Unidos.

Lo único que tenían que hacer es ir a la casa, pasar un text sexual con uno o más sacerdotes americanos y empezar el proceso de petición de visado a los Estados Unidos para seguir su formación en un seminario de este país.

En los Estados Unidos eran distribuidos en los seminarios del este del país. Una investigación independiente ha confirmado que varios obispos sabían lo que sucedía y no hicieron nada al respecto.

Aproximadamente tres o cuatro años después, la archidiócesis de Newark cerró la casa colombiana cuando se descubrió la actividad homosexual que implicaba a sacerdotes americanos y jóvenes colombianos, ya que ello causaría gran bochorno a la archidiócesis si se hacía público.

Pero esto no acabó con el comportamiento escandaloso, simplemente lo transformó.

De nuevo en los Estados Unidos, varios miembros de diversas diócesis de la Coste Este del país, incluyendo la diócesis de Paterson en New Jersey y la archidiócesis de Hartford en Connecticut, entraron en acción.

Aceptaron a algunos de los seminaristas que habían entrado en los Estados Unidos a través de la red homosexual, protegidos y encubiertos por un gran número de sacerdotes a lo largo del camino.

Algunos, una gran mayoría, fueron diseminados a lo largo del país en otros seminarios; muchos en seminarios de la Costa Este de los Estados Unidos, cerca de las diócesis “patrocinadoras”. Algunos acabaron siendo ordenados. Esta práctica siguió adelante durante muchos años.

El arzobispo de Hartford en esa época era Henry Mansell, personaje que destaca en el informe del gran jurado de Pennsylvania porque cuando era obispo de Buffalo trasladó a uno de los sacerdotes depredadores homosexuales a Pennsylvania.

Pero el informe del gran jurado no incluye nada sobre esta red de seminaristas homosexuales procedentes de Sudamérica.

Church Militant ha sabido que Mansell, antes de ir a Hartford en 2003, creó una versión anterior de la red de reclutamiento homosexual en Colombia cuando fue nombrado obispo de Buffalo, en 1995.

Church Militant ha conseguido una copia de un memorándum interno y confidencial, fechado 1998, entre el rector del seminario de Buffalo, el padre Joseph Gatto, y Mons. Mansell, en el que Gatto pone al día a Mansell sobre la nueva cosecha de nueve seminaristas procedentes de Colombia que ya han conseguido su visado, y un décimo que aún está en proceso.

Church Militant ha hablado en exclusiva con numerosos seminaristas que estuvieron en el Seminario de Cristo Rey de Buffalo en esa época, y dos de ellos nos han dicho que la homosexualidad en el seminario durante la época de Mansell y Gatto era galopante, y que algunos colombianos eran destinados a parroquias con párrocos homosexuales activos que les daban regalos caros, incluyendo coches, a cambio de sexo.

Hemos hablado con dos de estos hombres por teléfono -uno de ellos no quiere que su nombre se haga público-, y ambos afirmaron haber dejado el seminario asqueados por la manifiesta homosexualidad dominante.

El antiguo seminarista colombiano Ricardo J. Perillo ha hablado con Church Militant sobre una relación homosexual en 1999 entre su compañero de clase, también colombiano, Alexander Herrera Silva, y mons. Paul Burkard de la diócesis de Buffalo, a cuya parroquia Alexander fue destinado.

Ricardo Perillo: “Alexander era homosexual y recibía favores quid pro quo de ese monseñor en la parroquia a la que había sido destinado”.

Ricardo ha explicado que mons. Burkard mostraba públicamente la naturaleza de la relación cuando llamaba al seminario: “Llamó algunas veces al seminario, preguntando por Alexander y parecía verdaderamente disgustado… Parecía, en mi opinión, celoso porque Alexander iba a otra parroquia y “pasaba el rato” con otro hombre; monseñor [Burkard] demostraba estar celoso. Así descubrimos lo que era un cotilleo en todo el seminario”.

Church Militant ha pedido a mons. Burkard algún comentario al respecto, pero no todavía no hemos recibido ninguna respuesta.

Según Ricardo, el vicerrector del seminario, el padre Joseph Gatto, conocía la relación homosexual existente entre Alexander y mons. Burkard. Ricardo también ha declarado que casi la mitad de los seminaristas colombianos de su clase -reclutados personalmente por Gatto para el obispo Mansell-, eran homosexuales activos.

Cuando Mansell llegó a Hartford en 2003, la red de seminaristas homosexuales colombianos creada por el clero de la archidiócesis de Newark ya estaba en marcha.

Antiguos seminaristas de la “red homosexual” han declarado que miembros del clero de las diócesis de los Estados Unidos les garantizaban que ellos, los seminaristas, podían ir a cualquier lugar, demostrando que nada era imposible.

Los seminaristas eran distribuidos aleatoriamente en varias diócesis, incluyendo la diócesis de Hartford cuando fueron obispos de la misma Mansell y Paterson, y New Jersey bajo el obispo Arthur Serratelli.

Antiguos seminaristas han dicho a Church Militant que miembros de la Iglesia conocían muy bien la participación de Mansell y Saratelli en la distribución de seminaristas homosexuales, ya que ambos obispos tenían un gran número de seminaristas en sus diócesis y necesitaban distribuirlos en distintos seminarios para no atraer la atención por el número excepcionalmente alto de seminaristas en sus diócesis cuando, en cambio, la Iglesia en los Estados Unidos estaba sufriendo una caída masiva en el número de seminaristas.

En 2012, la red homosexual sudamericana llegó a un punto crítico cuando hubo varias quejas sobre actividad homosexual y abuso sexual en el Seminario de los Santos Apóstoles de Cromwell, Connecticut -en la diócesis de Norwich-, después de que se supiera que un gran número de seminaristas colombianos y estadounidenses estaban implicados en actividades homosexuales regulares.

Algunos seminaristas han informado a Church Militant sobre lo que sucedía en el seminario y sobre la actividad homosexual del clero local de la archidiócesis de Hartford, como también de otros sacerdotes de otras diócesis; también han informado sobre al abuso sexual de hombres jóvenes que estudiaban para ser sacerdotes.

El padre John Lavers: “La investigación ha revelado lo que es, fundamentalmente, una práctica continua de abuso sexual y de homosexualidad de sacerdotes, que ha entrado a formar parte de la Iglesia en los últimos años”.

Es muy importante observar que todo esto ha sucedido en los últimos años, no hace décadas, como muchos prelados culpables afirman para desviar la atención de la crisis masiva de homosexualidad entre el clero y del encubrimiento por parte de los obispos.

Según la información que llega de la diócesis de Norwich, cuando la dirección del Seminario de los Santos Apóstoles supo de la actividad inmoral inició una amplia investigación y muchos seminaristas fueron expulsados.

Lo que tal vez sea más inquietante, más allá de lo obvio, es saber de la participación en y el encubrimiento por parte de muchos obispos y su personal.

El padre John Lavers: “Bien, puedo decir que la investigación ha revelado que hay implicadas por lo menos seis diócesis y que, según la información que sigue llegándonos de diversas fuentes anónimas e informantes confidenciales, este número sigue creciendo”.

Seamos claros: bajo el mandato del obispo Henry Mansell durante el tiempo que guió la diócesis de Buffalo, jóvenes colombianos, algunos de los cuales eran homosexuales, fueron reclutados y traídos a los Estados Unidos bajo falsos pretextos, violando potencialmente en este proceso las leyes de inmigración de los Estados Unidos.

El padre John Lavers: “Si el estudiante o seminarista en cuestión era rechazado o expulsado -no retirado, sino rechazado o expulsado-, según la ley de inmigración de 2012, tenía dos semanas para salir de los Estados Unidos. Por la investigación sabemos que esto no ocurría”.

Michael Voris: “Por lo tanto, el hecho de que estuvieron implicados o, por lo menos, de que existiera esa posibilidad, indica que estaban violando las leyes de inmigración de los Estados Unidos”.

Este punto, que implica engañar al Departamento de Inmigración de los Estados Unidos y canalizar hacia los Estados Unidos seminaristas homosexuales y distribuirlos después de haber sido expulsados del seminario, no presagia nada bueno para los obispos si el gobierno federal decidiera llamar a su puerta; sobre todo porque hay cada día más evidencias que apuntan a una violación de la ley Rico (Ley de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas).

Los seminaristas que han hablado con nosotros nos han dicho que no todos los colombianos que fueron reclutados eran homosexuales.

Algunos fueron llevados a Buffalo para ser preparados y convertidos a un estilo de vida homosexual y, así, ser repartidos luego entre el clero.

Cuando Mansell llegó a Hartford en 2003, intensificó el juego, por así decir, capitalizando lo que se había convertido en la red colombiana gay de Newark, que el depredador homosexual Theodore McCarrick había dejado como arzobispo sólo tres años antes.

El equipo que llevó a cabo la investigación relacionada con el Seminario de los Santos Apóstoles amplío su investigación gracias a los datos conseguidos y compartieron sus hallazgos con algunos miembros del clero, incluyendo los obispos Mansell y Saratelli.

El padre John Lavers: “Sabemos que en muchos casos el expediente, por ejemplo, o el dossier presentado sobre una cierta persona no sería considerado en términos de encubrimiento. Y que se permitiría a esas personas seguir adelante. Y sabemos esto porque las acciones de ambos obispos y del clero responsable dentro de la diócesis eran muy evidentes al respecto”.

Para ser claros: estas noticias son nuevas, no son de hace décadas. Es algo sistemático, no puntual.

Muchos obispos y su personal no sólo lo sabían, sino que participaron activamente en estos hechos.

Y, sin embargo, ante el continuo aumento de pruebas que demuestran que la homosexualidad difundida en el clero a nivel nacional es una epidemia, obispo tras obispos y cardenal tras cardenal siguen enfureciendo a los fieles al negar lo que es una obviedad.

Desde Newark, con el cardenal Joseph Tobin -que sabía todo sobre McCarrick-, diciendo que nunca había oído hablar de una subcultura gay en la Iglesia, hasta Chicago, con el cardenal Blase Cupich diciendo que no es una cuestión homosexual.

La gran mayoría de obispos de los Estados Unidos que han hecho declaraciones sobre esta cuestión han evitado hábilmente e ignorado el punto central, el corazón del problema: la presencia mayoritaria de homosexuales en el sacerdocio, robando el dinero de los fieles, destruyendo almas y carcomiendo millones de mentes.

Cada vez es más evidente que ningún obispo de los Estados Unidos admitirá, confesará o querrá nunca abordar el tema real de la homosexualidad en el clero.

El obispo de Madison, Wisconsin, Robert Morlino, y el obispo de Birmingham, Alabama, Robert Baker, han sido los únicos hasta ahora que han llamado al pan pan y al vino vino, admitiendo lo que la gran mayoría de los laicos católicos ya saben, que hay un problema de homosexualidad entre los obispos y los sacerdotes.

Esta es la razón por la que hasta ahora dos mil fieles católicos -y el número sigue aumentando-, se han comprometido a ir a Baltimore el próximo mes de noviembre, durante la próxima asamblea anual de la conferencia episcopal, para decir a los obispos del país que esto tiene que acabar.

Más detalles en esta página web: thebishopsknew.com.

A estas alturas, parece que miles de fieles católicos invadirán las calles de Baltimore, rezando y pidiendo al Cielo para que recupere a la Iglesia de América y exorcise este demonio de obscenidad e impureza que se ha arraigado entre los obispos.

Nosotros católicos que amamos a la Iglesia queremos que vuelva para que sea de nuevo luz para las naciones, en lugar de ser el blanco de chistes sucios.